20/01/2018. AGRICULTURA. Algodón
Éstas aparecen generalmente en la etapa final del ciclo del cultivo, y en las últimas campañas su presencia ha adquirido mayor importancia en la región algodonera.
BIOLOGÍA
Estas chinches se acoplan entre 2 y 6 días después de su transformación en adultos y viven en copula hasta la primera oviposición, que tiene lugar entre 3 y 8 días más tarde.
Los huevos son depositados en suelos húmedos o sobre residuos de cosecha en grupos que llegan hasta el centenar. Son de color blanco recién puestos, tornándose anaranjados antes de la eclosión.
Las ninfas neonatas se mantienen agrupadas donde nacieron alimentándose de las hojas caídas del algodonero o succionando sustancias de las plantas como savia en la parte basal del tallo o en las bochas medianas. Pasan por cinco estadios ninfales cuya duración es de entre 3 a 6 semanas. Tras mudar de piel por tercera vez ascienden por la planta y se dispersan (Figura 1).
Figura 1: Detalle de huevos y ninfas Dysdercus sp sobre malezas.
Figura 2: Detalle de ninfas de Dysdercus sp.
Los adultos son muy vistosos, tienen forma alargada y oblonga, son de color anaranjado-rojizo con unas marcas negras en la parte ancha de las alas (Figura 3).
Con temperaturas de alrededor de 30 °C, el ciclo biológico de esta especie varía entre los 25 y 38 días, prolongándose hasta 4 meses y medio con temperaturas inferiores.
DAÑOS
Esta especie se alimenta del cultivo de algodón, de otras malváceas y es común encontrarla en el “palo borracho" (Chorisia speciosa) y también en algunas malezas.
Los daños de esta chinche son más importantes cuanto más temprano se produce el ataque. Ataques intensos causan caída de cápsulas jóvenes, pudrición de cápsulas inmaduras, coloración de la fibra y/o pérdida del poder germinativo de la semilla. Las bochas atacadas cuando pequeñas se desarrollan anormalmente, resultando perjudicadas parcial o totalmente, e incluso hasta pueden desprenderse de las plantas.
Su daño al manchar la fibra de color marrón amarillento es el que le da su nombre común “chinche Tintórea”.
Cuanto más desarrolladas se encuentran las cápsulas, menor es la posibilidad de ataque por parte de las chinches. Las picaduras en hojas y brotes carecen de importancia.
PODREDUMBRE DE CÁPSULAS EN RELACIÓN
CON EL DAÑO DE LOS INSECTOS
En diferentes zonas algodoneras del mundo se han citado más de 150 especies de microorganismos participantes del complejo causal de las podredumbres de cápsulas. La mayor parte de ellos causan deterioro de los frutos a partir de condiciones predisponentes inducidas por daños físicos causados por insectos, apertura prematura de uniones carpelares, déficit hídrico o excesos de humedad (especialmente aquellas asociadas con prolongadas horas de rocío o temporales). También ocurren infecciones secundarias causadas por microorganismos saprófitos o parásitos débiles a partir de lesiones inicialmente causadas por parásitos primarios. En Argentina y sobre todo en la región algodonera con condiciones de mayor humedad al momento de la apertura de cápsulas o próximo a la cosecha, se han registrado en algunas campañas agrícolas severas pérdidas por este problema fitosanitario.
Figura 3: Adultos de Dysdercus alimentándose de la semilla de algodón, se observa el manchado de la fibra. Foto: Laboratorio Regional de Patología Vegetal EEA Sáenz Peña INTA.
El modo más común para el ingreso de los microorganismos es a través de los pequeños orificios que causan algunos insectos. Una vez que la pared de la cápsula es perforada, la fibra inmadura es susceptible a la pudrición microbiana aún a menor humedad relativa que la requerida para la invasión en una cápsula sana.
En la planta de algodón, tanto los adultos como los últimos estadios ninfales pican las cápsulas y se alimentan de las semillas causando daños tales como el mal desenvolvimiento de las cápsulas jóvenes, con menos de 25 días, a las que les provoca una reacción dentro de la misma, formando callosidades en el interior de la pared del lóculo (stigmatomicosis). La stigmatomicosis o pudrición interna ocurre sin evidencia visible de la infección en la parte exterior de la cápsula. Se produce un deterioro progresivo del fruto antes de su apertura, que no siempre es visible a ojo desnudo en el exterior de la cápsula, pero una vez abierta se observan las podredumbres internas y el daño ocasionado por la chinche cuando se alimenta (Fig. 4).
Figura 4: Daño externos e internos ocasionados por la chinche durante su alimentación. Foto: Laboratorio Regional de Patología Vegetal EEA Sáenz Peña INTA.
En un estudio realizado por el Laboratorio de Fitopatología se realizó una recolección de cápsulas y de la chinche tintórea del algodonero en distintas localidades, con el objetivo de identificar los microorganismos presentes en el aparato bucal de la chinche y su relación con aquellos que causan el deterioro de las fibras y semillas en la podredumbre interna de las cápsulas.
Los resultados de los análisis realizados fueron los siguientes:
En semillas: Aspergillus sp.; Alternaría alternata; A. macrospora y Penicillum sp.
En fibras: Aspergillus sp.; A. alternata y Homodendrum sp.
En las paredes carpelares de los lóculos afectados: Aspergillus sp.; Rhizopus sp.; Homodendrum sp. y Curvularia sp.
En los estiletes de Dysdercus: A. alternata, A. macrospora, Penicillium sp, Rhizopus sp, Aspergillus sp., Helminthosporium sp., Diplodia sp., Fusarium spp., Cladosporium sp. y Curvularia sp
Existe una relación directa entre los hongos identificados en el aparto bucal de las chinches con aquellos presentes en los frutos afectados. Dysdercus sp., participa activamente en la diseminación y penetración de algunos hongos patógenos causantes de las podredumbres en cápsulas del algodonero.
Aspergillus sp. está presente en paredes carpelares, semillas, fibras y en los estiletes bucales de Dysdercus. La alta incidencia de aflatoxinas en las semillas de algodón es el resultado de la invasión de la cápsula por Aspergillus flavus (también se debe tener presente que un almacenaje deficiente de las semillas puede favorecer su presencia).
Como medidas de control generales para minimizar los efectos de las podredumbres de cápsulas se recomiendan prácticas culturales tales como elección de la fecha de siembra, control del crecimiento vegetativo de las plantas, evitando el sombreo excesivo, manejo de espaciamiento y densidad de plantas.
CONTROL QUÍMICO
La chinche tintórea puede ser controlada químicamente con productos o insecticidas tales como:
Clorpirifos: PC al 25% 3 litros/ha, PC 48% 1.5 litros /ha,
Aplicado cuando se observan 20 chinches cada 100 plantas.
Fentoato: PC 50% 1.7 a 2.1 litros/ha.
Aplicado cuando se observe la presencia de la plaga.
Tiametoxan + Lambdacialotrina: PC 14.1 %+10.6%. 200 cc/ha,
Aplicado cuando se observen 2 chinches por metro en cultivos de siembra tradicional y 1 chinche por metro en cultivos de surcos estrechos.
Los productos recomendados para el control químico fueron extraídos de la guía de productos fitosanitarios 2011 Editada por CASAFE. Los niveles sugeridos por otros países para el control químico es cuando se encuentren 3 o más chinches/50 golpes de red.
En los ensayos realizados con fungicidas no se obtuvieron resultados satisfactorios (datos no publicados) sobre el control de este problema fitosanitario. Es necesario continuar investigando ya que diversos estudios apuntan a que tanto la incidencia como la severidad de la podredumbre de cápsulas están relacionadas con el genotipo utilizado, la arquitectura de la planta y el espesor del pericarpio, entre otros caracteres actualmente en estudio.
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