MANEJO FORESTAL EN CORRIENTES

Pautas y recomendaciones.


amanecer rural

Época de plantación
Tradicionalmente se realizan las plantaciones durante los meses de primavera y  fines de verano.  Dado la mayor acumulación de humedad en suelo en el período otoñal y en los ciclos de mayor sequía (la Niña), se busca iniciar las plantaciones a fines del período estival, asumiendo el riesgo de posibles heladas. Tanto una época como la otra dependerá de la susceptibilidad a las heladas por la especie a plantar y la mayor o menor resistencia a la sequía.

Preparación del suelo
La preparación de los suelos varía de acuerdo a la textura de los mismos, sitios y los recursos disponibles a la hora de iniciar la inversión forestal. Actualmente se apunta a realizar las menores labores posibles, dado el alto riesgo de erosión hídrica.
En suelos livianos comúnmente de textura arenosa, se utilizan rastras livianas, en ocasiones rastreadas cruzadas sobre la banda de plantación (1,20 m de ancho). No se recomienda para estos casos el uso del subsolador (Aparicio et al., 2001). Sin embargo en los suelos pesados o con piso de arado (arrocera, ganadería intensiva) se recomienda subsolar en la línea de plantación.
En general hay una tendencia a conservar los suelos tratando de conservar su estructura y minimizar los disturbios, por tal se concentran las labores en líneas, franjas de 1.20 a 1,80 m de ancho, salvo en caso de sitios de malezal, se hace una labranza completa del sitio.
En casos de reforestación es necesario la eliminación/acomodamiento de los residuos de la cosecha anterior. Algunas alternativas que se utilizan son la quema, permitida únicamente en la temporada baja de fuego y de acuerdo a las normativas nacionales y provinciales, el triturado  mediante denominado ”rolo faca” en la entre línea donde quedan los residuos de la cosecha. También puede utilizarse en mismo sentido chipeadoras del residuo para ser incorporado al suelo y, la redistribución-acomodamiento del material fuera de la línea plantación, ya sea en forma manual o mecánica (Reunión de Consorcios Forestales de Corrientes, Junio 2011).
En sitios bajos y principalmente en plantaciones de eucalipto se utiliza camellón o taipa de unos 30 a 40 cm de altura, con una rastra localmente llamada lomeadora, utilizada para cultivos hortícolas, que en ocasiones se le coloca una cubierta de vehículo arrastrada por la misma herramienta para aplanar la convexidad. Según Aparicio (2005), en suelos de lomadas y planicies arenosas, hasta el primer año de crecimiento, la preparación con camellones fue la técnica de labranza de mayor incidencia en el crecimiento de Eucalyptus grandis.

Plantación
La plantación se hace en forma manual y/o  mecanizada con plantadoras, con densidades que oscilan entre las 1.000 y 1.200 plantas por hectárea con distanciamientos de 3 m x 3 m, 4 m x 2,5 m y 4 m x 3 m dependiendo del plan de manejo.
Para los sistemas silvopastoriles se  utiliza marcos de plantación variados, con densidades iniciales  muy por debajo de las utilizadas para forestación pura. Este punto es de significativa importancia porque establecerá el marco futuro de manejo de la plantación.
De esta manera encontramos plantaciones a modelo de “montes de abrigo para el ganado” o trincheras, plantaciones en líneas apareados, plantaciones ralas; entre otras.
El esquema de más adoptado últimamente es el de líneas apareadas con callejones centrales. En donde este callejón toma dimensiones entre 12 a 18 metros de ancho entre filas que adoptan densidades y distanciamientos variables; 3 m x 3 m; 4 m en general se contempla un equivalente no menor a 600 pl/ha para acogerse al apoyo económico no reintegrable de la ley nacional Nro. 25.080. 
La especie utilizada en pasturas para el centro sur de la provincia es la Brachiaria spp. por su tolerancia al sombreo y buena resistencia al pisoteo en esta condición. El componente arbóreo puede ser Pinus elliottii, P. taeda y P. elliotti x caribaea.
El material utilizado para realizar la plantación son plantines de entre 25 y 30 cm de altura, rustificados previamente en vivero.
En el caso de las plantaciones de Eucalyptus spp. la fertilización de arranque es una práctica habitual. Los fertilizantes más utilizados son la urea, el fosfato diamónico, el superfosfato triple, existiendo una tendencia a utilizar fertilizantes de liberación controlada.
Según Aparicio (2005), la dosis más conveniente para producir madera de Eucalyptus grandis a menor costo es de 100 gr por planta de fosfato de diamónico.
La aplicación de fertilizantes conteniendo nitrógeno (N) y fósforo (P), inmediatamente después de la plantación produce significativas respuestas de arranque, al aumentar el crecimiento de la planta, no produciendo efectos probables de mayor porcentaje de supervivencia.

 Tratamientos intermedios
Los tratamientos intermedios de poda y raleo son cada vez más empleados por las grandes empresas buscando mayores intensidades en estas labores, con el objetivo de producir madera de calidad al final del turno y obtener ingresos intermedios a lo largo de la rotación. En tanto que no es una práctica tan habitual en productores de menor escala.
Otra de las prácticas que se utiliza muy a menudo en la región es el manejo del rebrote de plantaciones de Eucalyptus spp. que han sido aprovechadas. La capacidad de rebrotar de las especies que pertenecen a este género, ha propiciado el desarrollo de la práctica. Sin embargo no se recomienda manejar el rebrote durante más de 2 a 3 rotaciones.
Entre las labores culturales también cabe destacar la importancia del control de malezas para evitar la competencia de éstas por recursos (luz, agua y nutrientes), especialmente durante los primeros dos años de la plantación. Otra tarea es el monitoreo y control de plagas o enfermedades, que al afectar a la plantación puedan ocasionar una disminución del crecimiento por defoliación o reducción de la superficie fotosintética e inclusive la muerte de plantas.
La reposición de fallas es una labor que suele realizarse una vez que han transcurrido los primeros meses de la plantación y consiste en reemplazar aquellos plantines que han muerto o han tenido graves daños.
Tanto las labores silvícolas para mantenimiento de la limpieza dentro de la forestación, como la planificación y el mantenimiento de los caminos cortafuegos (callejones de ancho variable en función de altura de los árboles con remoción de vegetación hasta el suelo mineral). Son labores muy importantes para evitar pérdidas por incendios. Si bien está prohibida la quema sin antes un plan de manejo autorizando a encender fuego, esta práctica cobro pérdidas por más de 3.000 ha de bosques cultivados según informe de estadísticas de incendios rurales de la provincia de Corrientes en el año 2008 y en 2009 con valores similares.

Esquemas de manejo de referencia
Plantación de 1.000 pl/ha, a los 2 años (aprox.) raleo muerto y primer poda hasta 1,8 a 2.5 m de altura (dependiendo de la altura promedio de la plantación) sobre la totalidad de las plantas, entre los 4 y 5 años segundo raleo (aserrable fino / intensidad 30 %) y segunda poda hasta los 4,5  a 5 m sobre las plantas remanentes, entre los 7 y 8 años tercer raleo (aserrable / intensidad 30 %) y tercer poda hasta 7 m (opcional), corta final entre los 10 y 13 años.

APROVECHAMIENTO FORESTAL
El aprovechamiento se realiza en la mayoría de los casos en forma “semimecanizada” (apeo: motosierra; extracción: miniskidder-motoarrastrador-forwarder, y carga: cargadora frontal o grúa forestal) o en forma “manual” (apeo: motosierra; extracción: manual o con tractor con cadenas o lingas, y carga: manual o cargadora). En los últimos años algunas empresas y medianos productores de la región han incorporado maquinaria y adoptado un esquema de cosecha totalmente “mecanizado” (apeo: harvester; extracción: skidder, y carga: trineumático).
La edad de la plantación a la que se realice el aprovechamiento, cosecha o corta final va a depender del objetivo productivo, la especie y densidad utilizada, las características del sitio y el manejo silvícola realizado.
El turno de corta depende de los criterios del que toma las decisiones. En este sentido se adoptan decisiones biológicas; por ser el momento ideal de acuerdo al ciclo de crecimiento de la planta o económico que combine a la vez los mercados y destino de la producción. Estos últimos generalmente extiende unos años más al turno biológico de la especie.



Fuente: NEA Corrientes Forestal







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