PREPARANDO EL SERVICIO PARA LOS OVINOS

Es necesario poner atención a la sanidad y mérito genético de los reproductores machos ya que el mejoramiento de nuestras majadas depende en gran medida de los carneros que utilicemos. Esto se verá reflejado en la producción de lana (cantidad y calidad) o en la producción de carne (corderos logrados).


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 Hay que tener en cuenta que esta acción se complementa con la selección y el estado nutricional de las hembras que pondremos en servicio. 
En este período clave una práctica muy recomendada, pero quizás no siempre utilizada, es realizar previamente un buen control de los carneros y evaluar la sanidad de los mismos, ya que de tener problemas se notarán los efectos negativos en la señalada. 
Un carnero infértil, no sólo fallará al servicio, al estar enfermo puede infectar a otros animales sanos y diseminar la enfermedad en la majada, seguirá produciendo gastos en alimentación y sanidad, sin tener un justificado desempeño reproductivo. 

¿QUÉ DEBEMOS HACER? 
Los problemas que pueden afectar la fertilidad de un macho, generalmente se traducen por alteraciones en su aparato reproductor, es decir testículos, epidídimo y pene. Pero es también importante hacer un control general del animal, prestando especial atención a su dentadura, conformación de la boca, condición corporal, estado de sus ganglios, para detectar presencia de seudotuberculosis y defectos en lana, pezuñas y aplomos, etc., que no deseamos se transmitan a la descendencia. 
Debemos tener en cuenta, que ciertas enfermedades infecciosas reproductivas del macho, no siempre producen alteraciones detectables a simple vista o diagnosticables por palpación. Un ejemplo es la Brucelosis ovina o Epididimitis de los carneros, pudiendo existir animales que son portadores de la enfermedad, sin tener lesiones evidentes. Por ello, una práctica indispensable es extraer sangre de los carneros para efectuar los análisis en laboratorio. 
Como toda actividad, la revisación de carneros debe hacerse con método; una forma de trabajo que permita realizar correctamente la tarea y evaluar del mismo modo a todos los animales. 

CÓMO PROCEDER 
♦ Revisar todos los carneros, vayan o no a servicio. 
♦ Identificarlos mediante caravana segura o tatuaje que permita asentar en una planilla la información o datos de cada animal. 
♦ El trabajo debería efectuarse con tres personas: un agarrador, el veterinario que examina y la tercera que anota lo que el profesional indica. 

Este procedimiento nos permite una toma de decisiones criteriosa sobre el futuro de cada reproductor. 
Los animales se ubican en semicírculo en posición ”sentado” apoyando el lomo sobre las piernas del agarrador. Comenzar por la cabeza, observando posibles afecciones oculares; boca, para determinar la edad del animal (desgaste de dientes); conformación de mandíbula: prognatismo (afección hereditaria), cobertura de lana en la cara (correlacionado con la fertilidad), palpar los ganglios de la cabeza y cuello (parotídeos, retrofaríngeos, submaxilares) y miembros anteriores (preescapulares). Continuar palpando ganglios de los miembros posteriores (prefemorales y poplíteos) luego los ganglios inguinales con especial atención ya que de encontrarse aumentados de tamaño pueden dificultar el desplazamiento de los testículos y afectar la calidad del semen. El tamaño normal de los ganglios no debe exceder los tres centímetros de diámetro y son elásticos al tacto. Al palparlo buscamos alteraciones de tamaño, temperatura o consistencia. En caso de Seudotuberculosis pueden hasta triplicar su tamaño. 
Seguidamente se examina el aparato genital, incluyendo bolsa escrotal, testículos, epidídimo y pene. Revisar pezuñas por posibles lesiones de pietín. Con el animal nuevamente en pie se evaluará la condición corporal, a fin de detectar carneros que no están en buen estado para entrar a servicio (por debajo de grado 3, suplementar para recuperar condición). 
Revisar los aplomos ya que traerán problemas en la monta.
Terminado el examen clínico se extrae sangre para la detección de brucelosis a todos los carneros teniendo en cuenta que es la principal enfermedad que afecta el aparato reproductor del macho. Si se confirma la infección con Brucella ovis, se recomienda iniciar de inmediato el control de la enfermedad en el establecimiento que incluye una segunda revisación y análisis de laboratorio a los 30 ó 45 días de finalizado el servicio con el fin de descartar los infectados durante el mismo. 
En cabañas utilizaremos básicamente los mismos criterios aplicados a carneros de majada general pero más estrictos en los controles. Con animales de alto valor genético se justificará intentar tratamientos medicamentosos o quirúrgicos de ciertas afecciones (orquitis unilateral, varicocele, etc.) 
El objetivo del control pre-servicio de los carneros, es determinar si están en condiciones de ser utilizados para cumplir eficazmente su función, produciendo crías libres de defectos y enfermedades. 
Es fundamental la necesidad de trabajar con machos y hembras en buen estado nutricional, sanos y funcionales, vale decir: libres de defectos genitales, enfermedades infectocontagiosas u otras que afectan a la reproducción y sin problemas de parasitosis que implica pérdidas de producción. 
Carneros vigorosos y de fuerte impulso sexual, sin estrés durante los 60 días previo al servicio. Las ovejas necesitan descanso después del destete para recuperar estado y pasar de una condición corporal grado 2 - 2.5 (lactancia) a grado 3 – 3.5 ( adecuado para iniciar el servicio). Borregas: categoría importante dado que representan las hembras de reemplazo y futuro material productivo de la majada, seleccionarlas cuidadosamente en este momento ingresando las aptas para reproducción y las que más respondan a los objetivos de la empresa. Evaluar sanidad y estado de nutrición registrando condición corporal (CC) de cada una. La CC deseable es también 3 - 3.5, nos permitirá interpretar en su momento los índices de parición, señalada y destete logrados.
 



Fuente: Méd. Vet. Jorge Manazza.







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