CULTIVOS DE COBERTURA, UNA HERRAMIENTA EFICIENTE

¿Para qué, cómo y cuándo usamos un cultivo de cobertura y cuál es el mejor momento para su interrupción? Lo que hay que saber para maximizar los beneficios de este recurso.


amanecer rural

Los cultivos de cobertura son especies que se introducen en las rotaciones de cultivos para proporcionar servicios beneficiosos para el agrosistema. Algunos de los más importantes servicios ambientales proporcionados por los cultivos de cobertura incluyen la protección del suelo contra la erosión, la captura y la prevención de pérdidas de nutrientes del suelo, la fijación del nitrógeno por parte de las leguminosas, el incremento del carbono del suelo y mejoramientos asociados a sus características físicas y químicas, la disminución de la temperatura del suelo, el incremento de la diversidad biológica incluyendo organismos benéficos y la supresión de las malezas y las plagas.
Los cultivos de cobertura no son una tecnología nueva. 

¿POR QUÉ INCLUIR CULTIVOS DE COBERTURA?
La depresión de napas, la fijación de nitrógeno atmosférico, el control de la erosión, las mejoras en los niveles de materia orgánica, en la eficiencia del uso del agua y en las condiciones físicas del suelo, la captura de nitratos y el control de malezas son algunos de los objetivos a alcanzar con la inclusión de estos cultivos.
La falta de rotación y el uso continuo de cultivos estivales (preferentemente leguminosas) se traducen en una pobre cobertura del suelo, causando un calentamiento del mismo y el consecuente crecimiento de malezas provenientes del banco de semillas.
Entre los factores que hay que intentar controlar con los cultivos de cobertura en relación al manejo de malezas está la atenuación de señales para la germinación, la interferencia física para el crecimiento de las mismas y la retención de humedad en el suelo. Pero primeramente debe saberse cuáles las especies de malezas presentes en el sistema productivo y considerarse la relación carbono/nitrógeno (C/N).
Por ejemplo, si sembramos vicia en un sistema infestado con sorgo de Alepo, la primera entregará el nitrógeno rápidamente – debido a su baja relación C/N -, lo que favorecerá el crecimiento explosivo de la gramínea.
En un suelo descubierto y fácilmente anegable “llueve en el pluviómetro”, pero no en el perfil. Mediante el uso de cultivos de cobertura podremos captar más agua en el suelo, y si bien no nos permitirá ‘salvar’ un maíz en sequía, no ofrecerá un margen de humedad adicional de 15-20 días para poder esperar una lluvia. Es decir, estos cultivos mejoran la captación y provisión de agua.
En sistemas bajo riego, los cultivos de cobertura aumentan la eficiencia de cada milímetro regado, evitando la rápida evaporación y postergando el siguiente riego.
Otro de los objetivos a lograr con los cultivos de cobertura es el cumplimiento de los planes de siembra. Lo que hacen estos cultivos es ‘independizarnos’ de la espera de una lluvia, consiguiendo así sembrar en la fecha que cada productor se propuso previamente.
Además, tienen efecto sobre los nutrientes. La Tabla 1 – donde se representa la lixiviación de nutrientes en un barbecho largo vs. un cultivo de cobertura – muestra la gran importancia que tiene esta herramienta en los ciclos de algunos nutrientes.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es la ‘aplicación de tecnología’ sobre el CC. La fertilización de un centeno puede adelantar, en 70-80 días, la generación debió mas a respecto del mismo cultivo de cobertura sin fertilizar. Esto significa que podría acortarse en dos meses el ciclo del cultivo y lograr al mismo tiempo una mayor cantidad de materia seca.

¿CUÁNDO FINALIZAR UN CC?
Para decidir el momento de finalización del ciclo del cultivo de cobertura, primero debemos preguntarnos cuál o cuáles son los problemas a resolver. Por ejemplo, si el objetivo es bajar la temperatura y capturar nitrógeno, debiera optarse por cortar el ciclo a fines de julio. Si se busca recuperar condiciones físicas de suelo habrá que terminar el ciclo en agosto, ya que en julio la relación C/N sería demasiado baja. Si se quiere en cambio drenar una napa de baja profundidad, cortar el ciclo en julio o agosto no será suficiente, debiendo dejarse el cultivo por lo menos hasta septiembre.
Un método eficiente para cortar el ciclo del cultivo de cobertura es el rolado en floración de forma perpendicular a su siembra. El beneficio que trae este procedimiento es el ‘sellado’ del suelo. Es decir, el rolado provoca una interferencia física para las malezas, controlando la germinación de las especies anuales. La siembra del cultivo estival siguiente debe realizarse en el mismo sentido en que fue hecho el rolado.
Al respecto, no debe dudarse de la habilidad de esta herramienta para terminar el ciclo de un CC, puesto que las cuchillas planas del rolo abren grietas en los tallos de las plantas, provocando un progresivo secado de las mismas. El único requisito necesario es la presencia de, al menos, 3 o 4 días soleados luego de realizar el control mecánico. Si bien puede haber un posterior rebrote, la magnitud del mismo no logra afectar significativamente el rendimiento del cultivo siguiente.

CONTROL DE LAS MALEZAS POR MEDIO DE LOS RESIDUOS DE LOS CULTIVOS DE COBERTURA
Los cultivos de cobertura anuales son por lo general destruídos antes de la siembra del cultivo comercial. Esto se puede hacer ya sea por la incorporación al suelo de los residuos del cultivo de cobertura o destruyendo el cultivo de cobertura en forma química o mecánica y dejando los residuos sobre la superficie del suelo.

Incorporación de los residuos
La labranza ha demostrado estimular la germinación de las malezas y la emergencia de muchas de sus semillas por medio de una breve exposición a la luz . Cuando la labranza es utilizada para incorporar residuos, muchas semillas de malezas serán estimuladas a germinar por medio de esta operación. Por lo tanto, cuando se incorporan los residuos por medio de la labranza, debe haber tácticas de manejo de las malezas disponibles para controlar el potencial incremento de plántulas de malezas. Los residuos de las plantas incorporados al suelo pueden ser tóxicos para las malezas a causa de la liberación de compuestos alelopáticos. Un buen control de malezas con un consecuente incremento de rendimiento de los cultivos siguientes después de la incorporación de residuos, han sido obtenidos, por ejemplo, con tallos de Sorghum bicolor L. antes deTriticum aestivum L., incorporación de Brassica napus L. antes de Solanum tuberosum L. e incorporación de Trifolium incarnatum L. antes de Zea mays L.
Como ocurre con el uso de los herbicidas en el control de malezas, debe haber suficiente selectividad entre la actividad de las toxinas de los cultivos de cobertura sobre las malezas y sobre los cultivos. Para que sea una práctica útil para el control de malezas, el cultivo debe ser relativamente insensible a los compuestos aleloquímicos del ambiente. Las plantas de semillas pequeñas pueden ser más sensibles a los compuestos aleloquímicos que las plantas de semillas grandes. La selección de variedades de las especies cultivadas y el manejo adecuado de los residuos pueden ser enfoques importantes para maximizar la actividad alelopática sobre las malezas y minimizar los efectos deletéreos sobre los cultivos, incluyendo la autotoxicidad. El momento y la colocación de los residuos en relación con la semilla del cultivo pueden ser manipulados para reducir el nivel de toxicidad a que serán expuestas las plántulas emergentes.

Supresión de malezas por medio de cultivos 
de cobertura vivos y el problema de la selectividad

Desde el momento que las malezas y los cultivos de cobertura vivos compiten por los mismos recursos, las malezas pueden ser suprimidas por medio de la introducción de cultivos de coberturas vivos en los sistemas de producción. Si un cultivo de cobertura se establece antes de la emergencia de las malezas, la presencia de vegetación verde que cubre el suelo crea alrededor de la misma un ambiente desfavorable para la germinación, emergencia y crecimiento de las malezas. Varios requerimientos para romper la latencia y promover la germinación de las semillas de las malezas en el suelo -luz con una alta relación roja/ultrarroja y gran amplitud diaria de la temperatura del suelo- se reducen más por la presencia de plantas de cobertura vivas que por residuos secos. Una vez que los cultivos de cobertura vivos han sido establecidos también utilizan la luz, el agua y los recursos nutritivos que de otra manera estarían disponibles para las malezas. 
Las malezas pueden escapar a la supresión causada por los cultivos de cobertura vivos por medio de huecos en el dosel foliar de las plantas de cobertura, por su capacidad morfológica o fisiológica para acceder a los recursos a pesar de la presencia de la cobertura viva, o por formas de emergencia y de crecimiento que evitan el período de mayor competencia del crecimiento del cultivo de cobertura.
Los cultivos de cobertura vivos también pueden ser intercalados con el cultivo comercial principal sembrándolo poco tiempo antes, al mismo tiempo o enseguida después del cultivo principal. Estas especies secundarias intercaladas a menudo se conocen como cultivos de sofocantes. Los cultivos sofocantes deberían ser especies que se establecen más rápidamente que las malezas y cuyo período máximo de crecimiento coincide con la emergencia de las malezas tempranas pero no coincide con el del cultivo. En forma ideal el cultivo sofocante debería suprimir el crecimiento de las malezas durante el período crítico de su establecimiento, o sea, el período en el que las malezas emergentes causarán una pérdida en el rendimiento de los cultivos.

Tabla 1. Lixiviación de nutrientes entre barbecho largo vs. cultivos de cobertura. Fuente:A. Quiroga (XXIII Congreso AAPRESID 2015).

 

El rolado del CC provoca una interferencia física para las malezas, controlando la germinación de las especies anuales.

 

APLICACIONES PRÁCTICAS
El cultivo de cobertura vivo ideal para la supresión de las malezas debería tener las siguientes características:
• Capacidad para proporcionar una completa cobertura de la tierra con vegetación densa.
• Rápido establecimiento y crecimiento que desarrolla el dosel foliar más rápidamente que las malezas.
• Selectividad entre la supresión de malezas y el cultivo asociado.
Los medios para obtener la selectividad entre las malezas y el cultivo asociado incluyen:

1. Uso de cultivos de cobertura de crecimiento bajo que compiten sobre todo por la luz; en este caso, dado que el cultivo de cobertura vivo se establece antes que las malezas, mantendrá la supresión de las mismas excluyendo la luz pero no tendrá impacto sobre los cultivos que crecen más altos y no competirá excesivamente con estos por los recursos del suelo como agua y nutrientes.
2. Siembra del cultivo de cobertura vivo de modo que su período máximo de crecimiento no coincida con el período crítico durante el cual la competencia pudiera tener un mayor impacto sobre el rendimiento de los cultivos.
3. Reducción de la distancia entre surcos y/o incremento de la población del cultivo para fortalecer la competitividad del cultivo en relación con el cultivo de cobertura vivo.
4. Proporcionar un suplemento de agua y nitrógeno para compensar los recursos utilizados por las plantas del cultivo de cobertura vivo.
5. Supresión del cultivo de cobertura vivo de modo de reducir su competitividad con el cultivo principal.
Los medios para suprimir el cultivo de cobertura vivo incluyen:
a) Aplicación al voleo de un herbicida a una dosis tal que los suprime pero que no es letal.
b) Aplicación en bandas de un herbicida para destruir el cultivo de cobertura vivo en el surco del cultivo principal de modo de reducir la competencia dentro del área del surco pero permitir la supresión de las malezas por el cultivo de cobertura vivo en el área entre los surcos.
c) Labranza en fajas para proporcionar condiciones de siembra adecuadas, sin competencia dentro del surco, pero permitiendo la supresión de las malezas por el cultivo de cobertura vivo entre los surcos.
d) Corte del cultivo de cobertura vivo para reducir su altura y vigor.

VENTAJAS EN EL CONTROL DE MALEZAS
1. Integrar los cultivos de cobertura en un enfoque preventivo a largo plazo para el manejo de las malezas que incluya un plan de rotaciones para minimizar las poblaciones así como intervenciones apropiadas para controlar las malezas emergentes.

2. Rotar los cultivos de cobertura dentro de las rotaciones de cultivos. El uso continuo de las mismas especies como cultivo de cobertura con el mismo modo de siembra y crecimiento seleccionarán las especies de malezas que están adaptadas a esas especies y modo de crecimiento. Además, los cultivos de cobertura pueden hospedar nematodos y patógenos y pueden incrementar las poblaciones de esas plagas. Los cultivos de cobertura deberían ser rotados en la misma forma que se rotan los cultivos para reducir el crecimiento de las poblaciones de malezas nocivas y plagas.

3. Los cultivos de cobertura pueden permitir una reducción del insumo de herbicidas. La supresión de las malezas hecha por los residuos del cultivo de cobertura por lo general permite que los cultivos se establezcan antes que las malezas. Muchos herbicidas aplicados al suelo en presiembra o preemergencia serán adsorbidos por los residuos del cultivo de cobertura y serán inefectivos; el uso de esos productos con altos niveles de residuos de cultivos de cobertura puede no ser económico. Sin embargo, los herbicidas de postemergencia que son aplicados al follaje de las malezas emergidas pueden ser usados en forma más eficiente con sistemas de cultivos de cobertura. Pueden ser usados solamente cuando sea necesario y ser seleccionados para malezas específicas que deben ser controladas. Este enfoque puede reducir las pérdidas de herbicidas hacia el ambiente; se reemplazan los herbicidas de preemergencia que pueden ser persistentes y que a menudo son detectados en la tierra y en las aguas superficiales, con los herbicidas de postemergencia que son usados a menores dosis y son menos persistentes.

4. El manejo equilibrado de cultivos de cobertura para la supresión de las malezas con otros requerimientos de manejo. Los objetivos primarios del manejo de los cultivos de cobertura puede derivar de otros beneficios importantes de los cultivos de cobertura como la contribución de nitrógeno al cultivo comercial o reducir las altas temperaturas del suelo. Alternativamente, la necesidad de minimizar las influencias negativas de los cultivos de cobertura tales como el agotamiento de las reservas de humedad del suelo o la interferencia con las operaciones de siembra pueden llegar a ser consideraciones importantes. El manejo exitoso de los cultivos de cobertura requiere un plan equilibrado para maximizar los beneficios y minimizar sus aspectos negativos de modo de obtener un agrosistema productivo y sostenible.

En resumen, el manejo de las malezas es uno de los tantos beneficios potenciales del uso de los cultivos de cobertura. Por lo tanto, el manejo de estos cultivos debe ser diseñado para optimizar todos los beneficios potenciales que puedan derivar de esos cultivos y minimizar sus impactos negativos. Por ejemplo, altos niveles de biomasa de cultivos de cobertura pueden ser deseables para el control de la erosión y la supresión de las malezas pero pueden interferir con las operaciones de siembra, mantener el suelo a temperaturas demasiado bajas en primavera o competir con el cultivo por una limitada humedad del suelo. Las prácticas de manejo que favorecen la rápida degradación de los cultivos de cobertura tales como el corte pueden reducir la efectividad para la supresión de malezas pero ayudan a la liberación de nitrógeno que puede estimular el crecimiento temprano del cultivo. El agotamiento de la humedad del suelo por los cultivos de cobertura debe ser una consideración primaria en el manejo de aquellas áreas del mundo en que la humedad del suelo es el factor limitante de la producción. El manejo de los cultivos de cobertura requiere comprender todos los impactos potenciales sobre los sistemas de cultivo, la definición de los objetivos más importantes a ser alcanzados por el uso de los cultivos de cobertura y un enfoque equilibrado para satisfacer esos objetivos.



Fuente: NOTA: Recopilación Amanecer Rural FUENTES: AAPRESID, FAO, Ing. Agr. Esteban Alessandri.







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