CONTROL DE MALEZAS O MANEJO DE MALEZAS

El dilema de “manejo” vs. “control”, ha quedado expuesto a consecuencia de las externalidades negativas generadas por la dependencia del control químico. Estos aspectos negativos más relevantes son tolerancia a herbicidas, weed shift, resistencia a herbicidas y contaminación ambiental.


amanecer rural

Para poder diferenciar estos conceptos, definimos al control como una táctica a corto plazo cuyo objetivo es la implantación de un cultivo dado. Por ende tiende a reducir las interferencias de las malezas con un cultivo en una estación determinada. Se caracteriza por la alta dependencia de insumos (herbicidas) y el uso poco sustentable de los recursos.
 
En cambio el manejo, tiene como objetivo la reducción de la población de malezas a niveles compatibles con la producción sustentable. Esto solo puede ser planificado a largo plazo y con bases ecológicas, lo que conlleva a un menor uso de insumos y un uso más eficiente de los recursos.
 
Cuando hablamos de sustentabilidad, utilizamos este concepto como medida comparativa, y así expresada es una concepción errada, ya que la sustentabilidad tal cual como su definición lo establece, es producir alimentos sin comprometer los recursos naturales utilizados para generaciones futuras. Queda a criterio de cada lector, la validez del concepto.
 
 

Criterios de Manejo:
 
Desde un tiempo a esta parte, muchos investigadores, trataron de diferenciar como cada factor del proceso productivo interviene en la generación del rendimiento. No existe el concepto de malezas, si la misma no está asociada a un cultivo con el cual compite.
 
Se han establecido, tres jerarquías de rendimiento, las cuales son:
 
Rendimiento Potencial: es el máximo rendimiento que puede obtener un cultivo sin limitantes impuestos al potencial genético, depende de que las condiciones de radiación, CO2 y temperatura sean las óptimas. Estos factores no son manejables por el hombre, pero con la elección del genotipo, fecha de siembra y densidad, se puede compatibilizar el desarrollo del cultivo con las mejores ambientales factibles.
 
Rendimiento Alcanzable: es el rendimiento posible para un año, ambiente y región dado. 
 
Esta limitado por el clima, factores ambientales, profundidad del suelo y otros elementos dados que no pueden ser cambiados (intensidad lumínica, disponibilidad de agua en el suelo, profundidad del suelo, longitud del día). El hombre puede intervenir con el manejo del cultivo aplicando medidas de aumento del rendimiento como por ejemplo, riego y fertilización para llegar al rendimiento alcanzable.
 
Rendimiento Obtenido: es aquel rendimiento dependiente de las adversidades bióticas (insectos, malezas y enfermedades) y abióticas o climáticas. En este caso, el hombre puede actuar sobre las adversidades bióticas con medidas de protección del rendimiento, pero no puede actuar sobre las climáticas. 
 

Criterios de manejo tradicionales: 
• Elección del genotipo. Actúa sobre la capacidad de interferencia, con las malezas, tolerancia a defoliación y enfermedades. Resistencia a plagas. Eficiencia en la captación de recursos. 
• Espaciamiento entre surcos. El rápido cierre de entresurcos evita las mejores condiciones de germinación para malezas. Aumenta la radiación interceptada.  
• Fecha de siembra. Permite compatibilizar tratamiento herbicidas. Evitar la presencia de una plaga de importancia o primaria. Aumentar la radiación interceptada. Aumentar la eficiencia en el uso del agua.
• Fertilización. Actúa sobre la tasa de crecimiento, por lo mejora la competitividad del cultivo frente a las malezas. 
• Rotaciones. Selección de especies y tipo de cultivos componentes de la rotación. Evitar los efectos negativos del monocultivo, como la especialización de plagas. Planteo de la alternancia gramíneas-leguminosa. Inclusión de cultivos de cobertura para aumentar el tiempo de ocupación de los lotes. 
• Labranzas.
 

Criterios de manejo no tradicionales: 
• Tiempo de ocupación. Relacionado a la rotación, aplicando este criterio lo que se busca es evitar la oportunidad de germinación de una maleza al incrementar la cobertura. Indirectamente, se incrementa la radiación interceptada, el carbono total acumulado y se reducen los riesgos de erosión y la evaporación de agua. 
• Cultivos intercalados. Generan un ambiente lumínico heterogéneo, el cual actúa negativamente sobre la especialización de plagas. 
• Cultivos en contorno. Actúan como franja de biodiversidad y/o franjas trampas. La inclusión de cultivo que compita con malezas ubicadas en cabeceras y alambrados, actúan negativamente sobre la dispersión de semillas, evitando que ingresen al lote. 
• Pasillos vivos. La presencia de cultivos perennes, genera ambientes heterogéneos y evita la germinación de malezas, al estar el nicho ocupado por otra especie. 
• Cultivos de cobertura. Tendiente a evitar la germinación o incrementar la competencia con malezas. 
• Control biológico. Prácticamente sin desarrollo en nuestro país, existen algunos antecedentes para el control de plagas de malezas en cursos de ríos, diques y embalses por peces, o el caso de control de asteráceas por Tephritis formosa en Brasil.



Fuente: : Claudio Benitez Palazzesi (Ing. Agrónomo, Cátedra de malezas de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Univ. Nacional de Rosario).







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