SIEMBRA Y FERTILIZACIÓN DE GIRASOL

El girasol exige mucho en poco tiempo y, si se arranca mal, la planta enseguida negocia rendimiento", dijo el ingeniero Alberto Quiroga, del INTA Anguil, Especialistas coinciden que el perfil de agua, la cantidad de nitrógeno en el suelo y el uso de un fertilizante arrancador de alta tecnología son las tres claves para salir a buscar altos rindes y buena cantidad de biomasa.


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Los especialistas coinciden que el perfil de agua, la cantidad de nitrógeno en el suelo y el uso de un fertilizante arrancador de alta tecnología son las tres claves para salir a buscar altos rindes y buena cantidad de biomasa.

 "Una planta de girasol necesita 340 milímetros de agua para llegar a los 3.500 kilos de producción", dijo el ingeniero Quiroga. "Determinar cuánto nitrógeno inicial hay en nuestro suelo al momento de la siembra es otra de las preguntas que el productor debe hacerse antes de sembrar.Claro que la cantidad de nitrógeno en suelo puede ser diferente en las zonas húmedas que en las áridas", señaló.-

 "El girasol es una planta muy gastadora de agua. Entre los 30 y los 80 días, genera prácticamente toda la biomasa. Por ello, la condición inicial del girasol es mucho más importante que en el maíz. El problema que tiene esta planta es la baja capacidad de transporte de agua y la baja capacidad de generar stock. Es decir que, si no tiene suficiente agua en el arranque, ya se pierde inevitablemente una gran parte de su rendimiento potencial", indicó.

 Ejemplos. Con respecto al manejo por ambientes, el ingeniero Quiroga sostuvo que, en algunos ambientes, la gran variedad de rendimiento la ponen la física y las condiciones naturales; en otros, la gran variedad de rendimiento la pone la nutrición. "Este es el caso de las zonas de Santa Rosa, Coronel Suárez, Trenque Lauquen, etcétera. Si el suelo no tiene recursos para juntar agua, porque hay tosca, el girasol no va a funcionar a pleno. La genética no puede expresarse en un suelo no ideal, y esto es responsabilidad del productor",
advirtió.
 "En definitiva, el girasol exige mucho en poco tiempo y, si se arranca mal, la planta enseguida negocia rendimiento. Cuando se siente con deficiencias de agua o nutrientes, tira la hoja al suelo y, achicando área foliar, afecta los rindes. Por eso si se logra tener un recurso suelo que pueda almacenar al menos 150 mm de agua, las posibilidades de buenos rindes están en el 80%; con el mismo clima, mismo suelo y misma genética, ahí entra a jugar la fertilización".

 A propósito de esto, el ingeniero Germinara, sostuvo que, además del agua presente, debe considerarse a la siembra el nivel de fósforo que tiene el suelo para decidir si hacer una fertilización fosfatada y saber el nivel de nitrógeno para complementarlo.

 "Uno de los aspectos claves en el éxito de una siembra de girasol es la rapidez del fertilizante que se agregue para que los nutrientes pasen al suelo; es decir, depende mucho de
la solubilidad del producto fertilizante que se use.

 "El girasol tiene un desarrollo radicular muy veloz. Si el fertilizante no se disuelve de manera rápida, esos nutrientes no van a pasar al suelo y no van a generar el efecto arrancador que la plántula necesita". 



Fuente: La Nueva







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