CONTENIDO DE HUMEDAD EN SEMILLA DE SOJA

Si nos referimos a la calidad de semilla de soja para esta campaña 2018, podemos encontrarnos con que el olvido puede traernos una serie de pérdidas económicas a las que, tal vez, no podremos olvidar con facilidad.


amanecer rural
Presencia sobre el perímetro externo de la semilla de banda de tejido muerto de color blanco. La extensión de la banda indica la prolongada permanencia del lote de campo a condiciones de hidratación y deshidratación severa.


Hagamos referencia, por ejemplo, al “contenido de humedad de semilla ideal” para la cosecha. Si bien existe un óptimo de humedad que se encuentra entre 12,5 y 13,5 %, es verdad que ello no siempre es posible de alcanzar, aún en años “normales”. Al respecto, también deberíamos recordar que este 2018 vuelve a ser un “año anormal” desde el punto de vista de las condiciones ambientales y, por lo tanto, incide directamente el tema del contenido de humedad de la semilla.
Las altas temperaturas presentes en el lote de producción a campo, junto a la elevada insolación más algo de viento en ciertos casos y todo ello unido al intenso estrés hídrico, son factores que nos impedirán obtener una alta calidad en los lotes destinados a simiente en buena parte del área productora.
En líneas generales, en esta campaña es común estar trillando lotes que apenas si alcanzan el 11% de contenido de humedad de semilla, siendo frecuentes los lotes que poseen entre 8 y 11%. Semejante contexto nos remite al fenómeno físico denominado “histeresis”. Dicho fenómeno nos estaría indicando que cuando cosechamos lotes destinados a ser simiente y que poseen contenidos de humedad inferiores a 11%, la ganancia de humedad de esos lotes durante el almacenamiento llega a ser muy baja o casi nula. Esto significa que dichos lotes permanecerán con bajo contenido de humedad durante toda la poscosecha y hasta la misma siembra en la próxima campaña. Entonces, es importante conocer qué consecuencias tiene ese bajo contenido de humedad para esos lotes de semilla. La consecuencia más destacable es, sin dudas, la necesidad de extremar los cuidados durante todo el manejo de los mismos, desde el acondicionamiento, movimientos del granel, procesamiento, embolsado, curado, inoculado y la misma siembra. La cosecha, con poca o nula regulación de la máquina cortatrilla, nos entregará un granel de semillas con un porcentaje de daños no esperado. Además, el ambiente de producción nos habrá legado en este 2018 otra sorpresa importante como es el muy bajo peso de 1000 semillas.
Cosechamos ya muchos lotes con semilla que va de chica a muy chica; se podrá decir que la semilla pequeña germina igual, incluso que puede poseer más vigor. La verdad es que la germinación no se debería ver afectada y tampoco su condición de vigor si se encuentra en buenas condiciones físicas y sanitarias. Es decir, se puede emplear semilla pequeña como simiente sin mayores problemas.
Existe una íntima relación entre “dureza” y tamaño de semilla. Algunas pruebas de laboratorio, tales como Germinación o Tetrazolio, Hipoclorito o incluso Inmersión en agua, nos van a ayudar a distinguir, lo antes posible, aquellos lotes con elevado porcentaje de semillas duras, y sobre ellos deberemos hacer algunas consideraciones especiales.
El problema no es precisamente la nula posibilidad de germinar de las semillas que presentan dureza de tegumentos, sino que las mismas poseen capacidad para germinar y, por ende, su capacidad de emergencia es irregular en el tiempo. Esto significa que al ser usadas como simiente, tendremos en nuestra línea de siembra una pobre emergencia de plántulas, no por la pérdida de viabilidad de las semillas duras sino porque van a aparecer muy a destiempo sobre el suelo. Es decir, habrá una desuniformidad en la emergencia que se traduce en desuniformidad en el cultivo y en la maduración. Por otra parte, las semillas duras pueden presentar una excelente condición de viabilidad
 
 



Fuente: INTA







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