PRODUCTIVIDAD Y ADAPTACIÓN AL CLIMA. OVINOS DESLANADOS. RAZAS.

En Argentina, la producción de carne de ovinos es baja y variable, comportándose como una actividad secundaria con alta dependencia del precio de la lana. Históricamente, las exportaciones de carne ovina siempre se encontraron por debajo del potencial productivo, pero a partir del año 2001, se produjo una mejora sustancial de la competitividad exportadora del país que favoreció la comercialización en circuitos formales.


amanecer rural


Entre los años 2000 y 2007, las exportaciones se incrementaron en más del 400% (Álvarez, 2008). Actualmente, sólo se cubre el 20% de la cuota para exportación a la Comunidad Europea, una elevada proporción de la carne se exporta en forma de canales y los principales destinos son España y Gran Bretaña. La demanda se orienta a canales enteras, lo cual se corresponde con el tipo de cordero liviano producido en la Patagonia. Las importaciones totales de carne ovina a escala mundial evidenciaron un crecimiento del 5% en los últimos años y existe una tendencia creciente a reemplazar los granos por carnes y leche en la dieta (Álvarez, 2008). El 76% del volumen comercializado de carne ovina es adquirido por 10 países importadores, donde la Unión Europea participa con más del 47% de las compras mundiales. Por otro lado, Estados Unidos incrementó sus compras en un 37% en los últimos cinco años y China ha incrementado notablemente sus importaciones de carne ovina.   
Las regiones tradicionales productoras de ovinos en Argentina, como la Patagonia, la Mesopotamia y la región Pampeana, han mantenido una serie de sistemas de producción y deben terminar de definir sus estrategias ante esta situación favorable (Giraudo, 2006). En todos los casos, existe la misma limitante, la baja productividad de la cría. Los planes para expandir la actividad deberán estar centrados en incrementar la eficiencia de producción y estabilidad de los sistemas.   
En la Mesopotamia y la región Pampeana el destino de la actividad está definido en base al mercado interno y a la exportación al circuito no aftósico. Hay estudios que indican la existencia de nichos de mercado desabastecidos en los grandes centros urbanos, asociados a sectores de alto poder adquisitivo (Gambetta et al., 2000). También el crecimiento del turismo interno aumentó la demanda de carne ovina. La reacción de la producción en estas áreas, depende del aumento de la eficiencia de las existencias actuales y del desarrollo de subsistemas ligados a las rotación agrícola-ganadera (Giraudo, 2007). En estas regiones, también es posible incrementar la producción mediante el uso de genotipos especializados, con mayor tasa reproductiva y velocidad de crecimiento.  

LA PRODUCCION OVINA EN EL NEA
En la provincia de Corrientes existen aproximadamente 1.000.000 (un millón) de cabezas de ganado ovino, el cual se encuentra distribuido en 4000 explotaciones que entre éstas suman un total de 2.500.000 has, un 30% del territorio provincial. En el mismo, el 100% es ganado lanar y entre las razas que más predominan se encuentran el Corriedale, Rodney Marsh e Ideal, al Norte de la provincia se pueden encontrar majadas cruzas con Hampshire Down, destinadas a proveer carne. El sistema que predomina es el mixto (bovino – ovino), especialmente en los departamentos del sur de la provincia: Curuzú Cuatiá, Mercedes, Paso de los Libres, Monte Caseros y Sauce. Este sistema mixto, se realiza básicamente sobre pastizales naturales, lo que causa un efecto positivo en los mismos debido a que los ovinos controlan, en parte, las especies con mayor contenido fibroso.  
 Los corderos, cuya oferta es discontinua y estacional, en general no presentan inconvenientes para su venta y la oveja descarte se consume mayoritariamente en las propias estancias. La perspectiva general es que, tanto el mercado interno como el externo, serán favorables en el futuro, dado que existe un cupo disponible de cuota ovina que el país no está cubriendo. Aumentar la cantidad de ovinos, sin disminuir la dotación de vacunos, no sólo permitirá mejorar las condiciones de rentabilidad, sino que además hacen de la actividad ovina un rubro promisorio para la región (Gambetta, et al., 2004). Es probable que por las razones antes mencionadas, la comercialización de carne ovina ha merecido especial atención en los últimos años y se han llevado a cabo experiencias para promocionar su consumo como producto diferenciado. Es el caso, por ejemplo, de Carne Ovina Patagónica, una estrategia conjunta del Estado, los ganaderos y los frigoríficos para transformar un commodity en un especiality. Por otro lado, el INTA Mercedes desarrolla actividades de investigación y validación de tecnologías en carne ovina y evalúa los cruzamientos de razas carniceras (carneros Ille France, Texel y Border Leicester) con ovejas de las razas típicas de la región, con el objetivo de obtener corderos pesados de alta calidad de carne para su comercialización en épocas no tradicionales (invierno y principios de primavera).   
Sin embargo, en una gran parte de la provincia (en especial en el Norte), no se producen ovinos de forma comercial, entre otras, debido a la baja adaptación de las razas al clima subtropical húmedo. Esto acarrea problemas como, la época de parición, animales no poliéstricos, terminación de corderos para la venta, consumo, etc.   
La comercialización de carnes ovinas es una alternativa importante para los productores de la región, ya que el proceso de liquidación de existencias contribuyó a la caída del consumo interno de carne ovina y a la desaparición de la exportación. La provincia deberá orientar sus esfuerzos a la promoción de la actividad ovina hacia el estrato de pequeños y medianos productores, donde se concentra la producción y se evidencia la importancia en su economía (Comisión Mixta Provincial del ovino-Corrientes, 2004).  
La producción ovina dentro de la región del NEA no es una actividad nueva, desde el punto de vista productivo, es una actividad ampliamente difundida en el sur de la provincia de corrientes y en la provincia de Entre Ríos, sin embargo, la participación de esta actividad en términos económicos dentro del conjunto de actividades de producción primaria del NEA es baja. El enfoque productivo mixto con el cual se trabaja en la provincia de corrientes, es decir la explotación de la producción lanar y cárnica de la oveja ha llevado a la incorporación de especies ovinas con limitaciones productivas y de adaptación para esta región; por otra parte, en muchos establecimientos dedicados principalmente a la producción ganadera, se toma a la producción ovina como un complemento o actividad tradicional sin fines de lucro. Este enfoque limitado de la producción ovina ha impedido que la misma se expanda dentro de la región del NEA hacia provincias con ambientes marcadamente tropicales, donde la producción de lana de calidad es baja o nula y los rendimientos cárnicos son pobres debido a los factores genéticos de las razas con las que se trabaja en la región. En el desarrollo del proyecto se pretende introducir razas de genética adaptada a estos ambientes tropicales, de manera de cambiar el actual paradigma productivo basado en la producción de lana y carne, y enfocarse en la actividad ovina como una alternativa de producción cárnica y pilífera con excelentes perspectivas de adaptación y comercialización en la región. Los antecedentes mencionados en el marco teórico del proyecto, avalan la factibilidad y sostenibilidad técnica y económica, de la incorporación y producción ovina en ambientes tropicales. Desde un punto de vista técnico, la producción ovina mejora significativamente los índices de producción de carne por unidad de superficie, si es comparada con la actividad bovina. Las características etológicas ingestivas del ovino permiten que el aprovechamiento del recurso forrajero sea más eficiente y sustentable; el manejo del hato ovino es simple y permite la reducción de costos en instalaciones y mano de obra adicional en tareas de manejo que involucren el movimiento de todo el rodeo (ej. Sanidad, categorización, destete, etc.). Los rápidos ciclos productivos de la actividad permiten tener un producto de calidad en forma constante. Uno de los aspectos más importantes de la producción ovina, es que debido a sus características intrínsecas (ciclo reproductivo, rusticidad, alimentación, etc.) su escala de explotación es independiente de la superficie de explotación, de manera que la producción ovina puede ser contemplada como una actividad de autoabastecimiento, en el caso de familias rurales y periurbanas con una superficie de terreno limitada, donde el ovino se constituye como una fuente de proteína de alto valor biológico para el consumo familiar, en tanto que en explotaciones de mediana a gran envergadura (mayores a 50 hectáreas) la producción de carne ovina no solo representa una fuente de autoconsumo, si no también un producto carnico altamente comerciable; el corto ciclo reproductivo y productivo del ovino permite que el flujo de capital dentro de la explotación sea constante. Esta elasticidad en escala, producción y eficiencia, constituyen a la explotación ovina de carne en los trópicos, como una alternativa y no un complemento de la actividad ganadera capaz de salvar la problemática de la superficie mínima requerida para producción y al mismo tiempo mejorar los índices de producción de carne y eficiencia de uso del recurso en comparación con la actividad ganadera.
 



Fuente: INTA







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