11/06/2018. NACIONALES.
Además de la importante sustitución de importaciones de gasoil, hay que tener en cuenta casi 1,2 Mt de biodiesel que se incorporaron al corte con este combustible en el mercado interno en el año 2017.
La industria de biodiesel en el país ha generado alrededor de 2.000 nuevos puestos de trabajos directos y no menos de 4.000 nuevos puestos indirectos. El biodiesel genera un efecto multiplicador sobre el resto de la economía.
Ante la dificultad para seguir exportando a corto plazo cantidades importantes de biodiesel, tomando en cuenta que: a) el mercado de EE.UU. está cerrado, b) es probable que Europa aplique una nueva sanción de carácter proteccionista a Argentina, y c) el aumento en los derechos de exportación deterioró los márgenes de la exportación; se torna muy oportuno, con el objetivo de no afectar el nivel de actividad y empleo de la industria de biodiesel, aumentar el consumo interno a través de dos medidas principales:
Desde el punto de vista ambiental, la mayoría de las naciones del mundo tienen el desafío de modificar la actual matriz energética basada en los combustibles fósiles, introduciendo los renovables para mitigar los efectos del cambio climático. El consenso logrado por prácticamente la totalidad de los países, en la Cumbre de Cambio Climático de París en el año 2015, así lo dispone y fija los tiempos en que se debe lograr este objetivo, para evitar problemas ambientales sumamente graves para todo el planeta.
El experto Ing. Emilio Garibotti sostiene que Argentina se encuentra en una situación óptima en lo que hace a la disponibilidad de los recursos necesarios para lograr esta sustitución, ya que dispone de suelos aptos para la producción de biomasa y una de las reservas más grandes del mundo en energía eólica y solar.
El biodiesel es un ejemplo de tecnología aplicada a resolver los problemas ambientales pues es un combustible limpio, derivado de los aceites vegetales y grasas animales y que se destina a reemplazar al gasoil y otros combustibles derivados del petróleo, sin sus problemas contaminantes.
Argentina ha desarrollado una óptima y moderna industria del biodiesel desde el año 2007, basada en su eficiente producción de oleaginosas (soja, girasol, algodón), con la participación de grandes, medianas y pequeñas empresas que están en condiciones de incrementar su oferta cuando la demanda lo justifique. En el país se cuenta, además, con otros insumos para la producción de biocombustibles como son los residuos cárnicos.
Según Garibotti no existen razones que justifiquen que, estando técnicamente probado que el biodiesel puede reemplazar al gasoil en un 100% en el consumo que realizan los equipos de transporte y generación eléctrica existentes, no se avance en la mayor utilización de este biocombustible en este subsector.
En la opinión del experto Claudio Molina, a nivel mundial se van sumando homologaciones de fabricantes de automotores y maquinaria agrícola para usar biodiesel en altos porcentajes, incluido puro. Entre estos fabricantes se encuentran Scania y Fiat Powertrain Technologies. Las marcas Iveco, Case, New Holland, Bucher, Komatsu y Aggreko utilizan los motores de Fiat y Scania.
Pero además, el uso del biodiesel le permitiría a Argentina importar menos combustibles, especialmente gasoil. En el año 2017 se importaron combustibles minerales, aceites y otros por 5.461 millones de dólares. Sólo las importaciones de gasoil de ese año ascendieron a 1.504 millones de dólares. Todas estas cifras son muy relevantes para un país que necesita cuidar sus divisas.
Las importaciones de gas natural en estado gaseoso, las que llegaron principalmente desde Bolivia en el 2017, ascendieron a 1.257 millones de dólares. Por otra parte, en el 2017, las importaciones de gas natural licuado alcanzaron a 974 millones de dólares, para lo cual ingresaron 68 buques a Escobar y Bahía Blanca. Es importante resaltar que las centrales eléctricas utilizan gas natural junto con gasoil.
Si Argentina avanza en el uso de biodiesel en los equipos de transporte y de generación eléctrica existentes, se evitaría este gasto innecesario en divisas por importación de combustibles (especialmente gasoil) y se crearían nuevos empleos y trabajo genuino por la producción adicional de biocombustibles. También sería muy favorable el impacto en la producción de oleaginosas debido a este mayor consumo.
Es importante destacar que en el 2017 el grado de utilización de la capacidad instalada de la industria del biodiesel en Argentina fue del 65%, razón por la cual hay capacidad suficiente para que crezca la producción.
No debe olvidarse la importancia que reviste la Industria del biodiesel en la economía argentina, con cifras notables para un complejo que no tiene más de 10 años de consolidación: