Aapresid: el potencial oculto del carbono orgánico en los suelos

Arnulfo Encina Rojas, destacado ingeniero agrónomo y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción de Paraguay, disertó en el XXVI Congreso de Aapresid “Sustentología” acerca del rol del suelo en la captura de carbono orgánico y su efecto favorable en la agricultura y cambio climático.


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Aapresid: el potencial oculto del carbono orgánico en los suelos


Arnulfo Encina Rojas, destacado ingeniero agrónomo y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción de Paraguay, disertó en el XXVI Congreso de Aapresid “Sustentología” acerca del rol del suelo en la captura de carbono orgánico y su efecto favorable en la agricultura y cambio climático. Tras caracterizar al carbono como un componente fundamental para la vitalidad del suelo y es crucial para la producción de alimentos y el cambio climático, recordó que actualmente existen prácticas de manejo de cultivos, pastura, horticultura y sistemas de agricultura combinada recomendadas para conservar y aumentar el contenido de carbono en el suelo. “Por qué la conservación o recuperación de los suelos no es más rápida de lo que actualmente es?, ¿Por qué las prácticas de conservación de suelo no son aplicadas por la mayoría de los usuarios de este recurso?”, interrogó, y tras eso, se dispuso a exponer la importancia clave del suelo como sumidero de carbono, teniendo en cuenta la seguridad alimentaria y el cambio climático.

“La continua degradación del suelo, principalmente por causa de la erosión, reduce considerablemente el contenido de materia orgánica y por lo tanto el contenido de carbono orgánico. En suelos de la región tropical y sub tropical se identifican los riesgos más altos para la seguridad alimentaria”, dijo, y subrayó que según FAO, 2002, la erosión del suelo inducida por la labranza puede llegar a generar pérdidas de suelo de más de 150 t/ha anuales. Incluso, la misma FAO afirma que la erosión del suelo, acelerada por el viento y el agua, es responsable por el 40 por ciento de la degradación universal de la tierra.

Considerando las proyecciones actuales que indican que la población mundial pasará de los actuales 6 900 millones de personas a 9 100 millones en 2050, Encina sostuvo que se hace fundamental mantener, e incluso aumentar, el nivel de carbono orgánico en el suelo para garantizar la seguridad alimentaria, la mitigación de la emisión de gas efecto invernadero (GEI) y cambio climático. “La pérdida de materia orgánica de los suelos es la intensificación del cambio climático. El cambio climático aumenta los riesgos y la incertidumbre de los agricultores, por el calentamiento y la consiguiente aridez, por los cambios en los regímenes de precipitaciones y por la creciente incidencia de los fenómenos climatológicos extremos”, dijo. En este marco, apuntó que los agricultores pobres que habitan en países de bajos ingresos son los más vulnerables y los menos capacitados para adaptarse a estos cambios.

 

Para obtener el contenido de carbono orgánico del suelo, se necesitan datos de concentración de carbono orgánico, densidad aparente y contenido de fragmentos de roca. Estas determinaciones se obtienen mediante uso de métodos analíticos de laboratorio, cuyo costo es elevado. Sin embargo, otro de los métodos, que se cree tiene alta precisión, es el de Espectroscopia visible cercano infrarrojo

Al referirse al rol del carbono orgánico en el suelo y la agricultura, recordó que la materia orgánica ejerce importantes influencias sobre las características físicas y químicas del suelo. Es clave para mantener la fertilidad del suelo, combatir la degradación del terreno, mitigar el cambio climático, conservar biodiversidad, tanto encima como debajo del suelo. Además de ser una excelente fuente de nutrientes para la planta, la materia orgánica juega un papel muy importante en la formación, estabilización y tamaño de los agregados del suelo. “Conectando los polímeros orgánicos y la superficie inorgánica con cationes polivalentes, encontraron un incremento del contenido de carbono del suelo bajo labranza cero que dio lugar a un 134 por ciento de incremento de los agregados de más de 2 mm y a 38 por ciento de disminución en los agregados de menos de 0,25 mm, comparado con la labranza convencional”, precisó.

Otro dato relevante que Encina puso de relieve es que, además de proporcionar nutrientes y el hábitat a organismos que viven en el suelo, la materia orgánica también actúa como aglutinante de las partículas minerales del suelo. La agregación del suelo es un proceso complejo pero importante, entre otros, para el desarrollo radicular, resistencia a la erosión y para el depósito o acumulación de carbono. La acumulación de carbón en el suelo favorece el desarrollo de un ambiente rico de nutriente, proliferación de plantas, pasa y filtrada de agua, que son consideradas funciones criticas del suelo.

“Estas funciones pueden ser mejorados con la aplicación del sistema de agricultura de conservación, ya que la materia orgánica en los suelos mejora la eficiencia de fertilizantes en el suelo; prolonga la duración del N en el suelo; mejora la absorción de nutrientes, especialmente el fosforo y calcio; estimula el desarrollo de la vida del suelo; proporciona nutrientes en cantidad importante para reducir impacto de enfermedades, plagas y helada; maneja la salinidad y el poder buffer para la planta en suelo con exceso de sodio”, enumeró.

Proteger el suelo y controlar la pérdida de materia orgánica es crucial -reiteró Encina- y volvió a poner el acento en la agricultura de conservación como método eficaz para aumentar la acumulación de carbono en el suelo, ya que aumenta considerablemente la cobertura del suelo, y de esa manera reduce significativamente la evaporación de agua y la ocurrencia de erosión No obstante aclaró que aunque el depósito de carbono puede ser aumentado según la práctica agrícola aplicada, su influencia no es igual para la acumulación de carbono en todos los suelos.

Para cerrar su exposición, afirmó que la calidad de vida de la población mundial sin duda depende de suelos de buena calidad y que, sin embargo, la acelerada degradación de este recurso pone en peligro la seguridad alimentaria y la calidad ambiental en el planeta. “La agricultura de conservación puede mejorar la calidad y salud de los suelos, reduciendo su degradación y recuperando los ya degradados. El manejo adecuado de los suelos permite también una mayor acumulación de carbono orgánico y de esta manera puede mitigar el cambio climático”, dijo. Y definió que para una más eficiente conservación de carbono orgánico en el suelo, se requiere de “políticas nacionales que impulsen acciones coordinadas entre las distintas reparticiones gubernamentales, organizaciones de productores, y empresas agrícolas”.



Fuente: Aapresid







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