¿PARA CUÁNDO LAS COSECHADORAS LOW COST?

Mientras en Brasil las opciones de bajo costo ya concentran casi 50% del mercado total de cosechadoras 0 Km, en Argentina la oferta todavía es limitada. Las principales multinacionales prefirieron enfocarse en equipos de gama media y alta, aunque la crisis puede cambiar los planes.


amanecer rural

En época de vacas flacas, la posibilidad de incluir en la oferta disponible equipos de menor costo en una alternativa a considerar.

En el caso de las cosechadoras, eso se traduce en opciones de menor tamaño o tecnología más convencional.

Hasta hace pocos años, esa variante la proveían marcas locales, como Vassalli, Metalfor, Bernardín o Agrinar.

Actualmente, el mercado ha quedado casi exclusivamente en manos de las marcas multinacionales, que si bien cuentan con opciones más económicas en Brasil, hasta ahora han preferido no incluirlas mayormente en su oferta para Argentina.


¿Razones?
Varias. Algunas son muy atendibles, como el perfil del mercado de cosechadoras nuevas en Argentina, que ha quedado reducido a contratistas y grandes productores, mientras que en Brasil todavía hay productores mediados o asociaciones de productores pequeños que acceden a equipos nuevos vía el crédito oficial (Por caso, el programa Mais Alimentos se enfoca especialmente en este tipo de cosechadoras).

Otras razones responden más a la especulación de las propias empresas. ¿Para que traer al país modelos 0 Km que en Brasil se venden desde U$S 150.000, cuando acá podían comercializar cosechadoras nuevas desde U$S 300.000?.

Más aún, ¿hasta qué punto les conviene traer equipos baratos cuando sus redes de concesionarias están abarrotadas de cosechadoras que, en muchos casos, se venden localmente a un precio muy superior?


Nuevo escenario
Claro que la situación cambió profundamente en los últimos meses, en especial para el segmento de las cosechadoras.

Por un lado, el mercado de 0 Km se desplomó. Según los datos oficiales del INDEC, las ventas de equipos de cosecha en el segundo trimestre de 2018 cayeron 52% respecto a las unidades negociadas en igual período del año anterior.

Por el otro, la disparidad de precios entre máquinas nuevas y usadas se ensanchó de manera marcada, ya que mientras los equipos 0 Km debieron trasladar inmediatamente a sus precios los costos dolarizados de producción/importación, las unidades de segunda mano se acomodaron un poco mejor a las posibilidades del mercado.

Lejos de diluirse, ambas tendencias podrían acentuarse en los próximos meses, a partir del agravamiento de la crisis cambiaria y las dificultades de la economía en general,

Así las cosas, las empresas que no tomen debida nota de la nueva realidad pueden pagar un alto precio en su participación de mercado.

Como dato complementario, en Brasil, donde las ventas de cosechadoras en 2017 cayeron 47% respecto a los números que se movían cuatro años atrás, los únicos que “salvaron la ropa” fueron los modelos económicos (menos de 265 HP), con casi 50% de las ventas totales. En el otro extremo, las megacosechadoras (más de 410 HP), primero se estancaron y luego empezaron a declinar en su participación.



Fuente: Nestor Sargiotto







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