UN AMBIENTE PROPICIO PARA LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN SEMILLAS DE ALGODÓN

Pasaron dos años desde que Gensus inició sus actividades como el único semillero de algodón en el país. Los que formamos parte de Gensus tenemos la convicción y el compromiso de aportar valor al cultivo a partir de semillas certificadas de calidad; y es nuestro objetivo incorporar innovación a un cultivo que estuvo rezagado en el acceso a nuevas tecnologías justo en el momento clave de todo su ciclo… la siembra.


amanecer rural

Confiando en que todos los actores de la cadena algodonera son conscientes del atraso tecnológico al cual nos enfrentamos, hemos trabajado desde el primer día con una mirada integral para entender las necesidades de cada eslabón de esta. Si bien nuestro foco es el productor algodonero, entender la demanda de la industria local y de la exportación nos permite trabajar con una mirada de largo plazo que se concreta con la provisión de semillas con tecnología que permitan lograr la calidad de fibra que el mercado está requiriendo, tanto desde el uso a nivel local, como el de exportación.
Por otra parte, todos sabemos que las empresas proveedoras de eventos biotecnológicos esperan encontrar un escenario de uso de semilla legal que los aliente a lanzar esas nuevas herramientas que el productor está esperando. 
En este sentido, podemos decir que en la campaña 2017/18 año hemos dado un claro mensaje, ya que se alcanzó más de un 60% de reconocimiento en el valor de la tecnología en semillas sobre el total de las hectáreas sembradas y proyectamos que se repetirá el mismo porcentaje en la presente campaña. Se trata de valores inéditos en una autógama (el promedio de los últimos años estaba entre 12 y 15%) y nos reaviva la esperanza de lograr en poco tiempo un cambio cultural por parte de los productores que va a redundar en la aparición de nuevas empresas lanzando más y mejores tecnologías. Este objetivo se logró a partir de la conjunción de varios factores concurrentes que provocaron un cambio de actitud y está promoviendo un cambio de hábitos a futuro. 
En primer lugar, vale la pena destacar el impulso de productores algodoneros líderes que, a través de la conformación del Grupo por la Tecnología en Algodón (GTA), unieron sus esfuerzos para mostrarle a las empresas de tecnología que están dispuestos a trabajar en un entorno formal mediante la compra de semilla fiscalizada y/o el reconocimiento por el pago de la ORL (Opción de Renovación de Licencia).
En segundo lugar, un compromiso de las empresas que realizan el tratamiento de deslintado con ácido, para solicitar al productor el Permiso de Obtentor antes de procesar la semilla de uso propio, práctica que ha permitido ordenar e incorporar al sistema formal de semillas una importante cantidad de hectáreas.
En tercer lugar, el trabajo de la Dirección Nacional de Agricultura, INASE y SENASA, que promovieron el cumplimiento de resoluciones existentes como la Resol. 35/96, la promulgación de la Resol. 579/17 y el nuevo SISA (Sistema Integrado de Simplificación Agrícola). Todos estos cambios están permitiendo contar con información más precisa para evitar el comercio de semilla ilegal, o lo que es peor, la introducción de eventos biotecnológicos no aprobados en el país.
En cuarto lugar, y no menos importante que los anteriores, el trabajo que las provincias del norte argentino realizan con productores medianos y chicos, proveyendo semilla certificada de alta calidad e incluso a través de la multiplicación de semillas para pequeños productores como la tarea encarada por el Ministerio de la Producción de Chaco.
Por último, la promoción de los laboratorios de HVI y la búsqueda de un sistema de trazabilidad de la calidad de la fibra, entre otras muchas medidas, contribuirán a recrear un marco más propicio y de mayor transparencia en el comercio de semilla y fibra de algodón.
Estamos seguros de que esta campaña algodonera representa un punto de inflexión en la producción algodonera en Argentina. Estamos visualizando un claro incremento del área de algodón sostenido por mejores márgenes, precios sostenidos de la fibra a nivel internacional, oferta de semilla certificada en cantidad y calidad, lanzamiento de nuevas tecnologías como la de la empresa Indigo que dará más sustentabilidad al cultivo y más oportunidades para abastecer no solo al mercado interno sino también a la exportación.
Comenzar a recuperar la confianza en la calidad de la semilla tendrá dos consecuencias, una inmediata y otra que se irá consolidando en el tiempo.
El futuro cercano ya nos muestra claramente como todos estos factores de mejora se proyectan para que el próximo año podamos visualizar un aumento significativo de las hectáreas sembradas con tecnología de Indigo, el lanzamiento de 3 nuevas variedades del INTA con tecnología BGRR y detrás de esto, y no muy lejos en el tiempo, comenzaremos a ver otros eventos biotecnológicos incorporados a variedades del INTA y otros germoplasmas. 
Vemos con satisfacción que este sendero es abrazado por los actores más relevantes de la cadena algodonera.
Desde Gensus, nos proponemos ser un vehículo más para consolidar este modelo productivo y seguiremos aportando nuestro grano de arena, sentados en la misma mesa con otros actores, donde las miradas diversas, en un entorno de diálogo inteligente, creativo, con los pies en la tierra y resolviendo el presente, pero con una mirada de faros largos, nos permita proyectar un futuro sustentable para nuestra cadena algodonera. 
 



Fuente: Pablo Vaquero, presidente Gensus SA.







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