Brexit: más sombras que luces para el Mercosur y Argentina

Lejos de preverse buenas oportunidades comerciales el retiro del Reino Unido de la Unión Europea no aportará ventajas inmediatas para nuestro bloque.


amanecer rural

La semana pasada, la Cámara de los Comunes británica dio por tierra con el borrador de acuerdo negociado largamente entre el gobierno y las autoridades de la Unión Europea (UE) para el retiro del Reino Unido de la UE, llamado Brexit.

Además, la derrota del gobierno fue histórica por la amplia diferencia entre votos a favor y en contra.

A 70 días de la fecha en que supuestamente GB iba a abandonar el mercado común, el panorama es un verdadero caos.

Que haya semejante mayoría en contra del acuerdo negociado no significa que también la haya para algún otro tipo de solución.

La UE ha hecho saber que no está dispuesta a cambiar los términos de lo ya acordado. Uno de los problemas principales que queda por resolver es cómo funcionaría la aduana entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, una vez que el RU no forme parte más de la UE.

La primera ministra May logró evitar un voto de no confianza, pero debe presentar una alternativa para el 29.

Los que se oponen al acuerdo existente son tanto partidarios de la salida británica como los que apoyan la continuidad de la asociación.

Las opciones ahora son varias: negociar un nuevo acuerdo, pedir una prórroga para el Brexit, por ahora establecido para el 29 de marzo, convocar a nuevo referéndum o aceptar una salida sin acuerdo.

No hay tiempo ni voluntad europea para la primera alternativa.

Hay que definir cuán larga será la prórroga. Si es de hasta dos meses, no habría mayores problemas pero no parece suficiente para aportar una solución. Si se excede, se superpondrá a las elecciones para el Parlamento Europeo, en las que GB debería participar pero que, en anticipación del Brexit, la mitad de las más de 70 bancas británicas se redistribuyeron entre otros países, agregando complicaciones.

La convocatoria a otro referéndum genera debates políticos y legales de enorme magnitud.

La salida sin acuerdo presenta el peor panorama posible, para el RU pero también para la UE por sus consecuencias económicas, especialmente en el corto plazo.

 

Efecto regional

Queremos enfocar este análisis en dos puntos, las consecuencias que el Brexit puede tener sobre la Argentina y el Mercosur y el ejemplo que esta crisis política puede dar.

Hay varios que guardan la expectativa de que la separación del RU de la UE puede generar buenas oportunidades comerciales para nuestros países, dada la tradicional mayor liberalidad británica en cuestiones de comercio externo, en particular con respecto a la agroindustria.

Creemos que se trata de un optimismo voluntarista. Los exportadores británicos se enfrentarán a tarifas plenas en la totalidad de los países del mundo, obviamente también en la UE, principal destino de los mismos, sin poder aprovechar las decenas de acuerdos de libre comercio que tiene la UE y a los que estaban acostumbrados.

Rápidamente, GB deberá negociar acuerdos con los principales bloques y mercados para evitar una crisis de exportación, producción y empleo. Los recursos británicos para tales tareas, como en cualquier otro país, son limitados y son negociaciones que llevan largo tiempo. Claramente, ni la Argentina ni el Mercosur estarán al tope de las prioridades, lo que no solucionará ninguna flexibilización de nuestro bloque.

Por último, que una sociedad tan desarrollada como la británica y de tan larga tradición democrática provoque semejante daño autoinfligido debe ser un llamado de atención ante la proliferación de gobiernos y voces partidarios del populismo, del “vivir con lo nuestro” y de dar la espalda a la globalización a costa del bienestar de la mayoría de los humanos.



Fuente: Miguel Gorelik







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