RECOMENDACIONES PARA UN MANEJO EFICIENTE DEL FORRAJE

La época estival se caracteriza por alta temperatura, intensidad de luz, días largos, viento caliente y desecante. Recomendaciones de manejo para las pasturas.


amanecer rural

Las forrajeras presentan mayor evapotranspiración y menor crecimiento en esta época. Hay especies invernales perennes que detienen su crecimiento, como el falaris y el raigrás perenne. Las especies invernales anuales o bianuales están en estado de semillazón y secas y el resto de las invernales y estivales perennes crecen según la disponibilidad de humedad.
Para manejar adecuadamente una forrajera se deben conocer sus características de crecimiento, el momento de inicio del pastoreo y sus períodos de descanso.
En lo que refiere a las pasturas, durante todo el año las forrajeras que son sobrepastoreadas crecen con la mitad de velocidad que si se manejan adecuadamente, pero si esa forrajera está pasada, crece menos, a alrededor de un tercio de la velocidad óptima. En verano además de disminuir la velocidad de crecimiento, las plantas pueden llegar a morir.
Un manejo adecuado es entra a pastorear con dos puños de altura para las especies altas de las pasturas sembradas  y salir con un puño de altura, mientras que para las especies del pastizal natural y la festuca el manejo es mas bajo, entrar con un puño y medio de altura y salir con medio puño.
Un mal manejo no sólo produce un menor crecimiento aéreo, sino una disminución del volumen de raíces, lo cual es crucial en verano desde el punto de vista de la sobrevivencia de las plantas.
Un buen manejo en verano implica realizar pastoreos moderados, dejando un remanente de hojas. Respetar un período de descanso y preferentemente pastorear las áreas bajas con mas humedad. Si falta forraje y se debe sobrepastorear, tratar de no sobrepastorear la misma franja.
El control de malezas se debe hacer con herbicidas o desmalezar alto (no menos de 10 cm). Lo mismo se debe cortar alto al enrollar (salvo alfalfa) y, si es necesario, suplementar.
Este buen manejo de pastoreo conservando siempre las plantas con hojas sobre todo en verano, provoca un menor calentamiento del suelo, menor pérdida de humedad, mejor extracción de agua, mejor uso de la energía solar y nutrición y menor enmalezamiento por sombreado y sin áreas de suelo descubierto (gramilla y otras).
La alfalfa por ejemplo requiere un manejo especial, contemplando el nivel de reservas en sus raíces. Éstas son mínimas cuando los rebrotes tienen 15 a 20 cm. y máximos con alrededor de 35 cm.
Para respetar esta premisas siempre se ha propuesto iniciar el pastoreo con un 10% de floración en primavera y verano y cuando inicia el rebrote desde la corona en otoño e invierno.
Debido a que en primavera y verano hay mayor nivel de tallos en relación a las hojas, lo que implica menor calidad y desperdicio de pastoreo, se propone en esta época seguir haciendo los cortes para heno con el 10% de floración, pero el pastoreo iniciarlo en pre botón floral por su mayor calidad y recuperar sus reservas en otoño e invierno al pastorear al inicio de rebrote de corona con máximas reservas.
 
MEJORANDO LA EFICIENCIA 
DEL PASTOREO EN VERANO

La suplementación energética-proteica y el cambio de horario del pastoreo hacia la noche mejoran los resultados
El verano se caracteriza por su alta temperatura. Si hay viento será muy caliente, lo que favorece la evapotranspiración en las forrajeras; la intensidad de luz es alta, y los días largos. Existe un bajo nivel de humedad edáfica (cuando no sequía), con excepción en algunas regiones este año, y buena disponibilidad de nitrógeno en el suelo. Muchas especies dejan de crecer (por ejemplo, la falaris), otras presentan un desarrollo de hojas lento y el tamaño de las mismas es mediano a chico. Las especies anuales o bianuales se encuentran en pleno proceso de semillazón con el follaje seco. Se observan muchas hojas muertas.
El proceso de macollaje en gramíneas se detiene o está poco activo. Los sistemas radiculares están limitados en su actividad. De acuerdo con el manejo primaveral previo, el nivel de reservas puede ser medio a alto. El trébol rojo, algunas festucas y el trébol blanco pueden producir volúmenes apreciables de forraje siempre que dispongan de agua suficiente y que la temperatura no sea excesivamente alta. La actividad de las especies estivales como la alfalfa, el lotus y el pasto miel dependerá de la profundidad del suelo, de la acumulación de agua que éste posea y de la penetración que hayan alcanzado las raíces.

¿Cómo manejar las pasturas en verano?
Las pasturas tienen que ser pastoreadas de manera moderada y presentar siempre áreas foliares importantes. La cobertura del suelo debe ser lo más completa posible para evitar la evaporación y el excesivo calentamiento que perjudicará a las yemas responsables del rebrote. Además, es una barrera para la expansión de la gramilla o gramón (Cynodon dactylon), maleza invasora que ocupa los espacios de suelo descubierto ahogando al poco tiempo a la pastura.
Una planta con un sistema radicular bien desarrollado y con un buen crecimiento foliar puede absorber agua del suelo más fácilmente que una planta escasamente desarrollada. Al tener muchas hojas ejerce una succión mucho mayor que una muy pastoreada. No se debe sobrepastorear una pastura justo antes, durante o inmediatamente después de un período de sequía. Siempre existirá la tentación o necesidad de hacerlo debido a la falta de forraje, pero la consecuencia será la pérdida de la pastura o la desaparición de las especies de mayor producción y la invasión de malezas estivales.
Respecto del control de malezas de alto porte (por ejemplo cardos), es conveniente desmalezarlas una vez que las forrajeras anuales han volteado las semillas para asegurar la resiembra en el otoño siguiente. La altura de corte no debe ser menor a los 10 centímetros, para favorecer el rebrote más rápido de las especies perennes; para que éstas compitan mejor con las malezas, y para que el sombreado evite el desecamiento del suelo. Cuando la base forrajera la constituye la alfalfa, la altura del rastrojo remanente deberá quedar entre 7 y 10 centímetros. Así se evita que los vacunos coman los brotes basales, responsables del siguiente rebrote. Por último, hay que monitorear y controlar las plagas típicas de la época. Es importante pastorear moderadamente y combinar o reemplazar, en esta estación, el uso de las pasturas templadas con el consumo de verdeos de verano o de forrajeras megatérmicas.

¿Cómo mejorar la eficiencia de pastoreo?
En un verano caluroso, si los animales pastorean en las horas de mayor carga calórica van a masticar y a rumear menos porque se produce un gasto de energía que tienen que emplear para disipar el calor. Se recomienda, entonces, realizar pastoreos nocturnos. Otra manera para mejorar el consumo es cortar la pastura, disponerla en andanas y ofrecerlas con posterioridad a un oreo corto.

¿Es necesario suplementar en el verano?
En el otoño o en el invierno la suplementación es una técnica arraigada en los planteos ganaderos pastoriles para corregir deficiencias nutricionales, tanto en cantidad como en calidad del recurso forrajero base. En el verano, el forraje también disminuye su producción y su calidad, sin embargo no es una práctica corriente. Existe el concepto equivocado de que los animales, por la alta temperatura, no consumen suplementos energéticos. Nada más erróneo.
Pueden sí observarse modificaciones en su conducta, como cambios de horarios para el consumo de la ración respecto del habitual en el invierno. En el verano se acelera el proceso de maduración de las pasturas, lo cual deriva en un incremento del nivel de fibra en relación al resto de los componentes, como la proteína y los minerales. A su vez, en caso de no comer las pasturas a tiempo, por ejemplo, las leguminosas a principio de la floración, se aumenta la pérdida de calidad nutricional, limitando, aún más, el aprovechamiento del forraje (digestibilidad) y el nivel de consumo. Es decir, se produce un doble impacto, el animal come menos cantidad y, a su vez, de lo que come, aprovecha menos.
Sumado al cambio mencionado en las pasturas se encuentra el estrés calórico expresado por la hacienda al dejar de pastorear a media mañana buscando sombra y agua, con babeo y aumento de la frecuencia respiratoria.
Los animales se retiran del pastoreo y buscan la sombra por 6 a 8 horas debido al impacto climático y dejan de comer el forraje, ya que la digestión de la fibra les genera un mayor incremento calórico. Es frecuente observar en animales suplementados con raciones compuestas por heno y concentrados como seleccionan a favor del concentrado, percibiendo que les produce menos carga calórica (dieta fría).
La suplementación en este período recobra importancia para corregir las deficiencias generadas por el menor consumo, por el gran aumento de la transpiración (donde los vacunos pierden agua y minerales) y por la disponibilidad de forraje.
La alimentación a utilizar debe estar compuesta por concentrados sobre la base de cereal y minerales. Además, se pueden adicionar proteínas, las que son necesarias cuando se pastorean forrajes muy maduros ("pasados") o pasturas con un bajo porcentaje de leguminosas. Otra alternativa es el empleo de urea.
El nivel de suplementación estará determinado por las necesidades a cubrir, manteniendo como parámetro el suministro a razón del 0,5 al 1% del peso vivo, que suele ser la capacidad de consumo resignada. La hora más conveniente para racionar es el medio día, favoreciendo el pastoreo a la tarde, a la noche y a la mañana temprano.



Fuente: Ing. Agr. E. Marcelo García







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