MANEJO DE INSECTICIDAS SEGUN LOS GRUPOS TOXICOLÓGICOS

Es de suma importancia evitar la resistencia de plagas a insecticidas mediante un conocimiento en su modo de acción y aplicación correcta.


amanecer rural

Los insecticidas son usados en gran escala en los sistemas de producción agrícola, el objetivo de su uso es el control y prevención de insectos plaga. Sin embargo, su aplicación incorrecta puede traer serios problemas en la salud y un alto impacto en el ambiente, es por ello que se requiere una capacitación adecuada para realizar su aplicación correctamente. En los últimos años se ha observado una tendencia sobre un aumento de la resistencia de las plagas hacia la aplicación de insecticidas, esto ha generado que se usen dosis más altas y con menor intervalo de frecuencia. La resistencia es definida como el desarrollo de la habilidad para tolerar dosis altas de tóxicos, los cuales resultarían letales a la mayoría de los individuos en una población normal de la misma especie.  La resistencia se puede considerar como un proceso inevitable, debido a la presión de selección continua que se sigue ejerciendo con las aplicaciones de insecticidas.
La resistencia a insecticidas limita severamente la sustentabilidad del combate químico de plagas y representa uno de los retos más grandes a que se enfrenta el especialista en protección vegetal. Las plagas tienen la capacidad de desarrollar la habilidad de vivir y reproducirse en ambientes altamente contaminados por insecticidas. Actualmente, más de 525 especies de artrópodos han desarrollado resistencia a uno o más insecticidas en condiciones de campo y este fenómeno afecta al control de plagas de importancia médica, veterinaria y agrícola. El conocimiento adecuado de la evolución, genética, fisiología y ecología de los mecanismos de resistencia, es imprescindible para diseñar y aplicar programas que permitan manejar adecuadamente este fenómeno.
Así mismo, conocer el modo de acción del insecticida es útil para comprender mecanismos de resistencia, aunque estos no siempre están relacionados. Los insecticidas pueden ser clasificados en varios grupos de acuerdo a su modo de acción y este puede ser relacionado a mecanismos de resistencia.
La resistencia puede ser atribuida a un simple gen/proteína, pero hay ejemplos donde dos o más mecanismos de resistencia operan simultáneamente. Además de conocer los mecanismos de resistencia, se recomienda que en la aplicación de insecticidas se tomen en cuenta los siguientes puntos.
• Tratar de frenar el desarrollo de resistencia limitando el uso de plaguicidas con modo de acción similar a los plaguicidas a los que los cultivos ya han desarrollado o tienen un alto riesgo de desarrollar resistencia.
• Intentar aumentar la eficacia del tratamiento mezclando productos con diferentes formas de acción.
• Tratar de bajar la presión de selección de un cierto producto alternando el uso de plaguicidas con estrategias diferentes.
Con el fin de facilitar estas prácticas, se han generado cuadros básicos de recomendación de insecticidas para tratar cada plaga que presente resistencia en un cultivo específico. Estos cuadros proporcionan a agricultores y técnicos la siguiente información: 
1. Plaga que se trata
2. Insecticida (de los autorizados)
3. Grupo toxicológico-químico al que pertenece cada insecticida
4. Formulación, que indica la presentación física del producto comercial (CE, LS, ES, SC, PH, PS, GD, GR) 
5. Dosis por hectárea 
6. Intervalo de seguridad en días (I.S.D), que indica los días que deben dejarse transcurrir de la última aplicación del insecticida a la cosecha, para asegurarse de que los residuos no rebasen el límite máximo permitido
7. Clasificación toxicológica, que indica qué tan dañino o venenoso es el producto:
     I.   Extremadamente tóxico
     II.   Altamente tóxico
     III.  Moderadamente tóxico
     IV. Ligeramente tóxico 
8. Observaciones, donde se anotan sugerencias generales sobre dónde y cuándo aplica.
Este tema es sin duda uno de los más delicados en los sistemas de producción agrícola y su conocimiento es fundamental para evitar la resistencia de las plagas a los insecticidas así como mejorar la eficiencia de aplicación y reducir el impacto al ambiente.

LOS NEUROTÓXICOS
entre estos insecticidas se encuentran un numeroso grupo de químicos que actúan básicamente como neurotoxinas interfiriendo con el funcionamiento del impulso nervioso de los insectos en las sinapsis entre axones o entre estos y la unión neuromuscular. Algunos lo hacen alterando la permeabilidad de los canales iónicos pre-sinápticos, otros inhiben la actividad de enzimas indispensable para la neurotransmisión química durante la sinapsis y otros se fijan a receptores post sinápticos bloqueando su actividad. En todos los casos el resultado es la incoordinación muscular, parálisis (espástica o flácida) y muerte de los insectos. La actividad neurotóxica se realiza a través del contacto o ingestión de estos compuestos por los insectos. Lamentablemente todos estos grupos químicos también pueden ser neurotóxicos para los mamíferos, aves, peces y otros organismos. 

REGULADORES DEL CRECIMIENTO 
DE INSECTOS Y ÁCAROS

Estos productos interfieren con procesos fisiológicos específicos de los artrópodos como la muda y metamorfosis. Comprenden hormonas de insectos o análogos que imitan la acción de las mismas así como sustancias que inhiben la síntesis o el desarrollo de compuestos imprescindibles y específicos para la vida de los insectos y ácaros como por ejemplo la quitina, la cual no tiene prácticamente correlato en los mamíferos. En presencia de alguno de estos compuestos los huevos de los artrópodos no eclosionan, las larvas o ninfas no mudan al siguiente estadío de la metamorfosis permaneciendo como juveniles y no generando adultos. Son conocidos genéricamente como reguladores del crecimiento de insectos (RCI) y originalmente sus primeros usos fueron para el control de plagas agrícolas. Actualmente hay un creciente interés para su aplicación en la entomología médica y veterinaria ya que a diferencia de los insecticidas neurotóxicos convencionales, su modo de acción afecta solamente a procesos bioquímicos específicos de los artrópodos y por lo tanto son de baja toxicidad para los mamíferos.

Factores que influencian 
el desarrollo de resistencia

Este es un proceso complejo de selección pero que depende mayormente de a) frecuencia de los tratamientos (> frecuencia generalmente resulta en > presión de selección) b) de la proporción de la población de artrópodos que sobreviven a al tratamiento c) de la proporción de la población de artrópodos que no es expuesta a los tratamientos o población en “refugio” (> población en refugio resulta en < presión de selección por dilución de genes resistentes al tratamiento con los susceptibles que no han sido expuestos al mismo) y d) número de generaciones del artrópodo en un período determinado de tiempo (más generaciones más rápido aparece la resistencia). En este contexto la situación más peligrosa podría ser la ocasionada por tratamientos frecuentes, masivos (con poca o nula población en refugio) y dirigidos a artrópodos con un número elevado de generaciones anuales.

Mecanismos utilizados por los artrópodos 
para resistir a los tratamientos

Se han descriptos cuatro mecanismos fisiológicos por los cuales los artrópodos se vuelven resistentes a insecticidas y acaricidas
a) aumento de la actividad enzimática (estearasas) con mayor detoxificación metabólica lo cual resulta en menor o nula actividad del principio activo
b) disminución de la sensibilidad en el sitio de acción por modificación de la estructura del químico impidiendo así el acople del tóxico y su acción deleterea
c) disminución en la penetración del principio activo a través de la cutícula (la cual actúa como la epidermis de los artrópodos)
d) desaparición del sitio de acción específico del tóxico anulando la acción de este
Además de estos cuatro mecanismos fisiológicos existe un quinto mecanismo denominado “resistencia por comportamiento” por el cual los insectos resistentes presentan modificaciones etológicas para evitar el contacto con determinado ectoparasiticida. Este tipo de resistencia parece ser de cierta importancia en algunos dípteros. Así mismo la resistencia a un tóxico puede ser debida a uno o a la combinación de dos o más de estos mecanismos.

Manejo de la resistencia
Independientemente de los mecanismos que utilizan los artrópodos para constituir poblaciones resistentes, el problema a enfrentar es la solución racional de este problema. Considerando que la resistencia a una determinada droga es la regla y consecuencia inevitable de su aplicación repetida, el objetivo de máxima para mitigar sus efectos es demorar en extremo el desarrollo de poblaciones a este principio activo. Sin embargo, este aparentemente simple objetivo es difícil de cumplir bajo las condiciones generales de campo y existe actualmente muchas controversias sobre las estrategias más convenientes a seguir.



Fuente: INTA, Oscar Sergio Anziani.







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