La mayor parte de los sectores agroindustriales que lideran la destrucción de empleo no fueron incluidos en la rebaja de aportes patronales

La mayor parte de los sectores agroindustriales argentinos quedaron fuera de la reducción de cargas patronales instrumentada por el gobierno nacional con el propósito de ayudar a revertir –según indica el decreto 128/19– una “situación económica financiera crítica que obstaculiza el debido cumplimiento de las obligaciones impositivas y de la seguridad social”.


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La mayor parte de los sectores agroindustriales que lideran la destrucción de empleo no fueron incluidos en la rebaja de aportes patronales


Las empresas agroindustriales de economías regionales comprendidas en el beneficio dejarán de abonar cargas patronales por aquellos empleados con salarios brutos de hasta 17.509 pesos mensuales, mientras que para remuneraciones superiores se abonará solamente el impuesto correspondiente a la diferencia entre el salario y ese tope. La medida regirá para las contribuciones patronales que se devenguen entre el 1 de marzo de 2019 y el 31 de diciembre de 2021 inclusive.

Entre las actividades agroindustriales comprendidas en la medida se encuentran la elaboración bebidas no alcohólicas (fundamentalmente jugos), ingenios azucareros, industria vitivinícola, aserraderos de madera y fabricación de alimentos en base a pescados.

Las últimas estadísticas oficiales publicadas por la Secretaría de Trabajo y Empleo de la Nación, correspondientes a septiembre de 2018, indican que el salario promedio bruto de las empresas dedicadas a la fabricación de alimentos en base a pescados fue de 48.749 pesos, mientras que las empresas de bebidas no alcohólicas fue de 47.485 pesos, los ingenios azucareros de 37.720 pesos, las industrias vitivinícolas de 29.364 pesos y las de aserrado y cepillado de madera 15.411 pesos.

Pero existen muchas otras empresas agroindustriales –que, como tales, son parte de “economías regionales” en diferentes sectores del país– que no fueron incluidas en la medida oficial y tienen dificultades económicas y financieras debido a la elevada presión tributaria, demanda interna pauperizada y una competitividad externa decreciente por derechos de exportación combinados con un progresivo atraso cambiario (producto esto último de la escalada inflacionaria de costos).

Los que quedaron afuera del beneficio son los trabajadores de la industria del tabaco, que lideran el ranking de salarios del ámbito agroindustrial con una remuneración bruta promedio de 57.651 pesos en septiembre de 2018, seguidos inmediatamente después por los empleados del sector cervecero (57.575 pesos), industria del almidón (57.130 pesos), sector aceitero (52.269 pesos), industria láctea (47.302 pesos), industria celulósica (42.357 pesos), elaboración de alimentos para animales (39.008 pesos), molinos harineros (38.114 pesos), curtiembres (36.147 pesos), industrias frigoríficas (29.616 pesos) y elaboración de pastas alimenticias (25.781 pesos), entre otras.

Los últimos datos oficiales muestran que en el segundo trimestre de 2018 se perdieron 1986 empleos registrados en el sector aceitero respecto del mismo período de 2017, además de 1087 en la industria láctea, 571 en las empresas elaboradoras de tabaco, 453 en las curtiembres, 396 en la elaboración de bebidas no alcohólicas y 39 en la industria celulósica. Pero solamente uno de los muestran señales de destrucción de empleo (bebidas no alcohólicas) fue incluido en la medida.

Los sectores agroindustriales que crearon la mayor parte de empleos en ese mismo período fueron el frigorífico con 1771 nuevos trabajadores registrados, seguido por el cervecero con 585, industria vitivinícola con 396 y empresas elaboradores de alimentos en base a pescado con 313 puestos de trabajo adicionales.



Fuente: Valor Soja







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