CONTROL DE PLAGAS EN GIRASOL ALMACENADO. Parte 2

Manejo durante el llenado del depósito y después del llenado. Principios activos. Aspectos del control químico.


amanecer rural

PRINCIPIOS ACTIVOS REGISTRADOS EN ARGENTINA Y CLASIFICACIÓN
Desde el punto de vista de los fines prácticos, los insecticidas de granos almacenados pueden dividirse en tres grupos: preventivos, curativos y de rápida acción. Para los fines preventivos se utilizan insecticidas residuales líquidos o en polvo, capaces de evitar una infestación por un tiempo prolongado después de su aplicación. Éstos se aplican sobre las instalaciones vacías antes de recibir el grano o bien sobre el grano mismo, cuando se encuentra en movimiento. Los insecticidas líquidos o en polvo controlan adultos y algunas fases juveniles, pero son incapaces de eliminar los estadios que se desarrollan en el interior del grano. En la Tabla 3 se ofrece un listado detallado de los insecticidas registrados en SENASA para su utilización en granos almacenados en Argentina.

CONSIDERACIONES SOBRE INSECTICIDAS QUÍMICOS
Para fines curativos (esto es, controlar plagas ya instaladas) se utiliza principalmente la fosfina, un insecticida que actúa en forma de gas (fumigante). La fosfina es capaz de eliminar todos los estadios de desarrollo del insecto y no ofrece protección posterior porque carece de residualidad. Si bien esta es una desventaja, respecto del control de insectos en girasol constituye una ventaja, ya que no deja residuos en el grano ni en el aceite. 
Cabe destacar que no todos los insecticidas son efectivos contra todas las plagas y de allí que resulte muy importante la tarea de identificación de los insectos presentes. Por ejemplo, el taladrillo de los granos (Rhyzopertha dominica) debe ser controlado con piretroides pues es resistente a los organofosforados; en cambio, los organofosforados son más efectivos para el control de los gorgojos (Sitophilus spp). En caso de una infestación con ambas especies, se debe utilizar una formulación que combine los dos tipos de insecticidas.
Como insecticida de rápida acción, en Argentina suele utilizarse el DDVP. Debido a su elevada presión de vapor, el DDVP es capaz de controlar los insectos adultos en poco tiempo (volteo rápido) pero no los estadios que se desarrollan en el interior del grano; por lo tanto, de existir huevos y larvas dentro de los granos se reanudará la infestación al cabo de algunos días. Su poder residual es escaso, del orden de pocos días.
Como se ha mencionado, los insecticidas en base a DDVP pueden utilizarse para eliminar rápidamente larvas y adultos debido a su elevada presión de vapor (volteo rápido). La desventaja de utilizar DDVP es que no elimina todos los estadios de desarrollo del insecto de modo que la infestación puede reanudarse a los pocos días. En Argentina, es usual que se realice la aplicación de DDVP a la carga del transporte con el objetivo de lograr una rápida mortandad de los insectos adultos y así evitar los rechazos en destino por presencia de insectos vivos. No obstante, esta práctica se debe evitar por las siguientes razones:
* En algunas provincias argentinas está prohibida la aplicación de cualquier sustancia fitosanitaria a la carga del camión (tanto líquidos, como sólidos y fumigantes).
*Una aplicación de DDVP improvisada y a último momento puede conducir a que no se cumpla el período de re-entrada y/o el período de carencia. Nótese que en los marbetes comerciales se indica un período de carencia de entre 20 y 30 días para el rango de dosis normalmente utilizadas. Esto implica que un lote trata- do con DDVP recién puede liberarse para el consumo entre 20 y 30 días después de la aplicación.
*El DDVP es un insecticida registrado en Argentina (posee un Límite Máximo de Residuos de 5 mg/kg) pero prohibido en otros países, por ejemplo en la Unión Europea. Para evitar el rechazo de la mercadería en tales destinos, se debe evitar la utilización de este principio activo en toda la etapa de poscosecha. Esto es crítico especialmente en el girasol, ya que residuos de este producto pasan al aceite causando importante inconvenientes en la comercialización. Cabe destacarse que el aceite se consume refinado, y que el proceso de refinamiento elimina los residuos, por lo que no hay un efecto en la salud humana. Sin embargo, la gran proporción del aceite se exporta como aceite crudo, por lo que puede contener residuos.
Planifique la aplicación de insecticidas (líquidos, sólidos y fumigantes) con suficiente anticipación al despacho de la mercadería. Sólo así evitará problemas de insectos vivos, residuos e intoxicaciones accidentales.

FUMIGACIÓN CON FOSFINA
El fumigante más utilizado en la actualidad para el control de plagas en granos almacenados es la fosfina. La fosfina es un gas letal para los insectos, capaz de eliminar todos sus estadios de desarrollo, incluso los de las plagas primarias, ya que difunde hacia el interior del grano. Como se profundizará luego, el éxito del tratamiento con fosfina depende de la hermeticidad del recinto y del tiempo de exposición. La fosfina no posee poder residual, de modo que no ofrece protección posterior, y no afecta el poder germinativo de las semillas
Una fumigación con fosfina sólo puede ser realizada por una persona o ente habilitado para tal fin debido a los riesgos que conlleva el procedimiento. La fosfina es un gas altamente tóxico para los insectos, roedores, humanos y otros animales. Además es corrosivo de los metales blandos y puede encenderse espontáneamente en el aire a concentraciones superiores a 18000 ppm. Antes de manipular fosfina leer atentamente las recomendaciones de la etiqueta del envase y la Hoja de Seguridad.

CLAVES PARA UNA FUMIGACIÓN EXITOSA: HERMETICIDAD Y DOSIFICACIÓN
Como regla general, en Argentina se recomienda una concentración mínima efectiva de 200 ppm de fosfina durante por lo menos 5 días dentro de la estructura de almacenamiento (ya sea silos, celdas, bolsas plásticas, etc.) para eliminar adultos, huevos y larvas de insectos. Pero, ¿cómo lograr esa concentración?
La clave radica en dos factores muy importantes: la hermeticidad del recinto y la dosificación del fosfuro metálico.
La hermeticidad del recinto debe ser la máxima posible. Esto permite que se establezca la concentración letal de fosfina y que se mantenga por el tiempo necesario para eliminar todos los estadios del insecto. Si la hermeticidad es baja, la mayoría de la fosfina se escapará rápidamente (al cuarto día o antes)  en este caso es posible que los insectos adultos mueran, pero los huevos, larvas y pupas reiniciarán el ciclo de infestación a los pocos días.
Para lograr una correcta hermeticidad, en estructuras fijas se debe tapar los ventiladores y los conductos de aireación y sellar todas las grietas y roturas, previamente a la aplicación de las pastillas. También es recomendable realizar el encarpado de la mercadería, que consiste en cubrir la superficie del granel con una lámina de polietileno de 150 micrones de espesor como mínimo y sellar sus bordes (por ejemplo, colocar algo del mismo grano en los bordes como contrapeso)
De no realizarse el encarpado, se deberán sellar además todas las aberturas del techo del depósito (bocas de venteo, extractores, puertas de inspección, etc.).
En bolsas plásticas, se debe asegurar que la bolsa esté perfectamente cerrada y que no presente roturas sin emparchar.
La adecuada dosificación, por su parte, es crítica para llegar a la concentración letal. La dosificación adecuada depende de varios factores, a saber:
*El grano a fumigar. Los diferentes tipos de grano son capaces de adsorber diferentes porcentajes de fosfina que, en consecuencia, no queda disponible para eliminar los insectos. En general, las oleaginosas y los granos con cáscara adsorben un porcentaje mayor de fosfina que los cereales y por lo tanto requieren dosificaciones mayores. En el caso particular de girasol se recomienda utilizar una dosis de al menos 4 pastillas por t, debido a la alta capacidad sortiva de la cáscara.
* Las condiciones ambientales: humedad y temperatura. A menor contenido de humedad de los granos y a menor temperatura, se requerirá una dosificación de fosfuro metálico mayor, porque la liberación del gas será más lenta. No se debe fumigar si la temperatura del granel es menor a 5ºC y/o la humedad del grano es superior a 15% o inferior al 9%.
* La hermeticidad del recinto. A mayor hermeticidad del recinto, se requieren menores dosificaciones de fosfuro metálico pues la fosfina quedará atrapada en el interior por largos períodos. Si el recinto no es hermético, no se puede compensar dicha falla con una mayor dosificación de fosfuro; en ese caso, el recinto no se debe fumigar.
* El grado de infestación de la mercadería. Infestaciones severas requerirán una dosificación mayor que las infestaciones leves.
La dosificación de fosfuro metálico que figura en los marbetes para granos almacenados en silos y celdas está en un rango entre 3 y 6 pastillas de 3 gramos por tonelada de grano. Como se ha dicho, en condiciones más favorables (recintos muy herméticos, granos de baja adsorción, adecuada humedad y temperatura del grano, infestación leve) utilizar las dosis más bajas del rango. En condiciones más adversas, es posible utilizar las dosis mayores del rango, siempre respetando el máximo permitido.
Medir la concentración de fosfina dentro del depósito es la única forma de saber si se ha alcanzado la concentración letal por el tiempo suficiente (200 ppm por cinco días) y, por lo tanto, si la fumigación resultará efectivamente en el control de la infestación. En otras palabras, dosificar según la recomendación del marbete es fundamental para un tratamiento exitoso pero no garantiza el control de la infestación. Si no se mide, no se sabe. 



Fuente: Ing. Agr. (Ph.D.) Ricardo Bartosik ; Lic. (M.Sc.) Bernadette Abadía ; Ing. Agr. Leandro Cardoso ; Ing. Agr. (M.Sc.) Diego de la Torre ; Lic. Gisele Maciel .







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