18/09/2019. NACIONALES.
Las exportaciones de harina de soja ubican a nuestro país como el principal proveedor mundial de este producto, con más de 50 destinos abiertos.
En la actualidad, el 60% de las ventas de harina de soja van a Asia con Vietnam como principal comprador. Menos de un 40% va a Europa. También hay compradores en el norte de África.
Además, la Argentina es el principal exportador mundial de aceite de soja, que se destina a más de 25 destinos, y el tercer proveedor global de poroto, que va a 15 destinos.
Desde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca destacaron que en promedio, en los últimos tres años la harina de soja generó ingresos anuales por un valor de US$ 9.400 millones.
En este sentido, "representa el 25% de las exportaciones agroindustriales argentinas al mundo", con un volumen cercano a los 30 millones de toneladas al año.
En promedio, durante las últimas cinco campañas la industria procesadora de soja de la Argentina industrializó en promedio un 77% de la cosecha. Además, un 90% del total procesado tuvo como destino la exportación.
En total, las exportaciones del sector agroindustrial representan un 64% de las exportaciones totales de la Argentina al mundo y un 18% del PBI.
En tanto, de acuerdo a las estimaciones oficiales, el complejo sojero emplea 345.000 personas, siendo un 16% del total de la mano de obra del sector agroindustrial.
"Sobre una cosecha de 55 millones de toneladas, de acuerdo a las proyecciones vamos a terminar el año con que cerca del 90% de la soja va a salir procesada de alguna manera del país", destacó el ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere.
Las proyecciones oficiales indican que en 2019 la Argentina va a exportar las siguientes cantidades vinculadas al complejo:
Ahora, tras la firma del protocolo durante la última semana, se abre una plaza clave para la agroindustria argentina.
"Es una oportunidad de un altísimo simbolismo", destacó el secretario de Relaciones Exteriores y Culto, Jorge Faurie.
El presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Ricardo Negri, compartió los requisitos que deberá cumplir la Argentina para cumplir con el protocolo acordado.
"Se abre una oportunidad pero hay un desafío de transformarlo en realidad", destaca Negri sobre un desafío que involucra a toda la cadena.
"La confianza se puede quebrar si no cumplimos con lo que establece el protocolo", agrega el titular del Senasa. Entre las condiciones excluyentes se encuentra que debe ser soja producida en nuestro país. Con esto China busca evitar que ingrese soja desde Estados Unidos de forma indirecta, por la guerra comercial que tiene el gigante asiático con el país del norte.
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Además, "solo se va a exportar harina de soja de los eventos transgénicos aprobados por China y la Argentina, y tiene que ir limpia sin malezas y sin restos de productos de origen animal".
"El protocolo es cumplible, pero no va a ser fácil", destaca Negri.
"Es un acuerdo histórico esperado durante muchos años. Necesitamos compensar la exportación de soja que se está yendo sin procesar", agregó Gustavo Idígoras, presidente de CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro Exportador de Cereales).
Idígoras explicó que a partir de este importante paso dado, quedan pendientes dos etapas más: la habilitación de las plantas, que podría anunciarse en octubre próximo, y el registro de producto, que va a demorar varios meses más. Es por eso que "no es de esperar embarques inmediatos por el momento".
Esta firma con China no establece cupos y la harina ingresará a China con un arancel del 4%.
"Estamos mandando muestras que están saliendo a China para confirmar la calidad que dicen nuestros papeles", agregó el titular de Ciara-Cec, que estimó la habilitación total entre los meses de enero y febrero del año próximo.
