El Chaco cierra un año productivo con buenos resultados

A pesar de los efectos negativos y devastadores que dejó la última emergencia hídrica. El sudor de todo lo trabajado servirá apenas para cubrir sus necesidades básicas.


amanecer rural

El productor chaqueño está de pie y con la templanza que siempre lo caracteriza, cerrará otro año donde el sudor de todo lo trabajado servirá apenas para cubrir sus necesidades básicas. Porque el Chaco es indescifrable en materia climática y todas las proyecciones caen al vacío cuando aparecen épocas de lluvias excesivas para los cultivos o los largos períodos de sequía, donde ninguna semilla resiste en un suelo quebradizo, resultando ineficiente cualquier intento por hacerla germinar.
Este 2019 que está llegando a su fin dejará al sector productivo distintas perspectivas y nuevas esperanzas en el horizonte.  Los daños que dejaron a su paso los períodos de excesos hídricos o de sequía, se contradicen con la realidad que hoy presentan muchos cultivos, como el trigo, que fue primicia a nivel nacional, además del girasol, la soja y el siempre defendido algodón chaqueño, que además de ampliar la superficie sembrada, también fueron positivos los rindes obtenidos, algunos inclusive por encima de los valores históricos.
Y sobre esto se pueden escuchar muchos informes de técnicos especializados, que darán su explicación sobre estos logros, pero en realidad, la respuesta es una sola: la templanza del productor chaqueño, que después de cada caída se levanta con mayor empuje y fuerza para enfrentar las vicisitudes cotidianas que le impone la vida en algún alejado rincón del interior provincial.

Ganadería con dificultades
La ganadería, al igual que la agricultura, padeció en carne propia las dificultades climáticas que se dieron este año, una situación que no es diferente a período anteriores y que obligó al productor a redoblar esfuerzos y a entender que en un negocio no siempre todo es ganancia. El esquema productivo chaqueño está hoy expectante, aguardando las políticas públicas que bajarán al sector quienes ahora tienen la responsabilidad de gobernar al país y en particular a nuestra provincia.
Seguramente muchas decisiones serán acompañadas, otras resistidas y algunas hasta criticadas, sobre todo si excluyen a los sectores productivos más vulnerables, que tienen la voluntad de producir para contar con un sustento propio todos los días y para comercializar todo aquello que sea excedente.
Lo cierto en todo esto es que las improvisaciones ya no tienen cabida en un mundo que exige mayor cantidad de alimentos. Muchos productores no califican en los bancos por las dimensiones de sus emprendimientos, por lo que se les hace cuesta arriba la obtención de un crédito para comprar maquinarias o para incorporar tecnología.
En este vacío debe estar presente la mano del Estado, que tendrá que disponer de un instrumento acorde a la realidad económica del país y que premie a quienes con voluntad y esfuerzo devuelven todo el dinero que recibieron para aventurarse al crecimiento y al desafío de ser competitivos.   
Chaco necesita seguir creciendo desde el interior hacia las grandes urbes. Esta idea seduce a los pequeños productores que quieren ser protagonistas de una nueva historia institucional de la provincia, pero son las máximas autoridades quienes deberán darle espacio e insumos, para que todos subidos en ese tren de igualdad de oportunidades, puedan hacer su aporte y que esto los ayude para seguir creciendo.    

Cultivos en números y rendimientos
A pesar de la emergencia climática, el productor chaqueño alcanzó el récord de 130 mil hectáreas sembradas con trigo, con rendimientos promedio que, en casos puntuales, superaron los valores históricos. Esta buena campaña triguera, según la explicación de los técnicos, arrancó tarde, después de la emergencia hídrica, cuando bajó el agua acumulada en los campos, la que dejó en los suelos un buen perfil de humedad que favoreció el crecimiento y desarrollo del cereal.En algunas zonas se registraron rindes de trigo por encima de los 3.000 kilos por hectárea y un promedio provincial por hectárea de 1.950 kilos. Fueron 19 los Departamentos donde se sembró el cereal, siendo el Almirante Brown el que abarcó mayor superficie, con 40.000 hectáreas, siguiéndole el Comandante Fernández con 12.000 hectáreas y finalmente el Chacabuco, Independencia y O´Higgins con 10.000 hectáreas.
En cuanto al algodón, en esta Campaña 19/20 se proyectan unas 200.000 hectáreas, cuyo proceso de siembra está finalizando en estos días y según las estimaciones de los delegados del Ministerio de Producción, se alcanzará a cubrir esa expectativa.
En lo que respecta al girasol, que corresponde también a la Campaña 19/20, el Chaco cuenta con 250.000 hectáreas implantadas, próximas a comenzar su cosecha en este mes de diciembre.
Para la soja, las proyecciones oscilan entre 560.000 y 600.000 hectáreas, comenzando la siembra a partir de este mes, mientras que para el maíz se estiman unas 240.000 mil hectáreas que se terminarán de sembrar entre diciembre y enero.
Por otro lado, se debe mencionar el trabajo que se está haciendo desde el sector privado para incrementar la superficie de arroz, el avance en materia citrícola y de producción de granja, sin olvidarnos de la notable expansión que tuvo la miel, que llevó al Chaco a ser la primera en exportación en Argentina de miel orgánica.
Actualmente están inscriptos en el RENAPA (Registro Nacional de Productores Apícola) 686 productores apícolas chaqueños, con 70.009 colmenas, distribuidas en un total de 1.529 apiarios.

Crecimiento hortícola
También es necesario resaltar el crecimiento constante que tuvo la horticultura en este último año, un sector potencialmente muy fuerte para la provincia del Chaco, ya que es un cultivo viable y vendrá a equilibrar la balanza productiva, ya que actualmente el 80 por ciento de lo que consumen los chaqueños viene de otras regiones del país.   



Fuente: Norte Rural







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