06/01/2020. NACIONALES.
Los rindes utilizados en cada caso se establecieron en base a los valores registrados en el Sudoeste Bonaerense Semiárido (los mismos presentaron valores muy dispares debido a las condiciones climáticas acontecidas durante 2019).
Desde el INTA explicaron que para realizar el análisis se evaluaron cuatro formas de producción en función al nivel tecnológico adoptado para cada modalidad productiva, estableciendo los costos directos en base a las labores realizadas y los insumos aplicados.
En el caso de siembra directa se asumió que las labores fueron contratadas, y para siembra convencional se consideró el uso de maquinaria propia.
Para el cálculo de los resultados económicos se consideró el valor a enero 2020 establecido el mercado a término de US$ 182 la tonelada, y se utilizaron los precios de labores e insumos relevados a nivel regional (diciembre 2019 sin IVA).
Los autores del análisis económico aclararon que este informe sólo pretende ser una guía respecto de los ingresos en base a la inversión realizada en cada caso.
"Cabe aclarar que a la hora de evaluar el resultado de la campaña, cada establecimiento deberá tener en consideración: el resultado económico, el aspecto financiero, la disponibilidad de superficie, los objetivos de producción y la mano de obra a disposición", explicaron.
Los resultados del relevamiento muestran un margen bruto de US$ 60 por hectárea para un planteo de siembra directa con un rinde de 2000 kg por hectárea. Por otro lado, para 3000 kg por hectárea el resultado pasa a ser de US$ 205. En este sentido el rinde de indiferencia es de 1,6 toneladas por hectárea.
Bajo siembra directa y con un uso elevado de insumos, el resultado es negativo con un rinde de 2000 kg por hectárea y de US$ 86 positivo para un rinde de 3000 kg.
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Desde el INTA Bordenave concluyen que con respecto a la campaña anterior, el margen bruto por hectárea disminuyó en un 30%, y el rendimiento de indiferencia se incrementó en un 20%.