Vuelve el girasol de segunda al sudeste bonaerense

Soy asesor en el sudeste bonaerense de Agroestudio Viento Sur SRL y socio de la Regional Aapresid de Necochea


amanecer rural
En ensayos se llegaron a rindes de 2500 kilogramos por hect?rea


Hace dos años volvimos a sembrar girasol y maíz de segunda en los campos del sudeste provincial. La idea era disminuir la superficie de soja de segunda, lo cual resulta importante en los ambientes de suelo somero, donde la rotación agrícola básica de los últimos diez años incluye un cultivo de fina (cebada o trigo) con soja de segunda-soja de primera. A pesar de que las experiencias previas con girasol de segunda, de hace más de diez años, habían sido malas, decidimos volver a probar basándonos en la información generada en la zona por la Chacra Experimental Barrow y por la Unidad Integrada Balcarce (INTA-Facultad de Ciencias Agrarias de la UNMdP), y sabiendo que contábamos con nuevos materiales genéticos y con procesos tecnológicos diferentes a los de antes. Lo primero que tenemos en cuenta es la historia del lote, ya que la enfermedad principal es Sclerotinia sclerotiorum. Buscamos lotes que no hayan sido sembrados con girasol los últimos años. La siembra la realizamos luego de la cosecha de cultivos de trigo o de cebada, con fechas de siembra entre el 25 de diciembre y el 14 de enero, utilizando materiales genéticos CL o CP, con buen comportamiento a Sclerotinia sclerotiorum y con el objetivo de que el cultivo llegue a floración durante la primera quincena de marzo. A diferencia de lo que creíamos, no logramos mayores rendimientos adelantando la fecha de siembra. Apuntamos a lograr 35.000 a 45.000 plantas por hectárea, según profundidad de suelo. Los coeficientes de logro obtenidos son en general muy altos, de alrededor del 95 por ciento, según condiciones de siembra y cantidad de rastrojo del cultivo de primera. Rendimientos Hemos observado respuestas de rendimiento de 300 a 400 kilos por hectárea al aplicar el modelo de fertilización fosforada de 40 kilos por hectárea de fosfato diamónico y nitrogenada de 60-x, aplicados a la siembra. Las malezas son un tema complejo y es crucial tener en cuenta si el antecesor es cebada o trigo (las plantas espontáneas de cebada tienen su pico de germinación durante enero, y el trigo tiene su pico hacia mediados de marzo). Así, basando las decisiones en el monitoreo adecuado, se utiliza glifosato y flurocloridona en presiembra o preemergencia del cultivo, en posemergencia del cultivo imidazolinonas y graminicidas. Ante la actual presencia de Amaranthus hybridus (en menor medida A. palmeri) y Brassica napus resistente a glifosato y ALS ("nabolza"), se están evaluando otros modos de acción como residuales a la siembra. Como ya comenté, la enfermedad más importante es Sclerotinia sclerotiorum, con casos de hasta el 70 por ciento de incidencia (de capítulos afectados). Las plagas más importantes son la isoca medidora (Rachiplusia nu), que produce defoliación del cultivo y la mosquita del capítulo (Melanagromyza minimoides), que pone huevos en las flores y luego sus larvas se alimentan de estas causando un daño directo al rendimiento. Hemos logrado rendimientos desde los 800 kilos por hectárea y hasta los 1800 kilos. En ensayos se han alcanzado los 2500 kilos por hectárea de rendimiento. Los rendimientos de los cultivos con los que compite van de los 0 a los 2500 kilos por hectárea en soja y de los 2300 a 4500 kilos por hectárea de maíz, todo esto según el año y el lote. Seguiremos probando, experimentando y estudiando los procesos, ya que el camino es la diversificación, la intensificación ecológica y la agronomía.



Fuente: La Nación







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