La industria olivícola argentina está experimentando un gran momento comercial gracias al incendio del precio internacional del aceite de oliva

Una actividad agroindustrial argentina está registrando un momento único a pesar de las enormes dificultades presentes en el país. Se trata de la olivicultura.


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La industria olivícola argentina está experimentando un gran momento comercial gracias al incendio del precio internacional del aceite de oliva


En España e Italia, las dos naciones que concentran la producción y exportación mundial de aceite de oliva, las producciones vienen cayendo de manera dramática por sucesivas sequías.

En estos días en España muchos consumidores están espantados al observar el precio del aceite de oliva virgen en las góndolas de los supermercados, el cual se ubica –dependiendo de la calidad– en un rango general de 9,0 a 12,0 euros por litro. Tales valores corresponden a precios de paridad de importación.

El problema presente en Europa se agravó porque en agosto pasado el segundo exportador mundial de aceite de oliva, Turquía, aplicó restricciones a la exportación del producto con el propósito de contener el precio interno del mismo.

Los valores FOB argentinos del aceite de oliva virgen a granel, que habían caído por debajo de los 2500 u$s/tonelada a comienzos de 2020, lograron recuperarse progresivamente hasta llegar a casi 4500 u$s/tonelada en abril de 2022 y luego caer en el segundo semestre del año pasado.

Pero a comienzos de este año, cuando se venía venir que la situación climática en Europa, lejos de mejorar, empeoraría, los valores se volvieron a entonar para superar un precio promedio FOB de 5000 u$s/tonelada en febrero y luego subir por encima de los 5500 u$s/tonelada a partir de junio (último dato oficial disponible).

La realidad es que ya las empresas exportadoras están realizando operaciones con valores muy superiores que en algunos casos superan los 7000 u$s/tonelada FOB.

En términos productivos, mientras que el ciclo 2022/23 resultó dramático para muchas producciones cuyanas, los olivos lograron zafar del desastre para generar, en la mayor parte de las zonas productivas, cosechas buenas a muy buenas tanto en términos de rindes como de calidad del aceite.

Una ventaja relativa enorme que tiene el sector es que, al elaborar un alimento que no es de consumo masivo, no está en la “mira” de las autoridades de Comercio Interior, que suele regular las exportaciones de determinados productos agroindustriales con el propósito de forzar acuerdos de precios máximos para el mercado interno.



Fuente: Valor Agro







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