Un fuerte temporal dejó evacuados y zonas rurales aisladas en el norte de Santa Fe

De la sequía extrema de tres años, que prácticamente despojó al norte santafecino de granos y carnes, a la emergencia hídrica. No hubo un gran trecho, apenas semanas. El Niño se descargó como se había anunciado y en sus primeras semanas provocó inundaciones que, según los pronósticos, podrían extenderse en el verano que se inicia.


amanecer rural
Un fuerte temporal dejó evacuados y zonas rurales aisladas en el norte de Santa Fe


Este domingo el panorama es complicado para explotaciones y comunidades de los departamentos General Obligado y Vera, en el límite con el sur chaqueño. A tal punto llega la desesperación en los reclamos que en el paraje Santa Lucía, que depende administrativamente de la ciudad de Vera, de la cual dista unos 40 kilómetros al noroeste, sus vecinos, casi todos dedicados a las actividades rurales, alertaron sobre los problemas para salir de los establecimientos.

En la red X, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) señaló: “En Santa Fe un fuerte temporal dejó evacuados y zonas rurales inundadas. Las localidades más afectadas fueron las del centro oeste y en el norte, con marcas pluviométricas de hasta 250 mm como Villa Ocampo y Las Toscas”.

El propósito es visibilizar una situación insostenible en la zona que genera la falta de caminos luego de las precipitaciones de los últimos días. “Mire lo que es el paraje Santa Lucía, imposible de salir. Hay gente que tiene que ir a hacerse de mercadería a Vera y no se puede salir”, graficó un residente que no pudo evitar el reproche. “En casi cuatro años de sequía no arreglaron los caminos ni las calles”, agregó en un claro mensaje a las autoridades municipales y provinciales.

Además de las lluvias caídas in situ, un tema aleatorio es la crecida de los ríos, en el caso de la costa este la del Paraná y sus afluentes. A ello se suma que las descargas pluviales desde el NOA hasta esta provincia, provocaron un fuerte repunte del cauce del río SaladoCRA

El cuadro de situación actual en el interior se reflejó la semana pasada en la Legislatura provincial. El jueves, ambas cámaras legislativas aprobaron la sanción de la ley de Emergencia Hídrica en todo el territorio para atender los requerimientos que plantean las incesantes lluvias y, que en los últimos días provocaron inundaciones en muchas localidades de la provincia, se mencionó en el proyecto.

Pero las lluvias no son el único problema a enfrentar en el interior santafesino. El tema aleatorio es la crecida de los ríos, en el caso de la costa este, la del Paraná y sus afluentes. A ello se suma que las descargas pluviales desde el NOA hasta esta provincia, provocaron un fuerte repunte del cauce del río Salado, cuyo monitoreo permitió conocer un rápido ascenso, especialmente desde Icaño (Santiago del Estero) hasta San Justo (Santa Fe), que también comenzó a reflejarse en los bañados próximos a esta capital.

Además de las precipitaciones que sumaron 150 milímetros promedio en los departamentos antes citados, se suma el brote de Encefalomielitis Equina (EE) que hasta la primera semana de diciembre provocó una elevada mortandad de caballos, en la mayoría de casos no denunciados ante Senasa.

Sebastián Volkart, titular de la Sociedad Rural de Vera, indicó este mediodía a LA NACION que “las lluvias de la última semana superaron en este departamento los 150 milímetros”. “Con lo que habíamos pasado, vinieron muy bien porque pusieron fin a la prolongada sequía. Pero hay inconvenientes puntuales en zonas rurales que luego de este período (de precipitaciones) se tendrán que atender”, admitió.

Cultivos

En agricultura, los informes a los que accedió este diario, indican que se venía observando, al menos hasta mitad de la semana pasada, un muy buen estado de las áreas sembradas con maíz temprano, en el comienzo de las etapas fundamentales de floración o fructificación, con buena disponibilidad de agua útil en la mayoría de los lotes.

También, aunque más hacia el centro de la provincia, se generalizó la siembra de soja tardía (de segunda), con excelente disponibilidad de agua útil en los perfiles, estimándose una intención de siembra de alrededor de las 600.000 hectáreas, unas 20.000 más que la campaña anterior, que sumó 580.000 hectáreas.



Fuente: La Nacion







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