Como los autos en la pista. Las inmobiliarias rurales anticipan cómo será en 2024 un negocio que mueve millones

Operadores del mercado de compraventa de campos esperan un repunte de la actividad tanto por parte de inversores locales como del exterior en el marco del nuevo contexto económico


amanecer rural
Como los autos en la pista. Las inmobiliarias rurales anticipan cómo será en 2024 un negocio que mueve millones


Luego de que el Gobierno de Javier Milei derogara la llamada ley de tierras, que limitaba la compra por parte de extranjeros, las expectativas de los operadores del mercado inmobiliario rural son positivas, optimistas y auspiciosas, pero entienden que el horizonte de impacto será más en el mediano plazo.

En rigor, fuentes del sector aseguraron que, una vez que la Argentina pase este momento de zozobra económica y ya esté más encaminada, habrá un incremento de las operaciones. En este sentido, Roberto Frenkel Santillán, presidente de Bullrich Campos, afirmó que la oportunidad de inversiones nuevas no vendrá de los extranjeros, sino de los propios argentinos que conocen el país y su economía, que conocen la virtud de las tierras locales, que saben dónde comprar y dónde hay que invertir la plata.

“Esos son los que pueden llegar a dar un vuelco importante en la economía en cuanto a invertir en campos y volver a producir en grande. Por lo tanto, sería un inversor argentino que decidió hace muchísimos años llevar su plata afuera para cuidar el capital en el exterior. Hoy, quizás, el desafío será que algunos decidan traer alguna parte de su patrimonio para apostar, invertir y ponerle algunas fichas a la Argentina”, dijo a LA NACION.

 

“La derogación de la ley de tierras va a tener un resultado bien visible en tanto y en cuanto la Argentina acompañe en toda su situación económica, política y social y sea mirado como un país para invertir. Así el campo pasa a ser algo más rentable, visto con buenos ojos. Si la Argentina no pasa a ser un país mirado o mirable por los inversores, todavía estaremos en la espera”, agregó.

En esa línea, Mariano Maurette, responsable de Campos de Alzaga, Unzué y Cía., señaló que todavía es muy reciente el anuncio cómo para hablar de impacto en el mercado, sobre todo en esta época festiva y de vacaciones, donde siempre hay un párate importante de la actividad, un bache estacional.

Coincidió que si se comienza a ver por parte del Gobierno reglas claras y firmes, seguramente “se empiecen a ver grandes inversiones de cientos de millones de dólares volcados a proyectos agropecuarios que antes la ley de tierras lo impedía”.

Vale recordar que en 2011 se sancionó la ley 26.737, denominada de Protección al Dominio Nacional sobre la Propiedad, Posesión o Tenencia de Tierras, que limitó en 1000 hectáreas en la zona núcleo la superficie que podía adquirir un extranjero. Luego las distintas provincias trazaron sus propias equivalencias en superficie. Sin embargo, el índice de extranjerización de tierras en la Argentina fue siempre muy bajo: en 2012, al año siguiente a la sanción de la ley, era del 6,02% y en 2023 del 5,05%.

Independientemente de eso, Maurette dijo que hay una “sensación de consulta interesante, pero no puntualmente de extranjeros, sino que tiene que ver más con inversores locales, donde el blanqueo anunciado también ayuda”.

 

“Vemos un verano que está siendo medianamente activo, más por nacionales que por extranjeros. Pero vamos a tener un año activo. Lo que tengo mis dudas es la sensibilidad de los vendedores cuando vean una demanda picante o intensa y sus ánimos o sus ansias de querer subir los precios. Sencillamente, si esto se da en un clima de equilibrio y armonía, puede que por ahora se mantengan estos valores. Si, por el contrario, la demanda empieza a superar la oferta, a lo mejor puede modificar la tendencia. Todavía no hay motivo para pensar en que haya una suba, simplemente que tiene que ver con el juego de oferta y demanda”, destacó.

Para Juan José Madero, director de la División Campos de LJ Ramos Brokers Inmobiliarios, el asunto está en que el DNU está cuestionado, con idas y vueltas y que aun debe pasar por la Bicameral de Congreso, “entonces eso genera algo de incertidumbre”.

“Los tiempos de instrumentación en lo que es la concreción de una operación inmobiliaria rural no son inmediatos, no es como comprarse un auto o ropa; lleva tiempo porque el interesado tiene que identificar cuál es la propiedad que le interesa negociar, que los títulos estén bien y todo eso lleva tiempo hasta el momento de la escritura y quizás en ese tramo suceda lo que nunca sucedió que es que la Bicameral rechace el DNU”, expresó.

En este escenario de cautela, dijo que hay consultas porque “el mundo se ha enterado que la ley de tierras no está vigente en la Argentina”, pero que su respuesta prudente le dice que “esto es así, pero que requiere un último tratamiento que todavía no sucedió”.

“Uno percibe que el interés en la Argentina está volviendo, con mucha cautela porque no hay que olvidarse que también sigue existiendo el cepo, que es una traba importante para que fluya el dinero de las inversiones”, sostuvo. Recordó que siempre una inversión en tierras es importante, de largo plazo, que debe ser muy pensada, donde el inversor es cauteloso antes de arrancar con todo ritmo a invertir.

Por último, Madero graficó el mercado inmobiliario rural: “Es como cuando los autos están en la pista, esperando que el semáforo habilite para comenzar a largar la carrera. Todavía no sonó la campana de largada”.



Fuente: La Nacion







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