26/01/2018. GRANJA Y ALTERNATIVAS.
En el ámbito de las explotaciones ganaderas, la valoración de los animales reproductores es una prioridad en los programas de selección y mejoramiento genético para obtener resultados de producción satisfactorios. Esa valoración tiene que ver con caracteres cuantitativos o mesurables, cuyas diferencias hereditarias se trasmiten de generación en generación por los mismos mecanismos que los genes responsables de las diferencias cualitativas].
A un animal reproductor se le puede evaluar a través de la valoración de su potencial genético a instancias de las cualidades de sus ascendientes (pedigrí), sus medio-hermanos (colaterales) y sus descendientes (testaje) o por medio de su propio material genético (genoma). Por otro lado, también puede ser evaluado a través de su rendimiento productivo y por sus características morfológicas.
Ahora bien, la zootecnia hace uso de la morfología externa para su aplicación en la explotación de los animales de ganadería por su valor como descriptora, identificadora y diferenciadora del individuo o de la raza. Además, también permite establecer una correlación entre los parámetros morfológicos y los parámetros genéticos, fisiológicos, reproductivos y productivos, para obtener una valoración productiva del individuo o de la raza. Así, a los animales de ganadería se les evalúa de acuerdo a la raza y a criterios zootécnicos en correspondencia con los objetivos para los cuales se les ha criado y mejorado genéticamente
Existen distintos parámetros corporales, aptitudes de producción y de reproducción para todos los tipos de ganadería y para los animales de granja. Dentro de ellos, se incluyen los llamados caracteres de valor económico que reciben diferentes denominaciones según el tipo de ganado de que se trate: peso al nacer, tasa de concepción, crecimiento antes del destete o después del destete, producción de leche, número de animales nacidos, número de animales destetados, número de camadas, cerdos nacidos vivos, etc.
Las abejas melíferas fueron los primeros animales explotados de manera intensiva después del gusano de seda Bombyx mori . Por otro lado, las primeras investigaciones efectuadas sobre ganadería intensiva iban dirigidas a la cría de las abejas (apicultura) [5]. Pero, a pesar de esto, actualmente aún no se han fijado criterios ni parámetros zootécnicos para las reinas melíferas que permitan describir sus aspectos morfológicos ni tampoco valorar sus características económicas de reproducción, tal como se ha hecho en el resto de especies de animales de producción. Por otro lado, en las explotaciones apícolas no se emplean índices zootécnicos que ayuden en el seguimiento y control de los caracteres económicos y que, mediante su análisis, faciliten la aplicación de técnicas y métodos de manejo pertinentes.
Uso de índices zootécnicos en abejas melíferas
En apicultura, se hace necesario el uso de distintos tipos de índices entre los que destacan los reproductivos, los de crecimiento y los productivos.
Índices reproductivos
Los más importantes son: la eficiencia reproductiva de la reina (ERR) expresada en postura diaria promedio, la eficiencia reproductiva de la colonia (ERC) expresada en cantidad de núcleos obtenidos por colmena por año y la cantidad de núcleos logrados llevar a colmenas (NLLC). La ERR mide de manera directa la aptitud reproductiva de la reina mientras que la ERC y la NLLC lo hacen de manera indirecta ya que en ellas también influye la actuación de las obreras en cuanto a su capacidad para contribuir a que emerjan abejas fuertes y sanas de las celdas para constituir la nueva colonia.
Índices de crecimiento
En este punto es importante apuntar, para cada colmena, la cantidad de panales con cría operculada o abierta aportados y recibidos anualmente. Estos índices miden tanto la capacidad de producción de biomasa de cada colmena como su aporte a otras para que se restablezcan y, por otro lado, la carencia de biomasa de algunas colmenas, hecho que las lleva a depender de otras para pervivir.
Índices productivos
Los parámetros más importantes en cuanto a producción son: la cantidad de miel producida por colmena, la cantidad total de miel producida por apiario, la cantidad de colmenas en producción, el porcentaje de orfandad, la eficiencia en la introducción de reinas, el porcentaje de reinas logradas después de la introducción exitosa de reinas, la cantidad de colmenas de reposición, el porcentaje de mortalidad de las colmenas, la cantidad de colmenas divididas y la cantidad de núcleos obtenidos durante las divisiones de las colmenas.
Propósitos del método
Debido a la ausencia de criterios, patrones, índices, parámetros y características morfológicas y económicas para evaluar a las reinas, existe un gran vacío en la explotación de las abejas como animales de ganadería. En consecuencia, se hace necesaria la búsqueda de criterios zootécnicos que, de manera práctica, permitan valorar a las reinas melíferas de acuerdo a su morfología externa y aptitud reproductiva, tal como se hace con todos los animales de producción.
Por ello, se plantea un método que persigue los siguientes propósitos:
1. Proveer al apicultor de parámetros y patrones que, en el momento de la revisión de las colmenas, le permitan describir zootécnicamente a las reinas, de una manera técnica, veraz y rápida; apoyándose en la observación de sus aspectos morfológicos más resaltantes. Hay que tener en cuenta las reinas de las razas italiana, ibérica, africanizada y sus híbridos.
2. Aportar una técnica de cuantificación de la postura de la reina, fundamentada en criterios biológicos de fácil comprensión y aplicación, con la que el apicultor pueda evaluar el comportamiento reproductivo de las reinas dentro de la concepción de un animal de explotación ganadera.
En este punto hay que realizar una observación. Es importante tener en cuenta que se parte de la premisa de que se trata de reinas que, por cualquier circunstancia, no han sido descritas por el apicultor (estén o no marcadas) o reinas que provienen de un proceso de reemplazo, reposición o enjambrazón. Es decir, son reinas que el apicultor no las ha visto ni evaluado anteriormente. Por tanto, gracias a esta valoración morfológica las puede describir para, posteriormente, hacerles un seguimiento de su permanencia en la colmena. Además, junto con la técnica de cuantificación de la postura, le permitirá valorar su actuación con fines de interés reproductivo, de selección y mejoramiento.
Particularidades de las abejas melíferas
Al tratar con abejas melíferas y especialmente con la reina, que es el principal individuo responsable de los aspectos reproductivos de la colonia, nos encontramos con particularidades muy sui generis derivadas de su condición de insecto. No solo en lo que concierne a su tamaño sino también a que, zootécnicamente, no se han elaborado diseños corporales ni aptitudes reproductivas referenciales con las comparar y contrastar.
En las abejas melíferas, las razas son el resultado de una selección natural consecuencia del clima, flora y depredadores, en las diferentes zonas en donde se fueron adaptando a sus ambientes naturales. Eso les diferencia de las razas de otros animales domésticos y de ganadería, resultado de una selección planificada por el hombre a través de mucho tiempo. Es por ello que en apicultura se habla de razas naturales, geográficas o subespecies caracterizadas por tener genotipos muy diferentes adaptados a los distintos medios ecológicos donde se originaron y desarrollaron. Además, dentro de algunas razas hay ecotipos adaptados a condiciones ambientales especiales que, por otro lado, proveen de abundante materia prima para la selección .
Las razas de abejas se han diferenciado en base a métodos biométricos y a características de comportamiento [6]. Las medidas biométricas tienen que ver con: el ancho del tórax y los segmentos abdominales, el largo de la lengua, patas y alas, el color del primer segmento dorsal del abdomen, la cubierta pilífera y las nervaduras de las alas [6, 7, 8].
No obstante, los métodos biométricos en las abejas melíferas tienen un carácter eminentemente entomológico y orientado básicamente a las obreras, dejando de lado las reinas con sus características morfológicas. De las reinas solo se habla de que pueden tener un abdomen grande o pequeño, de color uniforme o deslustrado, de flancos redondeados que se adelgacen suavemente o repentinamente, y de tórax grande o pequeño; atribuyéndose a las de mejor aspecto una buena capacidad de postura [9].
Los criterios que se utilizan para valorar las características de comportamiento de las reinas se infieren del comportamiento de las colonias (de su progenie) en lo que se refiere a la habilidad para invernar, el grado de docilidad, la tranquilidad sobre los panales cuando están siendo revisadas, la no disposición a la enjambrazón o que sea una colonia buena productora de miel [9]. De la reina, también se señalan aptitudes imprecisas, tales como: si ha llenado tres o cuatro panales con cría, si la postura es concéntrica y concentrada, edades similares de la cría, que si es errática en sus desplazamientos no es deseable, si desova de forma continua y que si produce cría pareja durante toda la temporada y hasta fines de otoño es una buena reina.
