A pesar de las lluvias aseguran que habrá más trigo

Existen ajustes positivos de peso en los datos finales de siembra en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos


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Los especialistas ya lo dijeron: la campaña de trigo no será la que se esperaba a principios de año. Las contingencias climáticas de los últimos meses complicaron la siembra y la proyección de crecimiento pasó del 40% a un número más cercano al 20%. Y a pesar de que parecía que la apuesta iba a ser fuerte, lo cierto es que muchos productores decidieron dar marcha atrás en gran parte de la zona núcleo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, uno de los puntos más importantes donde se concentran las labores. Así lo explicó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que señaló que "hay fuertes recortes en áreas bonaerenses, donde las siembras no lograron concretarse respecto de las intenciones iniciales". Sin embargo, la entidad mostró un ajuste del 2,4% a la suba en la superficie destinada al cereal 2016/17 con respecto a la estimación anterior, lo cual, de concretarse, se traduciría en un total de 4,61 millones de hectáreas. "Existen ajustes positivos de peso en los datos finales de siembra en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos", argumentó la BCR. Qué pasó Según la entidad rosarina, la campaña actual se caracteriza por un patrón húmedo "que se ha desplegado con fuerza en el sur y el oeste de la región pampeana", donde los acumulados totales en lo que va del año siguen manteniendo la problemática de napas altas y excesos hídricos. Las lluvias de junio dejaron buenos aportes sobre la franja mediterránea, que conservan a los cultivos lejos de la sequía, al tiempo que en la provincia de Buenos Aires el efecto fue el contrario, sobre todo en el sur, donde las precipitaciones dañaron 240.000 hectáreas que se iban a implantar con trigo. Ejemplo de ello es el caso de Tres Arroyos, una de las cuencas principales, que perdió 20.000 hectáreas al pasar de 340.000 el año pasado a 320.000 en 2016. "Los planes de expansión fueron contrariados por los excesos hídricos, altas napas, barro, problemas de tránsito y una cosecha de maíz prácticamente pendiente en el 75% de toda la zona", explicó el informe. En la misma situación se encuentran Tandil, que apenas logrará superar el cultivo de 2015, y el suroeste bonaerense, que finalizará las tareas con niveles similares en relación a un año atrás. Córdoba, por su parte, se llevó las mejores noticias, dado que el agua acompañó la implantación, por lo que se espera una suba del 25% con respecto al ciclo pasado. Así, de 1,15 millones de hectáreas estimadas la provincia alcanzó las 1,25 millones, lo que se traduce en un fuerte incremento respecto del millón de hectáreas sembradas en 2015/16. "La zona que más creció en el cultivo de trigo fue el norte provincial, con aumentos que van del 20% al 70%. Las buenas condiciones hídricas y las altas temperaturas están permitiendo que los cultivos crezcan con altas tasas de desarrollo. En general, los cuadros están transitando etapas de macollaje sin problemas sanitarios", detalló la Bolsa de Comercio rosarina. En el caso de Entre Ríos, las labores realizadas superaron las expectativas pese a las inundaciones de otoño, y aunque la intención rondaba las 200.000 hectáreas, se lograron 230.000, con una suba en la superficie del orden del 21,1% frente a las 190.000 hectáreas correspondientes a 2015, según datos de la Bolsa de Cereales provincial. En el norte y centro de Santa Fe, finalmente, los aumentos de área oscilan entre el 10% y 20% interanual, mientras que en el sur el alza podría ir del 20% al 25%. De esta manera, a nivel provincial el incremento sería del 18,6% con respecto a las 605.000 hectáreas de la campaña anterior. Sarquís pidió más producción Frente a este escenario, el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, aseguró ayer que desde el Gobierno están "satisfechos" con el nuevo ciclo triguero, pero "quieren más", por lo que reveló que trabajan con los productores "dándoles todo el apoyo, porque además deseamos que mejore la calidad, ya que los mercados internacionales piden justamente eso". Es que el año pasado, como consecuencia de las trabas para exportar que había aplicado Guillermo Moreno, cayó el uso de altas tecnologías, lo que generó que el país terminara importando el cereal de Uruguay. Para Sarquís, en la zona "la producción ya aumentó el 23%", y subestimó la palabra de los especialistas al destacar que la superficie sembrada "se registra principalmente en el sudoeste y este bonaerense".



Fuente: El Economista







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