El trigo volvió al mundo y la mesa de los argentinos no sufre

Ocho campañas de mercado intervenido soportó el trigo, bajo una excusa repetida a modo de muletilla: el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno argumentaba que las trabas para exportar respondían a la necesidad de "proteger la mesa de los argentinos".


amanecer rural
La mesa de los argentinos no sufre


Desde un principio, la teoría impulsada por la administración kirchnerista fue insostenible como argumento, pero sensible al público: si continuaba permitiéndose la exportación libremente, el precio de los alimentos básicos que se elaboran a base de este cereal -como el pan o los fideos- aumentaría si los precios internacionales se incrementaban. Bastó sólo un año del cultivo libre de ataduras; sin retenciones ni Registro de Operaciones de Exportación (ROE), para que la falacia pronosticada por las pitonisas de la gestión anterior quedara al descubierto. El relevamiento de precios que mensualmente realiza La Voz muestra, por ejemplo, que el kilo de pan subió 27,9 por ciento en los últimos 12 meses, cuando los productos de almacén en general aumentaron 34,3 por ciento y los precios generales de los supermercados, 41,5 por ciento. Del informe de inflación para Córdoba que elabora la Dirección de Estadística y Censos se desprende que el rubro "pan y cereales" se incrementó 37,4 por ciento, mientras que los alimentos lo hicieron 40,1 por ciento y el costo de vida general, 39,1 por ciento. Es decir, los productos que se elaboran con el trigo como insumo esencial, dolieron en el bolsillo menos de lo que dolieron el conjunto de los alimentos y la inflación en general. Y un dato que es importante aclarar: en años anteriores, con el mercado del trigo intervenido, estos productos habían aumentado también en línea con el resto de los que consume un argentino. De movida, hay dos aspectos que explican por qué la teoría kirchnerista nunca tuvo asidero: el primero, que el consumo interno de trigo siempre estuvo garantizado: es de unos seis millones de toneladas, la mitad o menos del total que Argentina produce anualmente. El segundo, que el trigo representa apenas el 10 por ciento del costo de elaborar un kilo de pan; dicho de otro modo, si un pan francés tiene cinco porciones, el valor del trigo sólo representa media porción. Ventas y cosecha récord En este contexto, la primera campaña triguera "libre" desde 2008 destapó también todo lo que el país perdió por ponerle obstáculos al camino productivo. Las proyecciones tanto de organismos oficiales como de entidades privadas indican siembras y cosechas cerca de sus máximos históricos, que se traducen en mayores ventas de semillas, agroquímicos, fertilizantes y maquinaria agrícola, así como también en el ingreso récord de camiones al puerto de Rosario; todos aspectos que repercuten en las economías de tierra adentro. Y el otro aspecto es la sustentabilidad: la vuelta del trigo devolvió la rotación, indispensable para que los suelos no siguieran sufriendo el deterioro por el monocultivo de soja que fue, al fin y al cabo, lo que se impulsó en la última década para sostener el agujero negro del fisco.



Fuente: Agrovoz







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