Importación de carne porcina afecta a la producción local

A la preocupación de las producciones regionales por el ingreso de millones de kilos de alimentos en el primer semestre 2016 se suma, nuevamente, la de productores porcinos por el incremento de las importaciones de carnes. Se reedita el reclamo de los primeros meses del año.


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En abril de este año, Juan Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores Porcinos (AAPP), pidió mediante carta al presidente Mauricio Macri que "se arbitren las medidas necesarias para frenar un ingreso que mes a mes fue el triple de lo registrado el año pasado", porque advirtió que "las inversiones en el sector se han parado y condicionan el crecimiento del próximo año". Además, por ese entonces, Uccelli remarcó que dicha operatoria representó una salida de divisas del país que "superó los 14 millones de dólares", para "un ingreso de mercadería que no hace falta porque el mercado interno está bien abastecido". A partir de la actualización de los datos del INDEC, la importación de carne porcina acumula en los siete primeros meses del año un total de 11.285 toneladas por un valor de 30,5 millones de dólares. Esto representa un 85% más en toneladas y un 50% más de salida de divisas respecto a igual periodo del año 2015. Lo exportado en estos siete meses equipara a las exportaciones totales del año pasado. Los meses de marzo, abril y julio son los que registran mayor cantidad de importaciones de carne porcina en lo que transcurre del año, con montos que se elevaron a 2.298, 1.776 y 1.550 toneladas respectivamente, es decir, un 187%, 41% y 67% respecto a los mismos meses del año anterior. Entre los países de origen que más se destacan, aparece en primer lugar Brasil (las importaciones desde ese país aumentaron un 92%) y en segundo lugar Dinamarca. Las compras a Dinamarca son paradigmáticas, ya que hacia Europa se exporta un muy importante volumen de maíz y soja desde Argentina, que alimenta a esos animales, para luego recibir el producto con mayor valor agregado. Algunos analistas asemejan el caso a cuando Argentina exportaba en grandes volúmenes la lana sucia, para después importar los pulóveres tejidos con esa misma lana. Desde el lado de los productores porcinos hace varios meses que se encuentran en alerta, ya que al igual que en otras actividades la apertura irrestricta de importaciones tiene impacto directo en las posibilidades de producción y, consecuentemente, en el empleo en las provincias que viven de dicha actividad. Dado que la rentabilidad y la competitividad de cada actividad difieren mucho en Argentina, las mismas medidas afectan de forma diferente según la situación de cada producción. De esta manera la liberalización de la importación de alimentos sumada a la quita de retenciones del maíz, la devaluación y al incremento de costos –principalmente tarifas de servicios públicos y combustibles- está causando graves problemas en la producción porcina, la cual presenta saldo comercial desfavorable desde principios de año. En las últimas semanas, cabe destacar, la mejora de la relación del precio de la carne porcina en relación al maíz ha traído cierto alivio al sector, que de todas formas sigue siendo amenazado por las importaciones. El caso de la producción porcina se suma a los numerosos reclamos de otras economías regionales, las cuales intentan afrontar la difícil situación económica del país tratando de sostener la producción.



Fuente: El Enfiteuta







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