Cómo preparar la máquina para la siembra de trigo

Pronto dará comienzo la campaña de fina y entonces será frecuente encarar la siembra de trigo en lotes que vienen de maíz, con su broza gruesa, cañas y tocones que son una gran cosa para el suelo pero que le pueden complicar el trabajo a la mejor sembradora, siempre que no se tengan en cuenta algunas claves. Estas son de gran utilidad práctica, más allá de que algunos rastrojos resulten ser más trabajosos que otros.


amanecer rural
Para la siembra de trigo


Algunas de las claves son para considerar con bastante anticipación a la entrada del lote, otras con no tanto adelanto en el tiempo, y otras ya con la máquina en la cabecera del primer lote a sembrar. Pero vayamos por partes. Las claves para recordar con antelación: Que la cola de la cosechadora, entregue los restos de cosecha con una distribución uniforme. Esto es así ya que, ningún tren de siembra podrá sortera con éxito las desigualdades generadas por una cola de máquina que no trabaje con un buen esparcido de paja y granzas. Es decir, se imponen los desparramadores de paja y los esparcidores de granzas. La humedad del perfil y la limpieza del rastrojo son relevantes. La ausencia de malezas está relacionada con el consumo de humedad del lote. Si esta humedad es excesiva, con napas cercanas a la superficie, será un inconveniente menor si se lo compara con lotes donde la napa esta profunda o se viene de una seca importante. El análisis de suelo, niveles de los nutrientes principales. Fósforo, nitrógeno, cultivo antecesor (el maíz incrementa la conveniencia de aumentar las dosis de nitrógeno), laboreo o directa (la directa aumenta la posibilidad de necesitar mayores dosis de fertilizante). En trigo el asunto pasa por el rinde potencial y por la calidad del grano obtenido. Las claves para antes de la siembra: El diámetro de las cuchillas. La profundidad de la cuchillla dependerá del tipo de suelo (por debajo del surcador, o a la misma profundidad o menor), pero la misma cuchilla no puede clavarse a una profundidad más allá del tercio de su diámetro o medio radio. De lo contrario no girará para cortar el rastrojo y lo empujará. Resultará un surco mal hecho, que redundará en una mala ubicación de la semilla. El surcador doble disco o monodisco, estará sin desgaste excesivo de su diámetro y la luz entre los discos (en un bidisco) o entre disco y zapata (monodisco), será la correcta para hacer un fondo de surco en “V” y no “W”. De esta manera todas las semillas quedarán a la misma profundidad, generando uniformidad en la emergencia. Las ruedas niveladoras, sin desgastes en su banda de rodadura, en sus ejes, y en sus anclajes. Si existen movimientos más allá del giro, hacer los cambios de piezas necesarios. Si hay apretadoras (colita o rueda) contra el fondo del surco, que ofrezcan un desgaste o deformaciones (producto a veces de retroceder con la máquina clavada, grave error, que de vez en cuando aparece), será necesario proceder a la reposición de todas las piezas necesarias. Las ruedas tapadoras con su resorte bien colocado, con sus movimientos sin desgastes tales que denoten oscilaciones axiales (laterales) más allá de los de subida y bajada y giro correctos. Articulaciones de bastidores (soportes de cuerpos de siembra tales como paralelogramos articulados o brazos largos), libres de desgastes que denoten oscilaciones laterales. Las tolvas limpias, y si hay rajaduras en sus paredes o fondo, repararlas. Lo mismo los golpes, y los puntos o zonas de óxido deben ser pintados. Verificar en el fondo de las tolvas, la presencia de taludes conductores de semilla hacia los dosificadores y elementos que ayuden a la autonomía de la máquina. Los dosificadores que estén libres de roturas, desgastes y puntos de óxido. Verificar la ausencia de desgastes en los mecanismos de giro (ruedas dentadas, cadenas y uniones cardánicas. Cambiar las piezas que sean necesarias. El eje en perfecto estado de limpieza, sin deformaciones. Los tubos de bajada. Verificar el anclaje firme en la base de la tolva, y luego que su trayectoria que se encuentre en una posición que evite la acumulación de semilla en trabajo o durante los giros en las cabeceras y cambio de lote. El tren cinemático, con sus ruedas dentadas, cadenas y uniones cardánicas sin desgastes, y con buena limpieza y lubricación en caso que sea indicada. La tensión de las cadenas será la correcta a fin de evitar los saltos de las mismas en los dientes de las ruedas dentadas, o el desgaste prematuro de los puntos de giro. Verificar el nivel de aceite de las cajas de cambio. La rueda motriz, en buen estado su banda de rodadura, los resortes de carga con correcta tensión y con correcta presión de inflado. Estos valores como tantos otros de los que en este listado de ajustes se mencionan, se encuentran en el manual de uso y mantenimiento de la sembradora. El patinamiento de esta rueda cambia la densidad de siembra. En las grandes unidades con más de una rueda motriz, puede haber diferencias de patinamiento entre ruedas, sobre todo si cada una de ellas arrastra diferente cantidad de dosificadores. Este detalle quiere resolverse, recurriendo a diferentes presiones de inflado y tensiones en los resortes de carga, pero se necesita tiempo extra de puesta a punto. Las ruedas de transporte y sus horquillas. La presión de inflado correcta es necesaria para el buen trabajo y transporte de la máquina. El correcto funcionamiento de estos conjuntos evitarán demoras en el momento de la siembra. El circuito hidráulico (subida y bajada de la máquina o de los cuerpos de siembra, los marcadores, el levante de la lanza de trabajo, sin fugas de aceite en las mangueras y uniones. Las claves para la cabecera del lote (cuando el equipo está presto para el inicio de la campaña): Verificar la densidad de siembra con las mediciones de rigor (consultar manual de la máquina) cada vez que se cambia de semilla. En un mismo trigo diferencias de camada de semilla suele arrojar diferencias de peso y por ende diferencias en la densidad de siembra. Las tablas de densidad de siembra provistas con la máquina son solo orientativas. Con trasmisiones electro hidráulicas o eléctricas, el control de la densidad de siembra, es conceptualmente el mismo que con las de cadenas y ruedas dentadas, solo que ahora se demora menos tiempo en el proceso. Es necesario verificar que las constantes de cálculo en la computadora son las correctas, para lo cual se practica una determinación de distancia recorrida y semilla entregada en ella. Con una verificación cada tanto es suficiente. Lógicamente con estas transmisiones, no existe rueda motriz, por ende tampoco patinamiento de la misma. Ya en el lote, controlar la carga en los cuerpos. La misma no debe ser excesiva (compactación del terreno y desgaste de las ruedas niveladoras y sus anclajes) ni deficitaria, (semillas fuera del surco o sin profundidad deseada y uniforme). Cuando falta carga, las ruedas limitadoras o niveladoras (es lo mismo), no marcan su pisada en el rastrojo, y pueden llegar a deslizarse sobre el suelo sin girar (patinan) durante su avance. Si la carga es excesiva, las ruedas marcan su pisada en el rastrojo, (este detalle es más evidente en rastrojos pobres de borza). Si la carga es suficiente, cuando la máquina esta clavada, no podemos hacer girar a estas ruedas de manera manual. Profundidad de siembra. El punto anterior se refiere a la correcta penetración de los surcadores en el suelo, y esta permitirá alcanzar la correcta profundidad de siembra, que se regula en cada cuerpo de manera individual pero en la misma posición en todos ellos.



Fuente: Clarín







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