MANEJO DE LA RESISTENCIA A FUNGICIDAS DE ALTO RIESGO

Es común y constante observar y leer artículos en los que se hace referencia a que determinados plaguicidas ya no son efectivos contra los patógenos para los que debería serlo. Esto es así desde los comienzos del uso de agrotóxicos, sólo que con el devenir de la agricultura de los últimos tiempos, se ha tornado aún más notable.


amanecer rural

La causa de esto es la generación de resistencia por parte del patógeno  hacia  el  principio  activo  con  el  cual  se  lo  está atacando. Esto no es ajeno a los fungicidas y entre ellos a los de mayor  uso  en  la  actualidad,  benzimidazoles,  tiofanatos,  estrobirulinas y triazoles. 
 
Hay un sinnúmero de razones por las cuales un fungicida puede fallar, entre las que podríamos citar: 
•  Diagnóstico erróneo. 
•  Deficiencia de aplicación (momento, técica, dosis). 
•  Factores ambientales. 
•  Prácticas culturales. 
• Presencia de resistencia por parte del hongo.  

QUÉ ES LA RESISTENCIA? 
“Es el ajuste estable y permanente del hongo a los fungicidas, resultando  en  una sensibilidad  menor  a  lo  normal  a  dicho fungicida.”  
Se  conoce  resistencia  para  casi  la  mitad  de  los  fungicidas conocidos y para más de 100 combinaciones patógeno-cultivo y está influenciada por una compleja interacción de factores, a saber: 

• Grupo  de  Fungicida:  esto  determina  que  la resistencia  pueda  ser  monogénica  o  poligénica.  La monogénica es aquella que aparece por la mutación de un solo  gen  en  el  hongo,  lo  cual  puede  ocurrir  por  el simple cambio de un aminoácido en la secuencia del ADN. Este  tipo  resistencia  es  la  más  rápida  en  aparecer  y corresponde a principios activos como las estrobirulinas, los benzimidazoles (carbendazim y metil tiofanato) y las fenilamidas  (metalaxil).  La  poligénica,  como  lo dice su nombre,  corresponde  a  aquella resistencia que  aparece por  la  mutació  da  más  de  un  gen.  Esto  hace  que su aparición sea más lenta y en este tipo de resistencia se encuentran principios activos como los triazoles. 

• Patrón de Uso del Fungicida: esto está asociado a la frecuencia de uso, la dosis y al método de aplicación. La aplicación reiterada de principios activos con alto riesgo de generar resistencia acelera la aparición de la misma. Lo mismo ocurre cuando se aplican subdosis de determinado principio activo. Al respecto, es muy común escuchar por parte  de  algunos  productores  que  aplicaron  un  poco menos  “porque  como  no  había  hongo  de  esa forma  lo protejo  unos  días”.  También  es  muy  común ver esta práctica “por comparación”. Se compara un cultivo “más grande” con uno “más chico” o “más largo” versus “más corto” y se “determina” la dosis en proporción, muchas veces sin saber si  los patógenos son  los mismos o si  la interacción  patógeno-cultivo,  la  cual  determina  la reacción al fungicida.  Lo mismo ocurre  con la forma de aplicación de los fungicidas. Para evitar lo dicho en el ítem anterior  respecto  al  efecto  de  las  sub-dosis  en  la generación  de  resistencia es  necesario  asegurarse una excelente  aplicación  y  para  ello  es  necesario  que  el fungicida  llegue  a  toda  la  planta  por  igual,  y  esto  es particularmente importante habida cuenta que la mayoría de  los  hongos  atacan  “desde  abajo”.  Sin entrar  en  la discusión correspondiente,  dicha  “excelente  aplicación” está asociada a un “mojado” completo de la planta. Eso se logra con altos volúmenes de caldo y/o asegurándose la cantidad de impactos por cm2adecuada a dicho principio activo. 

• Biología del Patógeno: especialmente vinculado a si una  enfermedad  es  mono  o  policíclica  o  si  son enfermedades  foliares  o  de  suelo.  Las  enfermedades policíclicas, aquellas que tienen más de un ciclo durante el ciclo,  son  las  que  tienen mayores  probabilidades  de generar resistencia. Las enfermedades foliares tienen más probabilidad  de  generar  resistencia  que  las  de  suelo, precisamente  por  la  asociación  con  la  característica anterior. 
• Prácticas Culturales: en este punto es donde entran a jugar  factores  como  las  variedades  susceptibles,  la fertilidad inadecuada, sea esta por exceso de nitrógeno o deficiencia,  relativa  de  otros  nutrientes  como  por ejemplo,  fósforo,  potasio, calcio, azufre,  hierro, manganeso,  boro, zinc,  cobre  y molibdeno,  es  decir  de todos  aquellos  nutrientes  que  hacen  más  eficiente  el metabolismo del nitrógeno. También tiene  incidencia el uso de riego (ambiente húmedo asegurado) y la falta de rotación de cultivos. 

ESTROBIRULINAS, EL MÁXIMO RIESGO (CÓDIGO FRAC 11) 
El FRAC (Fungicide Resistance Action Committee) es, como su nombre  lo  dice,  un  comité creado  específicamente  para  el monitoreo  y  estudio  permanente  de  los  fungicidas  para establecer y   definir la aparición de resistencia a los mismos. 
Este comité ha elaborado un código para los fungicidas en los que  ha  determinado  cuales son  aquellos  que  tienen  mayor riesgo de generar resistencia. 
 Las estrobirulinas son fungicidas denominados QoI’s (Quinone outside inhibitors) que inhiben la respiración mitocondrial del hongo. 
Todas  las  estrobirulinas  (azoxystrobin,  pyraclostrobin, trifloxystrobin entre las más conocidas, aunque hay más de 20) tienen el mismo modo de acción, por lo que las condiciones para la generación de resistencia son las mismas para todas. No se  subsana  la  aparición  de  resistencia  a  estos  fungicidas cambiando de principio activo, ya que la resistencia para los mismos es cruzada, es decir, si un hongo es resistente auno de ellos, lo será a todos. 
Estos fungicidas tienen el código 11 para el FRAC indicando que son de los de mayor alto riesgo para generar resistencia y de hecho la estrobirulinas lo tienen. 

BENZIMIDAZOLES Y TIOFANATOS (CÓDIGO FRAC 1) 
 Estos fungicidas afectan la mitosis y división celular. En el FRAC poseen el código 1 y catalogados también como de alto riesgo para la generación de resistencia. También tienen resistencia cruzada y por lo tanto la resistencia generada a uno de ellos  también lo será a los fungicidas de la misma familia. Entre los Benzimidazoles  tenemos  el  benomyl,  carbendazim, fluberidazol y thiabendazol, entre otros. Entre los Tiofanatos están el tiofanato y el metil- iofanato. Estos fungicidas actúan inhibiendo la división celular. 
 
TRIAZOLES (CÓDIGO FRAC 3) 
También  conocidos  como  DMI’s  (Demethylation  Inhibitors). 
Estos  fungicidas  se  caracterizan  por  inhibir  una  enzima específica  que  juega  un  rol  fundamental  en  la  síntesis  de esteroles, necesarios para la formación de pared celular. Entre los  más  conocidos  se  encuentran  tebuconazole, fenbuconazole,  propiconazole,  etraconazole  y  metconazole, entre  otros.  Cuando  un  fungicida  tiene  un  sitio  de  acción específico,  el riesgo  de  generar resistencia  es  alto.  Posee  el código 3 el FRAC y posee de medio a alto riesgo de generar resistencia. 
 
 FUNGICIDAS CON CÓDIGO FRAC M 
 Estos fungicidas son fundamentales a la hora del manejo para evitar resistencia a los fungicidas anteriores. El código M indica que son fungicidas con múltiple sitios bioquímicos de acción lo que los transforma en fungicidas de bajo riesgo de generación de resistencia. Entre los principios activos conocidos están los fungicidas  a  base  de  cobre,  los  ditiocarbamatos  y  el clorotalonil,  siendo  los  productos  cúpricos  los  únicos  que además tienen poder bactericida. 
 

MANEJO DE LA RESISTENCIA 
 Hay  una  serie  de  medidas  que  los  productores  pueden implementar a la hora de evitar la generación de resistencia a los fungicidas de alto riesgo, entre las que podemos detallar: 
• Todo  plan  de  aplicación  de  fungicidas  debe contemplar la alternancia, dentro del plan, de 2 ó más principios  activos  diferentes.  Esto  es,  no  aplicar  en forma  consecutiva  un fungicida  de  acción  específica detrás de otro. Lo que los americanos llaman back-to-back treatments.
• No aplique sub-dosis de los fungicidas de alto riesgo. 
• Moje bien la planta y asegurarse el mayor número de impactos por m2. 
• Realice el monitoreo de  las enfermedades en forma permanente. 
• Aplique  los  fungicidas  preventivamente,  es  decir  antes  que  aparezca  el  patógeno,  siguiendo  las condiciones ambientales predisponentes. Una vez que el  patógeno  entró  a  la  planta  el  fungicida  pierde efecto, generando condiciones de resistencia. 
• No acorte los períodos de aplicación de los fungicidas. Respete los tiempos de residualidad de cada uno 
• Aplique  los  fungicidas  de  código  1,  3  y  11 (Benzimidazoles,  Triazoles  y  Estrobirulinas)  junto  a fungicidas de código M (cúpricos y otros) en la misma aplicación.  La  aplicación  conjunta,  evita  o retrasa  la aparición de resistencia. 
• Si  combina fungicidas, siempre a dosis plena. Nunca reducir  dosis  pensando  que  al  combinarlos  se “compensa”. Eso es un error. 
• Use variedades resistentes.
• No utilice fungicidas que no se encuentren registrados para los cultivos en los que se aplicarán. 
• Controle plantas guachas, ya que son el reservorio del inóculo.


 



Fuente: Ing. Agr. Luis F. Gaspar.

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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