ESPECIES INVERNALES SOBRE CAMPO NATURAL PRÁCTICAS DE MANEJO

La ganadería en el NEA, se sustenta fundamentalmente sobre pastizales. Los componentes de éste tipo de recurso son en su mayoría especies de gramíneas de crecimiento primavera – estivo – otoñal con una relativa baja producción de forraje y rápida pérdida de calidad.


amanecer rural

Durante junio, julio y agosto los pastizales de la región tienen escasa o prácticamente nula producción de pasto .
En la región, la utilización de pasturas invernales de Lolium multiflorum L. (raigras) permitió contar con una oferta forrajera de calidad durante el período de escasez de forraje. La necesidad mayor eficiencia en la recría de las hembras dentro de los sistemas de cría y la incorporación de una actividad de recría o engorde de machos impulsaron la utilización de este tipo de recurso. Sin embargo, surgen algunos inconvenientes, derivados del alto costo que implica la implantación de estas praderas, la sucesión secundaria del sistema, el relativo corto período de utilización en el año y la alta variabilidad en la producción anual de forraje. Una alternativa al manejo tradicional de verdeos, es la promoción de especies invernales (raigras) sobre campo natural mejorado. Esto permitiría contar con una adecuada oferta forrajera en invierno sin eliminar la cobertura de especies estivales, haciendo más estable la producción de pasto y de carne a lo largo del año .
En sistemas pastoriles donde conviven especies C3 (raigras) con especies C4, existen fuertes interacciones competitivas entre ambas. La intensidad de esta competencia es controlada por la disponibilidad de recursos, siendo las C4 las que tienen mayor capacidad de competencia. La cualidad lumínica, determinada por a intensidad de la canopia, juega un importante rol en dicha interacción. La humedad y temperatura del suelo determinan el comienzo de la germinación de semillas de raigras, y si la luz solar llega directamente al suelo, la germinación se incrementa   . Esto ocurre cuando la vegetación es intensamente defoliada con altas cargas a fines de verano o es eliminada mediante el uso de glifosato. En el sur de Corrientes se logró la implantación de raigras sobre campo natural utilizando diferentes técnicas , siendo el glifosato el que afectó en mayor medida al campo natural con aparición de especies indeseables. Se concluye que, disminuyendo la competencia del campo natural, sin destruirlo, se puede lograr la introducción de especies invernales.

EXPERIENCIA
Reducir la competencia de especies nativas estivales en campo natural, genera las condiciones necesarias para el establecimiento de raigras, logrando mayor productividad primaria invernal sin afectar la productividad primaria total y en consecuencia obtener mayor producción de carne. 

Objetivos
Determinar qué tratamientos de preparación del tapiz del campo natural, permiten la incorporación de raigras sin afectar en mayor medida las especies nativas estivales, logrando una oferta forrajera más estable, que permita mantener buenas ganancias de peso de animales en recría durante todo el año. 

Metas
Lograr mediante el pastoreo o la aplicación de desecante o glifosato a fines del otoño, un campo natural mejorado con una producción de forraje invernal de 1500 kg MS/ha, que representa un 30% del crecimiento anual. Obtener un 37 % más de producción de carne (165 kg carne/ha) en sistemas de recría sobre campo natural mejorado mediante la promoción de raigras, respecto al campo natural testigo.

 

Materiales y métodos
Se trabajó sobre dos situaciones de campo natural, uno mejorado mediante fertilización fosfórica (campo natural mejorado; CNM) y otro que posterior a recibir dosis altas de glifosato fue manejado hasta lograr la recuperación del mismo (campo natural recuperado; CNR). La superficie total del ensayo fue de 36 ha, divididas en 12 potreros de 3 ha cada uno (6 de CNM y 6 de CNR).  En ambas situaciones los tratamientos fueron: (T1) testigo sin manejo de intersiembra de raigras; (T2) pastoreo intenso a fin del verano e intersiembra con raigrás en marzo y (T3) aplicación de 1 l/ha de glifosato o desecante antes de la intersiembra de raigras. El T3 se diferenció entre CNM y CNR. En el primero se utilizó glifosato a baja dosis para reducir la competencia de las especies nativas y en el CNR se utilizó desecante. Esta diferencia en los tratamientos se debió a las diferencias en las condiciones del tapiz natural entre el CNM y CNR (mayor cobertura y diversidad de especies en el primero). 
Se utilizaron dos repeticiones.
En los tratamientos T2 y T3 y en cada año, se realizó un corte a fines de febrero para eliminar el exceso de forraje senescente. Posterior al corte en T2, se utilizó una carga de 5 vacas/ha durante 25 días para lograr reducir la disponibilidad de forraje a valores de 600 a 800 kg MS/ha. En T3, posterior al corte, se clausuraron los potreros y 10 días antes de la siembra se aplicó el tratamiento de glifosato o desecante. 
La siembra de raigras en T2 y T3 se realizó entre el 15 y 20 de abril a una densidad de 15 kg/ha y fertilización de base de 100 kg/ha de fosfato diamónico. Posteriormente se fertilizó con 50 kg urea/ha al macollaje. Los testigos (T1) se fertilizaron cada año con la misma dosis de fosfato diamónico.
El pastoreo se realizó con terneros livianos (150 kg) de forma rotativa. Se utilizó un criterio de carga variable con 56 animales fijos (1,3 an/ha en T1 y 1,7 an/ha en T2 y T3) y animales volantes que se utilizaban para ajustar la carga cuando la altura remanente superaba los 15 cm. El inicio del pastoreo en los T1 fue a principio de mayo mientras que en T2 y T3 a principio de julio, cuando la disponibilidad de forraje alcanzó los 1000 kg MS/ha.
Se evaluó: disponibilidad, cobertura y relación vivo/muerto antes de la intersiembra, eficiencia de implantación de raigras, productividad primaria, producción invernal y total, composición botánica, ganancia de peso y producción de carne. Las dos situaciones de campo natural se evaluaron como ensayos independientes. Se utilizó un diseño experimental completamente aleatorizado (Kuehl, 1994). Los datos fueron analizados mediante el procedimiento GLM del paquete estadístico de SAS (V8.2) (SAS, 1999). 

RESULTADOS
Implantación. Condiciones del tapiz. La disponibilidad de forraje inicial, la cantidad de suelo desnudo y la relación vivo/muerto podrían afectar la eficiencia de implantación de raigrás, por sus efectos sobre las condiciones en las cuales debe desarrollarse la germinación (Deregibus y otros, 1983). En este ensayo en CNM, sólo en el T2 hubo menor disponibilidad (Cuadro 1), mientras que en el CNR se logró menor disponibilidad tanto con pastoreo como con desecante. 
El suelo desnudo, en ambas situaciones de campo natural, fue alto en los tratamientos que recibieron pastoreo intenso (T2) y bajo en el testigo, desecante y glifosato. La relación vivo/muerto, en ambas situaciones de campo natural fue mayor en testigo y pastoreo respecto a desecante o glifosato. 
Las condiciones del tapiz fueron buenas para que la luz solar llegara directamente al suelo en T2 y T3 y en consecuencia facilitar la germinación de raigras (Deregibus y otros, 1994). Todos los tratamientos de intersiembra, T2 y T3, permitieron un muy buen logro del raigras. Pero en T3 del CNM, cuando se utilizó glifosato previo a la siembra, la cantidad de plantas logradas fue mayor, probablemente relacionado a la presencia de un tapiz vegetal mucho mas seco que en el resto de los tratamientos, lo que afecta la calidad de la luz (Oyhamburu y otros, 2006).
Debido a problemas operativos, la tasa de crecimiento y la producción total de  forraje sólo de evaluó sobre campo natural mejorado. 
Tasa de crecimiento: La productividad forrajera fue afectada por los tratamientos . La mayor productividad, entre los meses de julio a noviembre, correspondió al tratamiento donde se utilizó glifosato. Esto estuvo relacionado al mayor número de plantas inicial y a la menor presencia y competencia de especies nativas (Ansin et al. 2007). En ese período inverno-primaveral los meses de julio y agosto presentaron mayores diferencias en productividad entre tratamientos. La tasa de crecimiento fue dos y tres veces mayor en T2 y T3 respectivamente, comparadas con T1. En septiembre, octubre y noviembre las diferencias entre T2 y T3 no fueron significativas, pero si respecto a T1 (50% mayor). 
La producción de forraje de los meses de diciembre a febrero fue similar entre el T1 y T2, pero muy superiores a T3. El tratamiento de glifosato redujo la tasa de crecimiento a valores muy bajos durante diciembre y enero, recuperándose parcialmente la productividad en febrero. 
La alta tasa de crecimiento registrada durante el invierno en los T2 y T3 estuvo relacionada al alto aporte de raigras a la productividad total (70 y 95 % respectivamente). Sin embargo, T3 a partir de diciembre redujo drásticamente la productividad de forraje debido a la menor presencia de especies nativas. En T3, sólo a partir de que se retiraron los animales en diciembre por falta de forraje, se notó una leve recuperación de especies nativas que fueron muy afectadas por la aplicación de glifosato. La composición del campo natural cambió notablemente por la aplicación de los tratamientos (Cuadro 2). 
Sólo en el tratamiento con glifosato se afectó notablemente la composición del tapiz vegetal. La paja colorada fue la especie que más se redujo, incrementándose Paspalum notatum y Setaria geniculata. 

PRODUCCIÓN DE FORRAJE
La producción de forraje invernal, primavera-estival y total fue afectada por los tratamientos . 
La producción invernal (tres meses) de forraje fue un 93% y 168% mayor en los tratamietos con pastoreo y glifosato respecto al testigo. La producción primavera estival (cinco meses) fue similar entre el testigo y el pastoreo, pero en el tratamiento con glifosato se redujo a un 60 %. La producción total de forraje del testigo fue de 4548 kgMS/ha, el de pastoreo de 5367 kgMS/ha y el de glifosato 4059 kgMS/ha.

PRODUCCIÓN DE CARNE
La duración del período de pastoreo varió en función de los tratamientos. En T1 se pastoreó desde principios de mayo, mientras que en T2 y T3 el inicio del pastoreo se postergó hasta principios de julio, cuando estuviese implantado el raigras. El final del pastoreo fue, para todos los tratamientos, fin de marzo. Para analizar la ganancia de peso de los animales se consideraron dos períodos, invernal desde inicio del pastoreo hasta fin de octubre y estival desde inicio de noviembre hasta fin de marzo (Cuadro 3). 
En el campo natural mejorado las ganancias de peso fueron diferentes en los tratamientos. Durante el invierno, los animales en T2 y T3 ganaron 120 y 180 % más que el testigo, mientras que en verano en T2 las ganancias de peso fueron similares a T1, pero en T3 se redujeron un 30 %. En campo natural recuperado la ganancia de peso invernal fue similar entre T2 y T3, pero el doble que en T1. En verano no hubo diferencias en las ganancias de peso entre tratamientos.
La baja carga y baja ganancia de peso durante el verano en T3 del CNM está relacionada al efecto negativo del glifosato sobre la presencia de especies nativas y la productividad primaria estival. Por lo tanto, en T3 del CNM, aunque la producción de carne invernal fue superior al resto de los tratamientos, la producción de carne total fue similar a la del testigo. Por otro lado, en T2 del CNM la recuperación del campo natural posterior a que la productividad del raigrás decrece, permitió mantener buenas ganancias de peso estival y en consecuencia la producción de carne total fue superior a T1 y T3.
En el CNR las ganancias de peso fueron muy similares entre T2 y T3 tanto durante el invierno como durante el verano y superiores al testigo (T1). En consecuencia, la producción de carne total fue superior (34 %) en los tratamientos con intersiembra sin importar la metodología utilizada.

CONCLUSIONES
Reducir la competencia del campo natural, ya sea mediante pastoreo, desecante o bajas dosis de glifosato, permiten realizar una intersiembra de raigrás con muy buenos resultados de implantación. La productividad de forraje invernal sobre campo natural se incrementó mediante la técnica de intersiembra un 25 o 40 %, cuando se utilizó pastoreo o glifosato, respectivamente. Sin embargo, el uso de glifosato afectó la composición de especies y redujo notablemente la producción de forraje estival.
La mayor producción de carne (50 % más que el campo natural sin intersiembra) se obtuvo en campo natural mejorado cuando se utilizó pastoreo como técnica para reducir la competencia del campo natural. En campo natural recuperado tanto el pastoreo como el desecante permitieron incrementar la producción de carne un 35 %.


 



Fuente: Diego Bendersky; Rafael Pizzio, Pablo Barbera.

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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