PLANTACION DE TE

Para la obtención de una buena plantación, el té debe implantarse con todos los requerimientos y cuidados propios de un cultivo hortícola. Cualquier error que se cometa en esta etapa, puede acarrear en el futuro problemas de carácter prácticamente insolubles, que definirán en gran parte el destino productivo de la plantación.


amanecer rural

Elección del terreno
Los suelos recomendados para la implantación de té, son los conocidos como "tierra colorada". Se trata de Ultisoles, Alfisoles y Oxisoles, aptos para la producción de cultivos perennes. La graduación de su aptitud, se establece en función de los gradientes de las pendientes y/o de los niveles de fertilidad, acidez y aluminio.
Pueden efectuarse también plantaciones en los suelos denominados "toscosos". Se trata de un grupo de suelos bien provistos de nutrientes, en el que predominan los Alfisoles. Estos suelos son moderadamente aptos para el cultivo, en función de su posición en el paisaje (pendiente) y profundidad al basalto.

Labores previas a la plantación
La habilitación de terreno en la zona de monte, puede realizarse empleando los sistemas manuales o mecanizados disponibles, con la precaución de no eliminar la capa superficial de suelo y evitar las quemas generalizadas. Estos trabajos se efectuarán en la temporada primavero-estival previa a la plantación.
En el caso de retraso en esta tarea, con la imposibilidad de efectuar la plantación, se realizará en esos terrenos un cultivo anual, con mínima labranza. A los efectos de mantener el terreno, obtener una renta complementaria y favorecer la descomposición de los restos del desmonte. En las zonas de campo o con uso agrícola previo, una vez determinada su aptitud, se debe conocer sus antecedentes, ya que las tareas previas estarán en función de éstos.
En algunas ocasiones será necesario eliminar malezas perennes agresivas, en otras el subsolado profundo para eliminar capas superficiales compactadas y en la mayoría recuperar el nivel de materia orgánica por medio de abonos verdes y/o orgánicos. En estos suelos se efectuará una rastreada entre los meses de enero-febrero, a efectos de descomponer el material superficial y favorecer el desarrollo de malezas.
Estas se controlaran con posterioridad según su tipo (gramíneas o latifoliadas), con herbicidas específicos, por último si fuera necesario puede efectuarse una rastreada liviana, a fin de homogeneizar la distribución de los residuos de malezas en superficie y evitar que queden terrones grandes, pero sin pulverizar el suelo.
Concluidas estas tareas el lote se dividirá en cuadros con pendientes homogéneas, se nivelará y se marcará en forma mecanizada los liños. Terrenos con pendientes superiores al 18%., no son los más adecuados para el cultivo, ya que al intenso proceso de erosión hídrica, se suman los inconvenientes en las labores mecanizadas, que como la recolección debe efectuarse con maquinaria menor de tracción a sangre.

Distancia y densidad de plantación
Para la realización de nuevas plantaciones se recomienda la disposición en liños simples, con una distancia entre ellos de 2m. Esta distancia se adapta perfectamente a la trocha de la maquinaria de uso más frecuente. Facilita una rápida cobertura del suelo en la etapa juvenil y completa en la adulta. Además los rendimientos con este distanciamiento, resultan superiores a los obtenidos con mayores o menores distancias entre liños.
Las distancias entre plantas varían entre 65 a 75 cm. De la combinación entre éstas con la distancia entre liños, surgen las densidades que se expresan en el cuadro 1. 
La longitud de los liños de té no deberá superar en promedio los 200m, a los efectos de permitir el empleo de las cosechadoras automotrices, de uso frecuente en la región. Además se deberá dejar una calle transversal a los liños de té, con un ancho de 7m para la descarga y transporte del brote recolectado. Esta actuará a la vez de canal de desag�e, para lo cual deberá estar permanentemente empastada.

Métodos de plantación
Cuando las características del terreno lo permitan, es conveniente la marcación y surcado por medio de un subsolador, que trabajando a una profundidad de 40 cm, simplificará la plantación. En el caso de desmonte sin quema, donde no es posible el uso de este implemento, se efectuaran los pozos con pala u hoyador mecánico, con una profundidad de 30-40 cm y 20-25 cm de diámetro.
Los plantines podrán ser a raíz desnuda o en maceta. En el primer caso, se debe efectuar una poda de raíces, para eliminar el material deteriorado durante la extracción; con los plantines en maceta se deberá quitar el embalaje, con la excepción de las de cartón alquitranado (ruberoid).
El plantín se ubicará en el medio del pozo o en medio de la zona subsolada, se acercará tierra con azada y se compactará con el pie.
Época de plantación
Con plantines a raíz desnuda, el período más adecuado se extiende entre el 15 de mayo al 15 de agosto. Esta plantación se efectuará luego de una abundante lluvia. Con plantines en maceta, la época se amplía del 15 de abril al 30 de setiembre.

Protección del plantín
Con posterioridad a la plantación, se deberá colocar una protección para el plantín, a efectos de evitar la alta insolación primavero-estival. Esta se ubicará en posición NO y puede fabricarse con paja de gramíneas perennes, desbobinado de eucalipto o costaneros de pino resinoso. No son recomendables las protecciones vivas con mandioca, soja, arroz o maíz; ya que su competencia por agua en el período estival, puede llevar a la muerte del plantín de té.

Cuidados posteriores 
a la plantación

En los tres años siguientes a la plantación, es necesario asegurar a la joven planta una cuidadosa limpieza en el liño. Esta puede efectuarse por medio de carpidas manuales y/o aplicaciones dirigidas de herbicidas. El producto y la frecuencia, dependerá de la maleza presente y su grado de competencia.
En cuanto al entreliño, melga o calle se efectuarán controles mecánicos, químicos o combinados, en el período primavero-estival. También es factible efectuar durante el mismo, cultivos intercalares en baja densidad. Estos permitirán mantener la limpieza, sin competir por su densidad con el cultivo y asegurarán un ingreso complementario. Los cultivos más adecuados son soja, poroto, mandioca o tabaco, no es conveniente incluir entre ellos algodón o maíz por su alta competencia por luz, agua y nutrientes.
Durante el período otoño-invernal, convendrá permitir el desarrollo de una cubierta natural, que protegerá el suelo de la erosión hídrica. En suelos con uso agrícola previo, con cubierta natural rala, convendrá una cubierta verde implantada. Entre éstas merecen destacarse el rye-grass (5-7 kg/ha), avena strigosa (10-12 kg/ha), cebadilla criolla (3-4 kg/ha) o pasto romano (2-3 kg/ha). Se deberán implantar en los meses de abril o mayo, en la franja central de la calle o melga.
Las hormigas se deberán controlar, a partir de la finalización del desmonte hasta la plena producción del cultivo. Por medio de cebos tóxicos, distribuidos en recorridas periódicas.
Se deberá verificar la presencia de ácaro rojo o púrpura, así como la de orugas militares y medidoras, a los efectos de realizar su control en forma localizada y temprana.

Replantes
Se efectuarán hasta el 2° año de vida de la plantación. El primero en el mes de setiembre del año de implantación, los sucesivos entre abril a setiembre de los 2 años siguientes. Los porcentajes de fallas oscilan entre 5 a 10 % en el primer año y menos de 5 % al segundo.
Los replantes se deberán efectuar con plantines en maceta de buen desarrollo, con buen proceso de rustificación.

Arboles de sombra
Con el propósito de evitar el impacto del sol sobre los brotes recolectados, será conveniente implantar árboles de media sombra en las cabeceras de los liños de té. Debajo de estos árboles se colocará el material recolectado, a la espera de su traslado al secadero.
Los árboles se ubicarán a una conveniente distancia del inicio de los liños de té, con una separación entre ellos de 5-6m, de manera que no dificulten la circulación de la maquinaria específica.
Las especies más adecuadas para zonas altas con buenos suelos son grevillea (Grevillea robusta) y cañafístula (Peltophorum dubium), en tanto que para zonas bajas o con suelos de menor calidad, es factible emplear anchico (Parapiptadenia rigida) o tipa (Tipuana tipu).

Poda de formación
Una vez alcanzado su 2° o 3° año a campo, se efectuará la segunda poda de formación pues la primera se efectuó en vivero, previo al trasplante.
Esta poda se debe realizar a una altura de 40 cm del nivel del suelo, con podadora mecánica automotriz. Con posterioridad se efectuará un repaso manual, que consistirá en reducir la altura del o de los ejes centrales, en 10 a 15 cm por debajo del nivel de la poda mecánica. El período adecuado para realizar esta tarea, se extiende del 1 al 30 de setiembre.

Poda de producción
Esta poda se efectuará a partir del 3° o 4° año a campo a una altura de 50-60 cm con podadora mecánica, durante los meses de agosto y setiembre, luego de la cual se establecerá un calendario de recolecciones periódicas, iniciando así la primera campaña productiva.



Fuente: Sergio Dante Prat Kricun, Luís Darío Belingheri, Humberto Primo Fontana, Silvio Efraín Rivera Flores y René Antonio Dehle.

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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