CONTROLANDO LA MANCHA MARRON DE LA SOJA

La recurrencia de tormentas y lluvias en las zonas sojeras del centro y norte del país, desde fines de diciembre de 2018 hasta hace pocos días, han generado las condiciones predisponentes para la aparición de patógenos, como ser la mancha marrón.


amanecer rural

EN QUÉ CONSISTE
 La mancha marrón es, generalmente, la primera enfermedad que se presenta en el cultivo de soja y se puede observar tempranamente en el estadio V2. Las plantas Infectadas en estadios vegetativos tempranos presentan en las hojas unifoliadas pequeñas lesiones color marrón-violáceo. En Infecciones más tardías, a partir de V6, se observan manchas foliares angulares a irregulares planas de color marrón rodeadas de un halo clorótico, inicialmente pequeñas (1-2 mm) que luego se unen formando grandes áreas necróticas. Un amarillamiento generalizado acompaña a las hojas afectadas por efecto de una patotoxina fúngica. Las hojas caen prematuramente desde la base hacia la parte superior de la planta.

CICLO DE LA ENFERMEDAD
El inóculo primario puede originarse en restos de cultivos y semillas infectadas e infectar hojas unifoliadas. Por lo general, esta enfermedad es más visible a los 20-25 días después de la emergencia y a partir de la floración. Las lesiones que se desarrollan en hojas unifoliadas y trifoliadas constituyen la fuente de inóculo secundario. El patógeno se dispersa desde las hojas inferiores hacia las hojas superiores de la planta de soja por salpicado de agua de lluvia, causando amarillamiento y defoliación prematura de la planta y consecuentemente reducción del peso de los granos. Luego de la muerte de los tejidos infectados el patógeno produce picnidios, que contiene los conidios, bajo condiciones de humedad son liberados a través de las aberturas de los picnidios. La dispersión de estos conidios es por salpicado de agua
de lluvia, desde el rastrojo Infectado a hojas Inferiores. Luego, las lluvias frecuentes favorecen la dispersión del patógeno de hojas Inferiores a superiores. El patógeno pasa el Invierno en restos de cultivos, hojas y tallo. También Infecta las semillas que junto con el rastrojo constituyen la fuente primaria de inóculo.

CÓMO SE LA PUEDE DETECTAR/RECONOCER
La mancha marrón comienza en estratos inferiores de la planta, en contraste con otras enfermedades foliares, en los cuales sus síntomas comienzan en estratos superiores. En el estrato inferior la mancha marrón, algunas veces, puede confundirse con la enfermedad Roya Asiática de la soja, pero esta posee pústulas que contiene las esporas.

FACTORES DE RIESGO
Qué condiciones climáticas favorecen su aparición: La infección y el desarrollo de la enfermedad se favorecen por el tiempo cálido y húmedo que promueve la esporulación del patógeno en las lesiones primarias. La severidad de la enfermedad se incrementa con períodos de mojado foliar entre 6 y 36 horas. La temperatura óptima para el progreso de la enfermedad es 25 °C, aunque los síntomas se desarrollan entre 15 y 30 °C. Los conidios son dispersados por el viento y salpicado por lluvias.

PÉRDIDAS POTENCIALES ANTE SU APARICIÓN
En estadios vegetativos la defoliación causada por la enfermedad no afecta el rendimiento porque la planta compensa con la producción de nuevas hojas. Mientras que cuando se manifiesta luego de la loración, la defoliación es irreversible y provoca pérdidas de rendimiento que pueden llegar al 15 % bajo condiciones de monocultivo de soja y lluvias frecuentes en llenado de granos. Las variedades de soja comerciales sembradas en el norte de la Pcia. de Bs. As. son susceptibles a la mancha marrón.

MONITOREO
El efecto de las enfermedades sobre el rinde depende del nivel de infección y de la condición del cultivo. El monitoreo tiene como objetivo determinar el tipo de enfermedades presentes y el nivel de infestación. Sobre esta base se decide la conveniencia de un control químico en cada lote.
El monitoreo pretende cuantificar el nivel de incidencia y severidad de las enfermedades de fin de ciclo. Se puede utilizar el siguiente procedimiento, propuesto por Satorre y Bert:
Comenzar el monitoreo hacia fin de la etapa de expansión de hojas (usualmente R2) y extenderlo hasta R6.
Realizar el monitoreo en los mismos sitios de muestreo de plagas y con la misma frecuencia.
En cada sitio de muestro se deben tomar dos plantas al azar.
Eliminar ramas y contar número total de hojas verdes (hojas que tengan más de 20% de área verde) del vástago principal.
Tomar las hojas verdes y luego separar el folíolo central de cada hoja verde; si está dañado, tomar el izquierdo.
Contar número de folíolos con presencia de enfermedades de fin de ciclo.
Calcular la Incidencia de enfermedades de fin de ciclo como número de folíolos enfermos / número de folíolos sanos.
Estimar la severidad utilizando una escala cualitativa de Baja, Media o Alta.
 
CONTROL
Numerosos ensayos en distintas zonas productivas han mostrado aumentos de rinde por el control de enfermedades en soja. No obstante, Satorre y Bert advierten que “la chance de encontrar respuestas a la aplicación de fungicidas y su magnitud depende del tipo y nivel de enfermedades presentes (medido en el monitoreo) y del estadio fenológico y potencial de rinde del cultivo”. Así, los criterios de control que proponen se basan en estas variables.

Antes de R3: Se controlan con niveles relativamente altos, dado que aún no se alcanzó el período crítico de generación de rinde. Se propone tratar cultivos de condición de rinde medio-alto y con bajo estrés cuando la incidencia de las enfermedades de fin de ciclo es mayor a 60%. No se sugiere controlar si la severidad es baja.
R3-R5: Se controla con niveles relativamente bajos, ya que se trata del período crítico del cultivo. En sojas con alto potencial de rinde, para cuidar las hojas, se sugiere controlar desde niveles muy bajos: 20% de incidencia de enfermedades, independientemente de la severidad. En cultivos con bajo rinde potencial (por ejemplo menos de 2800 kg/ha) es posible aumentar los niveles para el control: desde 30% de incidencia de enfermedad, con severidad media o mayor.
Después de R5: Luego de finalizado R5, el rinde está prácticamente definido, por lo que los niveles de enfermedad para el control aumentan a valores semejantes a los detallados para estados anteriores a R3.
Los niveles de incidencia y severidad para decidir el control mencionados en los ítems anteriores son sólo orientativos y podrían modificarse o evaluarse en función de la condición del cultivo al momento de la decisión, las perspectivas meteorológicas y la relación precio de grano /costo de aplicación.
Las respuestas medias esperables por el control de enfermedades con fungicidas, si bien presentan considerable variabilidad, frecuentemente varían entre los 200 y 300 kg/ha. En general, las mayores respuestas se encuentran con aplicaciones cercanas a R3. Aplicaciones más tardías (por ejemplo en R5) suelen mostrar respuestas menores.
La posibilidad de manejar las enfermedades de soja a través del uso de fungicidas eficaces en situaciones monitoreadas permite recuperar una buena parte del rendimiento. Sin embargo, es importante reconocer que la rotación de cultivos reduce la cantidad de inóculo en los lotes y, en muchos casos, disminuye la necesidad de uso de fungicidas en los cultivos de soja.

USO EFICIENTE DE FUNGICIDAS PARA EL MANEJO DE LA MANCHA MARRÓN
Entre las pautas a tener en cuenta para una eficiente aplicación de fungicidas foliares para el manejo de la mancha marrón, se sugieren las siguientes:

1- Período crítico para el desarrollo de las enfermedades de fin de ciclo:
Los estadíos fenológicos del cultivo comprendidos entre R1 y R5 (desde floración hasta llenado de grano) son críticos para estas enfermedades, ya que las mismas
causan anticipación en la madurez del cultivo y afectan el llenado de granos. Los rendimientos finales son más afectados cuando más tempranas son las infecciones.

2- Grado de cobertura de los surcos:
En el caso de la mancha marrón de la hoja la cobertura de los surcos es de importancia porque el desarrollo de la enfermedad se ve favorecido por el espacio sin cobertura entre los surcos ya que el patógeno se difunde mediante el salpicado de las gotas de agua de lluvia.

3- Umbral para el control de mancha marrón.
Es expresada en porcentaje de la altura de la planta a la que llegan los síntomas de la enfermedad. Los valores superiores al 25% durante los primeros estadíos reproductivos son considerados críticos para las posteriores infecciones.

4- Condiciones climáticas:
Temperaturas moderadas y lluvias con frecuencias semanales favorecen la dispersión del patógeno desde los niveles inferiores a los superiores de la planta.

5- Estado del cultivo:
Para la toma de decisiones de aplicación de fungicidas se deberá tomar en cuenta el estado del cultivo y el potencial de rendimiento del mismo. Cuando mayor expectativa de rendimiento se tenga mayor es la conveniencia de realizar aplicaciones.
 



Fuente: Ingeniera Agrónoma MSc Lucrecia Couretot, El Rural.

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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