ENGORDE A CORRAL CON MAÍZ ENTERO Y BAJOS NIVELES DE FIBRA

Dentro del planteo de intensificación de los sistemas ganaderos, una de las alternativas más difundidas es el engorde a corral. El maíz es el más utilizado entre los granos disponibles para este tipo de alimentación.


amanecer rural

Mucho se estudió sobre la forma de mejorar su utilización mediante el procesamiento (molido, partido, aplastado, tratamientos con vapor, etc.) de modo de favorecer la ruptura de la matriz proteica que contiene los gránulos de almidón y mejorar de esa forma su digestibilidad.
Sin embargo, esta ruptura del grano puede realizarse mediante la masticación del mismo por parte del animal. Diferentes experiencias demostraron que en animales jóvenes (con menos de 270-300 kg de peso vivo), por tener un diámetro de orificio retículo - omasal pequeño que no permitiría el pasaje del grano hacia el omaso, el grano entero de maíz por sí mismo estimularía la rumia. Esto favorecería una mayor masticación del grano durante la ingestión, aumentando de esta manera la digestibilidad del maíz en animales jóvenes con respecto a los animales adultos.
En experiencias realizadas en el INTA, observaron que la utilización de grano de maíz entero, en animales de hasta 230 kg de peso vivo, permitió mejorar la eficiencia de conversión en un 10% con respecto al grano partido, ya que mantuvo similares ganancias de peso y disminuyó el consumo.
Por otro lado, el suministro de la fibra es frecuentemente una limitante operativa y económica en las dietas de feedlot. La utilización de grano de maíz entero en la dieta de animales jóvenes evitaría el costo adicional del procesamiento y disminuiría la posible ocurrencia de desequilibrios metabólicos (como acidosis) como consecuencia de su menor tasa de fermentación ruminal por estar menos expuesto el almidón que en el procesado y por verse favorecida la rumia y producción de saliva con el tamaño del grano.

LIMITACIONES EN FIBRA
En situaciones de emergencia ganadera, por ejemplo por sequías, el recurso forrajero es escaso y las reservas (rollos, silos, etc.) son destinadas a superar el momento de crisis y no como fuentes de fibra para dietas de engorde, aunque, para éstas raciones a corral las necesidades de fibra sean bajas. En las dietas de feedlot, la fibra (denominada fibra efectiva) tiene como objetivo un efecto físico o mecánico (promover la rumia, la salivación y producción de buffer ruminal para reducir el riesgo de acidosis y disminuir la tasa de consumo) más que nutritivo.
Por otra parte, el uso de fibra siempre representa una limitante, ya sea económica, porque el heno conservado en forma de rollo es caro al ser un elemento tan voluminoso y con baja energía, u operativa por la falta de maquinaria para su traslado, repartición o picado.
Por estos motivos, la posibilidad de obtener una buena respuesta animal en dietas de encierre donde se elimine las fuentes de fibra permitiría simplificar la alimentación a corral y hacer accesible esta práctica a numerosos planteos de engorde.

USO DE MAÍZ ENTERO

El fundamento de usar grano sin procesar se basa en que el grano de maíz entero, por su tamaño, sería estímulo suficiente de la rumia y mantendría un 
adecuado funcionamiento ruminal en dietas altamente energéticas. Por lo tanto, permitiría eliminar la fibra larga proveniente de henos.
Muchos autores concuerdan en que el aumento de peso logrado al utilizar maíz entero, en alimentación en confinamiento, es equivalente al del maíz aplastado o quebrado (seco o húmedo), incluso superior al del silaje de grano húmedo y, además, con buenas eficiencias de conversión.
Estudios realizados en la EEA de Anguil, encontraron que las pérdidas visibles de granos en heces están en el orden del 7 al 10% (base seca), porcentaje que no es muy elevado. Registraron valores mayores a medida que aumentaba la edad del animal.

ETAPA DE ADAPTACIÓN 
A DIETAS ENERGÉTICAS

Se debe tener especial cuidado durante el período de acostumbramiento de los animales cuando se comienza a suministrar raciones con alto porcentaje de granos para que no aparezcan trastornos digestivos, como acidosis, que afectan el consumo de alimento y las ganancias de peso.
Se recomienda comenzar con una dieta mayoritariamente de heno, incluso en aquellas dietas en la que luego se elimina la fibra de la ración, para llegar progresivamente a la ración final en 20-25 días.
Una estrategia sencilla de llevar a cabo sería: comenzar con una dieta con 30% de grano durante 4 a 5 días, luego pasar a 40% de grano por 4-5 días, aumentar al 50% por igual periodo de tiempo, luego llevar a un 60% por 4 a 5 días y finalmente llegar al porcentaje final de grano de la ración.
La forma ideal de ofrecer este tipo de dietas es hacerlo dos veces al día, así el consumo es más homogéneo, y habrá menos incidencia de acidosis y menor desperdicio.
Para obtener resultados positivos, es muy importante realizar una observación de los corrales. Se debe hacer una lectura del comedero, es decir, advertir si sobra alimento que sería indicativo de que existió anteriormente consumo excesivo y el animal está sufriendo alguna perturbación ruminal y por eso lo rechaza posteriormente. Ver el estado general de los animales, signos de acidosis (clínica o sub-clínica) u otro problema sanitario. Detectar la presencia de animales dominantes que no dejan comer a los otros. También el color y la consistencia de la bosta son indicativos de algún trastorno digestivo cuando tiene un color gris- verdoso y es líquida o diarreica.
El objetivo del trabajo es comprobar la posibilidad de no utilizar fibra en la dieta para engorde de vaquillas en corrales. Para lo cual, se compara la ganancia de peso de vaquillas en confinamiento, alimentadas con grano entero de maíz, con o sin fibra larga de paja de arroz.

EXPERIENCIA

Para llevar a cabo esta experiencia se utilizaron 24 vaquillas Braford refugo que no alcanzaron el peso de entore.

Ración 1: Con fibra: 4 kg de maíz entero + 2 kg de expeller de girasol/ vaq /día + rollo de heno de paja de arroz a voluntad

Ración 2: Sin fibra: 4 kg de grano de maíz entero + 2 kg expeller de girasol/ vaq /día

El expeller de girasol aporta proteína necesaria para balancear la ración y algo de fibra, aunque, no es efectiva, es decir, no es estimulante de la rumia. Las dietas contienen 16,5 % de proteína bruta y sólo se diferencian en su oferta de fibra efectiva. Ambas dietas fueron complementadas con un núcleo vitamínico, mineral y portador de monensina de marca comercial. La función de la monensina en dietas de engorde a corral es la de aumentar la eficiencia de uso de la dieta, regular el consumo y reducir acidosis.
Las raciones fueron ofrecidas dos veces al día (mañana y tarde) en bateas. En el caso de la ración con fibra contaban con la presencia de un rollo de heno de paja de arroz para ser consumido a voluntad.
La experiencia duró 60 días, incluyendo el período de acostumbramiento a las dietas. Éste período de adaptación a las raciones fue de 25 días, momento en el cual se pesaron los animales y se consideró ese peso como el inicial del ensayo. El acostumbramiento se llevó a cabo con la incorporación progresiva del concentrado energético-proteico (compuesto por grano de maíz entero y pellet de girasol).
En el caso del tratamiento sin fibra, se empleó heno de alfalfa que se fue retirando paulatinamente.
Con las diferencias de peso se calculó el aumento diario de peso vivo (ADPV) por animal. Las pesadas se realizaron con 18 horas de desbaste previo (encierre sin alimento).

RESULTADOS

Las características, en cuanto a composición química, de los alimentos se encuentran dentro de los parámetros esperados.
La paja de arroz tiene muy baja digestibilidad y bajos niveles de energía y proteína. Sin embargo, conociendo estas características, puede acoplarse muy bien en el engorde a corral como fuente de fibra con funciones mecánicas dentro de este tipo de dietas energéticas. Igualmente, puede usarse en animales de mayor peso y edad en planteos de mantenimiento a corral. Además de ser una opción factible de conseguir por tener nuestra zona una amplia superficie arrocera.
Las vaquillas al momento del encierre tenían un peso promedio (sin desbaste) de 228 +/- 21 kg para la ración con fibra y 222 +/- 17 kg para la dieta sin fibra. Sin embargo, el período de adaptación a las dietas con grano es muy crítico. Como se pretendía probar si era factible acortar esta etapa de adaptación, cada tres días se incrementó el porcentaje de maíz. Este aumento rápido en la incorporación de grano presentó consecuencias en el tratamiento sin fibra, donde los animales mostraron síntomas de acidosis (diminuyó el consumo y presentaron diarrea) y debido a estos problemas las ganancias de peso durante la etapa de adaptación no fueron buenas en este grupo y el peso inicial presentó diferencias con respecto al otro tratamiento . Aunque, esas diferencias desaparecen cuando los animales se acostumbraron a éstas dietas con valores energéticos elevados. 
Las ganancias de peso fueron similares para las 2 raciones. Esto demuestra que el maíz entero, en esta categoría de animales, es una fuente de energía adecuada y estimula la rumia para mantener un funcionamiento óptimo del rumen.
Si analizamos las ganancias obtenidas desde el primer día de encierre, incluido el acostumbramiento, las vaquillas que presentaron problemas de acidosis tuvieron ganancias diarias menores a los 0,700 kg/anim/d diferenciándose notoriamente de las que tenían fibra. Esto refuerza todo lo dicho anteriormente sobre la importancia de una buena adaptación de la flora ruminal al cambio de dieta. 
Para el tratamiento con Fibra, el 85% de las vaquillas llegaron a terminación y salieron a la venta a los 60 días, mientras que para la dieta sin Fibra el 55% se comercializaron en ese momento.
Si bien las ganancias diarias de peso fueron buenas (superiores a los 0,900 kg/anim/d), trabajos precedentes realizados en otras experimentales hablan de ganancias superiores al kg diario (1 a 1,400 kg/anim/d). Del mismo modo, observaron tendencias hacia un mayor ritmo de engorde para los tratamientos sin heno, en condiciones similares y para el mismo tipo de animal.

CONSIDERACIONES

Los resultados obtenidos con esta categoría de animales indican que es factible utilizar dietas en base a grano entero de maíz sin el agregado de fibra con respuestas favorables en ganancias de peso.
Al observar la importancia que tiene la etapa de adaptación, principalmente cuando se plantea eliminar la fibra de la ración, es necesario controlar este período para no tener pérdidas innecesarias.
El uso de dietas para encierre basadas en maíz entero sin fibra efectiva o en un mínimo porcentaje, siempre en categorías de animales jóvenes, simplifica en gran medida la parte operativa y reduce los gastos.
 



Fuente:

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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