PLANIFICANDO LA RECRIA DE HEMBRAS DE REPOSICION

La hembra de reposición es el primer eslabón del rodeo de cría y realizar una adecuada recría, sin duda, mejorará la base de los resultados que se obtendrán a futuro.


amanecer rural

Adelantar la edad del primer servicio tiene alto impacto en el sistema productivo de cría, independientemente del planteo del mismo. Lo que debe fijarse desde un principio es el objetivo de la edad de entore, para esa hembra recriada, si se pretende alcanzar el primer entore a los 18 meses, a los 2 años o más adelante, ya que esto implicará un plano nutricional diferente y un
manejo posterior diferencial.
Al realizar el destete se selecciona la hembra de reposición, principalmente en base al peso de destete, pero también teniendo en cuenta su genética, frame, precocidad y fertilidad materna (si se tiene la información necesaria de las madres), entre otras cuestiones. Previamente se debería tener el potrero reservado y de calidad adecuada para recibirlas dado que es importante que
los animales sigan ganando peso durante esta etapa otoñal.
El objetivo a plantearse con la reposición en cualquier sistema de cría es: mantener las ganancias diarias de peso durante todo el período de recría, desde el destete hasta el ingreso al servicio. Esto es esencial para lograr un vientre productivo. También, es significativo seleccionar los animales por precocidad y fertilidad con el fin de alcanzar la mayor eficiencia posible del sistema. Las
herramientas de selección son grado de desarrollo genital (GDR), realizada por el médico veterinario previo al servicio y el descarte por preñez no lograda.
La edad a la cual se alcanza la pubertad dependerá de la raza, del ambiente, del plano nutricional y de las características estructurales de cada establecimiento. Sin embargo, existen algunos criterios básicos que son similares para todos, por ejemplo, focalizarse en el desarrollo y crecimiento logrado en el primer invierno pos-destete.
Entonces, para llegar con la mayor cantidad de hembras desarrolladas, es necesario planificar la alimentación posterior al destete, que dependerá de cada ambiente, región y establecimiento: selección de potrero, reserva de los mismos, alimentos disponibles localmente (en el caso de suplementar), confección de reservas forrajeras o implantación de verdeos. Siempre
teniendo en cuenta que, cualquiera sea el planteo, se cubran los requerimientos nutricionales de esta categoría.
En el caso de planificar una suplementación durante el período invernal primero se deberá analizar la condición forrajera disponible, ya que el tipo y cantidad de alimento a entregar dependerá de la oferta de fibra. Es decir, de contar con reserva de campo natural, pasturas estivales o forrajes conservados (henos/silajes) con oferta suficiente, superior a los 2000 kg MS/animal.
Generalmente este forraje reservado tiene bajo porcentaje de proteína, pero podría alcanzarse el objetivo de ganancias diarias de peso adecuadas con una suplementación proteica al 0,8% PV; sin embargo, si la oferta es menor, se deberá pensar en una suplementación más completa, energética-proteica y a un nivel mayor al 1% del PV. Con esta definición y la planificación
adecuada, se podría realizar la presupuestación y compra de alimento antes de que la demanda haga aumentar los precios.
A modo de ejemplo y para ver cuáles serían los pesos y objetivos de ganancia diarias, podríamos tomar una recría de vaquilla Braford para servicio a los 18 meses en el centro-sur de Corrientes. Para ello, tendríamos que comenzar con un buen peso de destete de los animales seleccionados: 170 kg PV en promedio; durante la etapa otoñal se deberían tener ganancias superiores a
los 200 - 250 g/an/d, en la etapa invernal emplear alguna tecnología (suplementación, encierre o verdeos) que asegure ganancias próximas a los 500 g/an/d para llegar con pesos superiores a los 250 kg PV al inicio de la primavera y continuar con ganancias primaverales que permitan que en febrero los animales superen los 300- 315 kg PV (70% del peso adulto). 
Un punto a tener en cuenta cuando se planifica una estrategia de alimentación es el período de adaptación a la misma. En este sentido, en suplementación, no todos los animales conocen las bateas y se acercan inmediatamente, por eso se debe iniciar con pequeñas cantidades de alimento antes de que comience el periodo invernal de heladas y esta adaptación debe ser paulatina,
principalmente, si se va a dar de comer alta cantidad de concentrados energéticos.
La observación en la práctica de alimentación es fundamental para optimizar resultados: observar si todos los animales se acercan a comer, como está el aspecto de las heces, si alguno presenta algún síntoma de trastorno alimenticio (problemas al pisar, diarrea, hinchazón). La longitud de las bateas debe permitir que todos los animales tengan disponibilidad de comer al mismo tiempo (entre 25 a 30 cm/animal) y es mejor si se encuentran elevadas del piso. Es necesario contar con aguadas accesibles y de buena calidad, pisos firmes (sin barro) y algo de sombra.
En el aspecto sanitario, en esta etapa de recría es muy importante realizar un control de parásitos gastrointestinales a través de un conteo de huevos en heces (prueba HPG, recomendada por grupo de sanidad de la EEA INTA Mercedes) para evaluar la realización de desparasitaciones. Descontando que ya esté completo el plan de vacunación para esta categoría.

LA REPOSICION, UN PUNTO CLAVE
El porcentaje de reposición de hembras en rodeos estabilizados (cantidad de vaquillonas que inician la etapa reproductiva en relación al total de vientres) es variable, pero oscila entre 15 a 25%. En rodeos en crecimiento, este porcentaje puede ser muy superior.
Al momento de iniciado el primer el servicio, las vaquillonas deben haber alcanzado la pubertad y estar ciclando regularmente. La edad a la que alcanzan la pubertad depende de la raza, el tamaño (frame) y el peso, siendo el último factor el de mayor importancia en los sistemas locales. Es deseable que al inicio de la etapa de servicio las vaquillonas tengan entre el 60-65% del peso adulto.

Tamaño estructural, o frame:  Hace referencia al tamaño del esqueleto o estructura corporal de un animal utilizando una escala que va del 1 al 9. Se determina midiendo la altura a la cadera  tamaño tiene una altura determinada para cada edad. Por ejemplo, al año de edad una vaquillona de tamaño 3 tendrá 1,09 m de altura, mientras que una de tamaño 6 alcanzará una altura de 1,24 m. Tamaños numéricamente altos corresponden a animales más pesados a todas las edades y que se terminan más tarde, mientras que tamaños más bajos son animales más livianos que se terminan antes. Cada frame, o tamaño, tiene su curva de altura/crecimiento.
En Argentina, los animales de razas británicas como Aberdeen Angus y Hereford son de tamaño 3 o 4, mientras que las razas cebuinas tienen un frame más alto. Según los monitoreos realizados hasta el momento, la mayoría de los rodeos locales, compuestos por razas cruza (Braford o Brangus) tienen un frame entre 4 y 5. Es muy importante conocer el Frame de un rodeo, no hay uno mejor para todas las situaciones, pero la correcta elección, según las características del sistema nos dará los mejores resultados.
Peso vivo ajustado: de acuerdo al sexo, tamaño estructural (frame) y edad, los animales en crecimiento tienen un peso de referencia que se denomina Peso Vivo Ajustado (PVaj). Es el peso a determinada edad que un animal debería tener si no hubiera sufrido ningún tipo de restricción alimenticia.

Peso vivo recría: es el peso mínimo que un animal debería tener a lo largo de su etapa de crecimiento, por debajo de la curva normal, para no afectar su desarrollo y futuro desempeño. El PV Recría estaría ubicado por debajo del PVaj en un 15 % . Como ejemplo se puede decir que, el PV Recría de una vaquillona de 12 meses de edad y tamaño 3 es de 200 kg, mientras que a igual edad una de tamaño 6 es de 257 kg.
El PV Recría es igual al peso vivo ajustado pero un 15% inferior (PV Recría = PV aj * 0.85). Por ejemplo, una vaquillona de tamaño 4 a los 12 meses de edad tiene un Peso Vivo Ajustado de 258 kg y un Peso de recría de 219 kg.
Índice de Estado Corporal (IEC): el IEC es el valor que surge de relacionar el Peso Vivo Real de una
animal con el Peso Vivo Ajustado, y permite monitorear el proceso de recría. Para una recría de dos años como edad de entore, el IEC debería encontrarse alrededor del valor 0,85; mientras que para una recría corta el IEC debería ser cercano a 1.

CONSIDERACIONES FINALES

El monitoreo es clave para alcanzar el objetivo, y es el que posibilita tomar decisiones correctivas que redirección en las tareas cuando sea necesario. En estas actividades y ambientes altamente dependientes de factores climáticos, lo planificado no siempre es lo que sucede en la realidad.
La recría de hembras es una categoría con altos requerimientos; una adecuada nutrición proteica es fundamental en esta etapa de desarrollo. Debería ser manejada separada del resto de las categorías.
Algunos indicadores que permitirán determinar si estamos realizando bien la recría son: pesadas durante la fase de crecimiento (destete, 12 meses, 18 meses, 26 meses), el IEC y el porcentaje de preñez al primer y segundo servicio.
La edad de primer entore es posible a los 15, 18 , 26 o incluso a los 36 meses, lo importante es elegir la opción que mejor se ajuste a las posibilidades de manejo y características del campo en particular.
Tener un objetivo, diseñar un planteo técnico o estrategia y monitorear el proceso, son los tres aspectos fundamentales para un buen desarrollo de la actividad.



Fuente: Angela Jorgelina Flores del INTA EEA Mercedes

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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