RECOMENDACIONES FRENTE A EXCESOS HÍDRICOS PARA GIRASOL Y TRIGO

Si estamos pensando en sembrar trigo o girasol, como primera medida se debe realizar un correcto diagnóstico de la situación del suelo, en el lote destinado a tal fin ya que las situaciones son diversas.


amanecer rural

Para la realización del diagnóstico, debemos partir del conocimiento del tipo de suelo que tenemos en el predio, información que, en el caso que no se conozca se obtiene de la carta de suelos del departamento en que uno se encuentra.
En relación con la actual problemática del exceso hídrico, también se podrá consultar la Zonificación de suelos en grupos de riesgo, donde podremos tener una idea, de la recurrencia o periodicidad esperable del problema.
Con esta información de base, pasamos a verificar la situación del lote, a partir del momento en que podemos acceder al mismo y se ha retirado el agua.
Es importante prestar especial atención a diferentes cuestiones que repercutirán directamente sobre la productividad de nuestros cultivos.
• Altura de la napa y sus efectos. No apurarse a sembrar, si no se dispone de piso, ya que traerá problemas de compactación y disminuirá la calidad de la siembra. Cuando se evalúa el lote, tener en cuenta si el mismo es parejo o tiene diferentes tipos de suelo. Como ya hemos mencionado, cada suelo responde en forma diferente al anegamiento y sus consecuencias serán distintas según sus características.
• Problema de salinidad mediante el estudio de la carta de suelo complementando, dentro de lo posible, con un análisis de suelo. En caso de niveles de salinidad elevados, evaluar la posibilidad de realizar cultivos de servicio (también llamados de cobertura), recordando que la peor alternativa, es dejar el suelo descubierto.
• Compactación superficial y sub-superficial: También debemos evaluar si existen problemas de encostramiento, ya que es común que se presenten luego de períodos de anegamiento. Esta situación debe remediarse si se pretende obtener un rendimiento adecuado del cultivo a implantar y no aumentar nuestros problemas de escurrimiento y, por tanto, anegamiento de los bajos, aún con pocas precipitaciones. Un problema que se observa frecuentemente en los lotes con condiciones de exceso hídrico es la presencia de “huellones” causados por la circulación de maquinaria en condiciones de falta de piso.  Corregir esta situación, con vistas a una buena implantación del cultivo, trabajando sobre las mismas, con herramientas livianas. Viendo hacia el futuro del lote, será muy conveniente evaluar en el futuro la presencia de compactación sub-superficial, que suele volverse limitante para el desarrollo de los cultivos, sobre todo cuando se va retirando el agua.
•Pérdida de fertilidad: Como consecuencia del exceso de lluvia y la permanencia de láminas de agua de espesor variado sobre la superficie, lo que ocasiona el " lavado " del suelo y pérdidas de los elementos más móviles como el nitrógeno y azufre. Otra consecuencia de la presencia de agua en superficie es el bajo contenido de nitratos, ya que tan pronto el oxígeno libre se agota en el suelo, el nitrato es usado por los microorganismos como un aceptor alternativo de electrones en la respiración produciendo desnitrificación y se presenta acumulación de amonio. La desnitrificación es el proceso por el cual el nitrógeno en forma de nitrato es reducido a formas gaseosas principalmente óxido nítrico, óxido nitroso y nitrógeno elemental.
Este proceso (lavado y desnitrificación) resulta en una disminución de la cantidad de nutrientes disponible para los cultivos debiéndose prestar especial atención a la disminución de nitrógeno, azufre y microelementos.
Frente a esta situación, el logro de adecuados rendimientos en los cultivos de trigo y girasol dependerá en gran medida de contar con suficientes nutrientes para permitir expresar el potencial de rendimiento a partir del agua disponible. Para conocer la disponibilidad de nutrientes es necesario recurrir a un análisis químico del suelo del lote y a partir de este evaluar la necesidad de fertilización.
Como parámetro para evaluar la necesidad de fertilización en tabla 1 se presentan los valores de nutrientes requeridos para un girasol que presenta un rendimiento de 2500 kg/ha.
GIRASOL
•Fecha de siembra: Para la elección de fecha de siembra de girasol frente a una campaña con abundante humedad disponible será necesario considerar la temperatura del suelo, los riesgos de daño por heladas y los riesgos de disminución de rendimiento por incidencia de altas temperaturas durante el llenado de grano.
Temperatura del suelo: la siembra del cultivo se debería iniciar solo cuando la temperatura del suelo a la profundidad de siembra alcance los 15°C. Siembras realizadas con temperaturas por debajo de estos valores y condiciones de humedad del suelo por encima de las condiciones normales para la siembra de girasol en la región aumentaran el tiempo requerido para alcanzar la germinación, incrementando los riesgos de daños en la semilla y posteriores fallas.
Riesgo de daño por heladas: el cultivo de girasol tolera las heladas hasta iniciación floral. A partir de ese momento las heladas y aun las bajas temperaturas (menores a 2ºC) pueden afectar la formación y el crecimiento de las estructuras reproductivas con consecuencias negativas sobre el rendimiento.
Daño por altas temperaturas: Las altas temperaturas durante el periodo de llenado de grano inciden negativamente sobre el rendimiento del cultivo pudiendo disminuir el peso del grano, así como también el contenido de materia grasa del mismo.
Si bien el cultivo de girasol se puede sembrar en la provincia de Chaco desde mediados de julio a principios de septiembre existe una ventana en la fecha de siembra donde los riesgos de daño por heladas tardías se reducen significativamente, así como también son menores los riesgos de disminución de rendimiento por incidencia de altas temperaturas durante el llenado de grano, la misma se extiende desde los PRIMEROS DÍAS DE AGOSTO A MEDIADOS DE AGOSTO. El adelanto de la siembra a esta fecha aumenta el riesgo de daño por heladas y el mismo se incrementa a medida que nos acercamos a principios de julio, por otro lado, retrasar la fecha de siembra más allá de fines de agosto aumenta la posibilidad de pérdida de peso y materia grasa en el grano por efecto de las altas temperaturas.
•Densidad de siembra: La densidad optima deberá ser establecida en función de la calidad de lote, elección de hibrido y fecha de siembra. En general densidades entre las 45.000 a 50.000 plantas/ha optimizan el uso del espacio y el rendimiento en la mayoría de los ambientes. Incrementos de densidades pueden resultar favorables en ambientes de alta productividad y con híbridElección de híbridos: Esta práctica tiene gran incidencia sobre la determinación de rendimiento del cultivo. Al elegir el hibrido de deberán considerar las siguientes características: Potencial de rendimiento y de producción de aceite; Duración del ciclo; Comportamiento frente a pájaros y en una campaña con las características de la actual a prestar especial atención al comportamiento frente a enfermedades y vuelco.
•Manejo de enfermedades: En la campaña agrícola 2018/2019 las condiciones ambientales que se presentaron durante la última etapa del cultivo de girasol, especialmente en las siembras más tardías, favorecieron la presencia de las enfermedades denominadas “enfermedades foliares o de fin de ciclo”, mencionando entre ellas particularmente a Septoria helianthi, Alternaria helianthi y Phoma macdonaldii en tallos, entre otras, que se manifestaron, en algunos casos, con alta incidencia y severidad en la región.
Entre las condiciones favorables para la ocurrencia de estas patologías se mencionan: temperaturas moderadas a altas, entre 22 y 30ºC dependiendo del patógeno, y alta humedad ambiente (especialmente mojado foliar), condiciones que se presentaron, incluso por un tiempo prolongado, en la última campaña agrícola. Además, se pueden transmitir por semillas, por el rastrojo de plantas infectadas y plantas voluntarias.
Por lo antes señalado se recomiendan las siguientes medidas de manejo para el próximo ciclo del cultivo: entre las prácticas culturales se sugiere la roturación de suelo que promuevan la descomposición de los residuos; rotar los lotes de girasol así afectados, ya que es posible que la fuente de inóculo primario sea importante para la próxima campaña en esos campos y, de presentarse condiciones favorables, podrían afectar de forma temprana y con cierta severidad la próxima siembra. También se sugiere tomar en cuenta al momento de elegir un híbrido, el comportamiento sanitario del mismo frente a estas patologías, complementado con una buena elección de la fecha de siembra y el empleo de semillas libre de patógenos.
Los monitoreos tempranos, el seguimiento de las enfermedades que se lleguen a detectar y el empleo de fungicidas foliares, ante un posible ataque temprano y severo de uno o más de estos hongos, son medidas que también deberán considerarse.
TRIGO
Si bien los componentes de rendimiento son generados a lo largo del ciclo del cultivo, la etapa más crítica para el cultivo de trigo es desde comienzos de encañazón hasta el inicio de llenado de granos. En este lapso se produce la elongación del tallo y el crecimiento de la espiga, se define el rendimiento y, particularmente el número de granos fijados por espiga. Este período abarca aproximadamente 20 días previos a la floración y hasta 10 días posteriores a la antesis, donde queda definido el cuaje de las flores.
•Fecha de siembra: Dentro de los cultivares comerciales de trigo existen distintos ciclos de duración del cultivo y estos poseen distintos requerimientos de fotoperiodo y vernalización para ser inducidos a floración. Por ello es muy importante conocer los ciclos y fechas de siembra óptimas para cada uno de ellos. En el NEA la ventana de siembra se inicia en los primeros días de mayo y se prolonga hasta mediados de este mes para los ciclos largos, desde mediados de mayo a mediados de junio para los ciclos intermedios y durante todo el mes de junio es posible implantar los ciclos cortos.
•Riegos por heladas: Si bien el cultivo de trigo presenta alta resistencia a temperaturas bajo cero durante la etapa de macollaje del mismo, esta capacidad se pierde en el período de crecimiento activo en primavera, por ello durante el desarrollo de la espiga y el período de floración, las heladas pueden producir pérdidas de espiguillas e incluso, en circunstancias extremas, pérdida total de la espiga. Por lo tanto, no se debe adelantar las fechas de siembra recomendadas para cada ciclo de manera de evitar la coincidencia de heladas durante el periodo crítico del cultivo.
•Riesgos por altas temperaturas: En nuestra región el cultivo inicia el llenado de granos entre los meses de septiembre y octubre, dependiendo del ciclo y fecha de siembra empleada. Es de suma importancia no retrasarnos en las fechas de siembra recomendadas debido a que las altas temperaturas de estos meses producen el arrebato del cultivo impidiendo la correcta translocación de fotoasimilados y por lo tanto el apropiado llenado de granos.
•Densidad de siembra: Para definir este parámetro debemos conocer la capacidad de macollaje de la variedad que deseamos utilizar. En general, los ciclos cortos tienen baja o nula capacidad de macollaje por lo tanto es de suma importancia utilizar los menores distanciamientos posibles en combinación con alta densidad de siembra en busca de un stand mínimo de 280 plantas.m-2 para esta época de siembra.
•Elección de cultivares: Mas allá de respetar primordialmente el ciclo del cultivar según la fecha de siembra que vamos a utilizar, es importante seleccionar en base a la resistencia a enfermedades. Existen cultivares con genética orientada a combatir distintos problemas según las condiciones ambientales y patógenos prevalentes para las distintas zonas trigueras. Debido a que las condiciones de suelo se presentan favorables para el desarrollo de hongos en este medio, se recomiendan utilizar variedades tolerantes a Fusarium graminearum.
•Preparación de semillas: Es común que las semillas fiscalizadas cuenten con tratamientos de insecticidas y fungicidas. Es importante considerar la posibilidad de reforzar la prevención agregando fungicidas previos a la siembra.
•Fertilización: Previamente se ha indicado que es de vital importancia realizar un análisis químico del suelo ya que, si el mismo estuvo en condiciones de anegamiento, es probable que no contemos con disponibilidad de nitrógeno, así como otros elementos esenciales en el crecimiento y desarrollo del cultivo. Para definir la necesidad de fertilización en trigo, así como también la reposición de los nutrientes extraídos del suelo, debemos conocer los requerimientos nutricionales del cultivo. La tabla 2 indica estos valores.

 

 



Fuente: Quintana, G.; Weiss; A. Simon, C.; Gallego, M.; Leonhard, E. Martiniago, J.; Lopez, A.; Coronel, S. Bonasic Kresic, I. Case, F.

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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