TECNOLOGÍAS DE MANEJO ORDENADORAS DE LOS SISTEMAS DE CRÍA EN EL NEA

Época de servicio; diagnóstico de preñez y carga animal.


amanecer rural

ÉPOCA DE SERVICIO
En el NEA las vacas se manejan sobre campo natural, para establecer la época y duración del servicio se requiere conocer la producción anual, estacional y los cambios en el valor nutritivo del forraje a través del año. Por otro lado, es necesario saber cómo varían las necesidades nutricionales de las vacas en sus distintos estados fisiológicos, que comprenden alrededor de 285 días de gestación y 6 meses de lactancia.
La distribución del crecimiento estacional, es común a las gramíneas que componen los campos naturales del NEA subtropical húmedo con máximos crecimientos de noviembre a marzo y mínimos de junio a agosto. Por otra parte, la digestibilidad de la materia seca (% DMS) y el contenido de proteína bruta (% PB) siguen la misma tendencia, son superiores en primavera (55 a 65 % DMS, 9 a 12 % PB), caen en verano y otoño y son mínimos en invierno (45 a 50 % DMS, 4 a 6 % de PB). En primavera y verano el valor nutritivo del forraje es muy variable, depende de la estructura del campo natural, del manejo y de las condiciones climáticas, particularmente las precipitaciones en primavera y sobretodo en el verano.
Los requerimientos nutricionales de la vaca de cría fluctúan a través del año, dependiendo del peso, condición corporal, ganancia de peso, estado fisiológico y producción de leche. 
La Figura 1, representa los requerimientos de energía metabolizable (EM) de una vaca adulta de 420 kg, sin considerar los cambios de peso, y su correspondiente ternero. El promedio anual de necesidades de EM es de 19,51 Mcal/día, son inferiores desde el 4º mes de gestación hasta el parto y luego es marcada la demanda energética a medida que avanza la lactancia y la edad del ternero, hasta los 6 meses de edad.
La época de servicio debe planificarse entre los meses de octubre a diciembre, considerando la tasa de crecimiento y calidad del campo natural. Este período se superpone con el segundo a cuarto mes de lactancia, donde la producción de leche es elevada, y además las vacas deben reiniciar la actividad reproductiva. Por lo tanto, es importante disponer de una adecuada cantidad y calidad de forraje para cubrir las demandas energéticas que implican ambos procesos. En consecuencia, las pariciones se concentrarán alrededor del mes de agosto y el destete de los terneros en el mes de febrero, con 5 a 7 meses de edad.
En el primer mes de vida la nutrición del ternero depende exclusivamente de la leche materna, a medida que avanza la edad del ternero aumenta progresivamente el consumo de forraje. A partir del 4º mes de lactancia, la ganancia de peso del ternero depende cada vez más del consumo de forraje, disminuyendo la producción de leche así como los requerimientos energéticos de la vaca. Las necesidades de alimentación del conjunto vaca y ternero se incrementan desde la parición hasta el destete, después los requerimientos disminuyen a un nivel mínimo de mantenimiento hasta el último tercio de la gestación.

DIAGNÓSTICO DE PREÑEZ
La práctica de la palpación rectal para el diagnóstico de preñez se realiza 45 a 60 días después de finalizado el servicio. Las ventajas de la aplicación, implica no solo el conocimiento de la eficiencia reproductiva del rodeo de cría, también posibilita la separación de las vacas preñadas de las vacías y el manejo posterior de las mismas en relación a sus futuros requerimientos nutricionales. Además, se identifican las vacas por edad y desgaste dentario, que criarán el último ternero (vacas CUT).
Es importante, categorizar las vacas adultas preñadas en tres grupos, preñez temprana, media y tardía, con alrededor del quinto, cuarto y tercer mes de gestación, respectivamente. Esta metodología simplificará las recorridas del personal en los potreros asignados según mes de parición y facilitará la aplicación de técnicas de alimentación y reproductivas.
Las vaquillonas que parirán su primer ternero, requerirán un manejo nutricional distinto al resto del rodeo y una mayor atención durante la parición. Las vacas vacías se seleccionan por fertilidad, apartando aquellas que presentan fallas reproductivas consecutivas o año por medio. Este grupo junto con las vacas que criaron el último ternero constituyen la categoría de vacas disponibles, para engordar en el campo o para venta como invernada.
Las vaquillas vacías de primer servicio quedan disponibles para venta, junto con las vaquillas que no alcanzaron un desarrollo y peso óptimo a los 20 meses de edad, y tendrán limitadas posibilidades de lograr un peso adecuado de entore en la próxima primavera.
El destete y el diagnóstico de preñez a principio de marzo, son las prácticas claves para reducir la carga animal y ordenar las categorías que componen el rodeo para afrontar el próximo ciclo productivo. El rodeo queda clasificado por las siguientes categorías, cada una en su correspondiente potrero.
* Vacas preñadas.
* Vaquillonas preñadas de primer servicio.
* Vacas vacías para servicio.
*Vacas disponibles para engorde o venta como invernada.
* Vacas que criarán el último ternero (CUT).
* Vaquillas de 20 meses que recibirán su primer servicio en primavera con 26 meses de edad.
* Vaquillas destete seleccionadas para reposición con 7 meses de edad.
* Toros.
Una práctica que facilitará el manejo posterior, es separar las vacas preñadas de acuerdo a su futuro mes de parición.
CARGA ANIMAL
Uno de los principales desafíos que se presenta en el manejo del campo natural es establecer la carga animal óptima. Es decir, la carga que permite un adecuado balance entre los componentes del campo natural que determinan el consumo de forraje, y las demandas nutricionales del vacuno.
Las experiencias de pastoreo a través de varios años, es un método convincente para determinar la carga óptima. En la estancia Rincón de Yeguas (Mercedes, Corrientes) en un campo natural con predominio de Andropogon lateralis, Sporobolus indicus, Paspalum notatum y Paspalum hexastachyum; durante 11 años se evaluaron 3 cargas en pastoreo continuo: 0,83, 1,13 y 1,48 vaquillas/ha. Los animales iniciaban el pastoreo a los 8 meses en el mes de abril y finalizaban en abril del siguiente año con 20 meses de edad.
La ganancia de peso (kg/animal) disminuyó a medida que aumentó la carga animal, y la producción por hectárea (kg carne/ha) se incrementó hasta 1,2 vaq/ha y luego se mantuvo constante.
La carga alta afectó negativamente la estabilidad del campo natural, alcanzando una producción media anual de 788 kg MS/ha; mientras que hubo una escasa utilización de forraje con la carga baja, con un rendimiento promedio de 6.206 kg MS/ha/año. Con la carga media se alcanzó un promedio de 2.606 Kg MS/ha/año, manteniéndose constante a través de los años.
Los resultados permitieron establecer para este tipo de pastizal, una carga óptima de 1,10 vaq/ha (~ 0,75 EV/ha), donde se logró equilibrar la producción individual y por hectárea, manteniendo estable el recurso forrajero.
La época del año afecta la respuesta a la carga animal, incrementos de carga en la época invernal influyen sustancialmente la ganancia de peso. En cambio, en el período estival el efecto de la carga sobre la ganancia de peso es más leve. Esto indica, que un error en el ajuste de la carga invernal genera pérdidas de peso significativas. Mientras en el período estival, se puede manejar el campo natural con mayor carga para descansar o reservar potreros, sin afectar significativamente la respuesta de los animales.
En la Argentina se extendió el uso de equivalente vaca (EV) para expresar la carga animal. El equivalente vaca es el resultado de comparar los requerimientos energéticos de distintas categorías de vacunos y sus estados fisiológicos con la unidad vaca. Esta unidad fue definida como el promedio anual de los requerimientos conjuntos en condiciones de pastoreo de una vaca de 400 kg de peso en equilibrio energético y un ternero hasta los 6 meses de edad con 160 kg de peso, incluyendo los requerimientos para la gestación y el forraje consumido por el ternero hasta el destete. El valor de la unidad vaca es de 18,54 Mcal EM/día. En la región subtropical se aceptó esta unidad, a pesar de las diferencias genéticas y ambientales que podrían modificar el valor energético.
Una vaca de 420 kg manteniendo el peso y amamantando un ternero hasta los 6 meses de edad, demanda anualmente 7.124 Mcal EM (19,51 Mcal EM x 365 días), relacionando dicho valor con la necesidad anual de la unidad vaca, 6.767 Mcal EM (18,54 Mcal EM x 365 días), resulta un EV de 1,05 (7.124 Mcal EM / 6.767 Mcal EM).
El conocimiento de la producción mensual o estacional del campo natural y la estimación del contenido de energía metabolizable, permiten calcular un balance entre la oferta y la demanda de energía de la vaca. Esta comparación, sirve para establecer la carga promedio del sistema y proyectar el manejo alimenticio en los distintos períodos del año.
Los animales utilizan el forraje producido con distinto grado de eficiencia. En condiciones extensivas de manejo aprovechan un 50 %, aunque podría reducirse considerablemente según el tamaño del potrero, estructura y composición botánica del pastizal. La carga promedio anual se calcula multiplicando el rendimiento anual del campo natural, el factor de utilización y la concentración de EM del forraje promedio anual y luego dividiendo por el requerimiento anual de EM de una vaca de 420 kg y su ternero.
La carga animal promedio que resulta de equilibrar la utilización y la demanda de energía anual es de 0,70 vaca/ha, expresado en equivalente vaca es 0,73 EV/ha (0,70 x 1,05).
Con la carga establecida, se observa un balance positivo entre oferta y demanda de energía que abarca la época de servicio hasta el destete a mediados de febrero, un exceso de energía de marzo a mayo y un marcado déficit en los meses invernales (Figura 5). Si bien, la carga promedio es de 0,73 EV/ha, la misma fluctúa a través de los distintos estados fisiológicos de la vaca, alcanza un valor mínimo de 0,57 EV/ha en el otoño, comienza a incrementarse con la parición a 0,66 EV/ha, luego durante el servicio aumenta a 0,84 EV/ha, llegando a un valor máximo de 1,0 EV/ha en el verano antes del destete.
Los potreros con mayor disponibilidad de forraje (2.000 a 2.500 kg MS/ha) se utilizan con las vacas y vaquillonas preñadas, mientras los potreros por debajo de 2.000 kg MS/ha, se destinan a las vacas vacías o de invernada con menores requerimientos nutricionales.
 



Fuente: Inta Mercedes

Este Artculo pertenece a Revista Amanecer Rural. Edicion .








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