Aapresid: racionalidad y eficiencia en el uso del agua para riego

La segunda jornada del XXVI Congreso de Aapresid “Sustentología” contó con una interesante exposición sobre el uso correcto y eficiente del agua para el riego a cargo del Ingeniero Agrónomo del INTA Manfredi Aquiles Salinas. Para introducir al tema, recordó que según la previsión de la Food and Agriculture Organization (F.A.O.), se manifestó sobre la necesidad de usar inteligentemente el riego ya que éste se convertirá en un elemento crucial para el abastecimiento de alimentos al mundo. Un documento de este organismo asegura que gran parte de este aumento de la producción de alimentos provendrá de las tierras en regadío, de las cuales tres cuartas partes están localizadas en los países en vías de desarrollo, por lo que sugiere un eficiente uso de los recursos.


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Aapresid: racionalidad y eficiencia en el uso del agua para riego


“El INTA Manfredi, que desde 1995 es referente en el desarrollo del riego suplementario en cultivos extensivos para la zona centro del país, promueve distintas estrategias y herramientas tecnológicas para lograr una mayor eficiencia”. destacó. Luego, pasó a repasar las más relevantes.” La base de la eficiencia de riego esta en poder determinar cuándo y cuánto regar, para lo que es imprescindible la utilización del balance hídrico”. Hoy existen novedosos sistemas que permiten determinar las necesidades de riego: desde el tradicional barreno, las nuevas sondas de medición de humedad en suelo, sensores de temperatura de canopia, hasta el uso de satélites.

 

En cuanto a los métodos de riego, en los países desarrollados los tradicionales fueron reemplazándose por sistemas presurizados, que mejoran notablemente la eficacia en el uso del agua de riego. Del mismo modo, los sistemas presurizados fueron modificando sus elementos de aplicación (toberas) tendiendo principalmente a reducir la presión de trabajo, aumentar el radio de mojado, aumentar el tamaño medio de gota, para evitar pérdidas por deriva y mejor llegada al suelo donde es tomada por los cultivos.

 

La eficiencia y uniformidad de aplicación aumentó en forma considerable, sin embargo, la aplicación de agua era similar en todo el terreno, independiente de las condiciones de suelo que generalmente son heterogéneas. Surge así la técnica del Riesgo Variable (VRI), cuyas características principales son que permiten regar con precisión las zonas del campo que tengan tipos diferentes de suelo, cambios de cultivos o directamente áreas no regables.

La aplicación de riego con VRI puede programarse conforme a condiciones específicas del campo. Esto maximiza el rendimiento y la rentabilidad, permite el ahorro de agua debido a la posibilidad de desactivar aspersores en zonas predeterminadas.

Continuando con los métodos, incluso en el tradicional riego gravitacional, este incremento notablemente su eficiencia mediante la incorporación de la tecnología del riego por caudal discontinuo, a través de una válvula programable, el sistema permite optimizar la distribución de agua en el campo, reduciendo los tiempos y volúmenes de agua aplicada. Para este método, sin duda fue un salto tecnológico que permitió reducir la ineficiencia del sistema tradicional.

 

A nivel extensivo, también la adaptación de riego por goteo enterrado ha generado una mejora en la eficiencia de aplicación, debido a la reducción de las tradicionales perdidas de evaporación, deriva o intercepción por canopia, ya que este método, permite aplicar el riego junto a la raíz del cultivo.

 

A modo de conclusión, Salinas consideró que las nuevas tecnologías colaboran en la eficiencia de aplicación y uso del agua del riego, así como los métodos tradicionales correctamente manejados pueden lograr eficiencias muy similares. No obstante, advirtió que en ambos casos es fundamental la puesta a punto y control durante las aplicaciones, de no hacer esto, hasta la tecnología más moderna puede transformar el sistema es ineficiente.

 

“En un futuro no muy lejano, la disponibilidad de agua para riego estará medianamente restringida, ya que si bien somos los principales usuarios (a nivel mundial, el riego consume en promedio el 70% del agua que  utiliza el hombre), la prioridad de uso la tiene el consumo humano, en segundo orden la industria, ahora se incorporó el turismo, y posterior a estos la agricultura, por lo que seguramente la eficiencia de riego no será solo una cuestión ética sino también una obligación legal”, finalizó.

 



Fuente: Aapresid







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