Soja: las buenas y las malas para la economía del producto “estrella” de las exportaciones

El precio viene mejorando a medida que los efectos negativos de la pandemia comienzan a amainar. El problema es que crecen más las exportaciones de poroto que de las de harinas.


amanecer rural

Para la economía de Argentina, el precio de la soja es un indicador fundamental: exportada como grano y subproductos (harina y aceite) genera más del 20 por ciento de los dólares que ingresan cada año al país. 
Por eso, la evolución que ha tenido la oleaginosa en las últimas semanas constituye un aspecto alentador: según un informe del departamento de estudios económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, comenzó a revertirse el bajón de precios que se originó durante la pandemia en el caso de los granos que no se destinan tanto a consumo humano, sino a animales y biocombustibles (la harina de soja se usa como alimento de ganado y gran parte del aceite se convierte en biodiésel).
Así, la soja en junio subió cinco por ciento hasta ubicarse en 325 dólares por tonelada en el mercado de Chicago, un valor bajo en términos históricos, pero alto en comparación con los pisos de cuando se inició la pandemia.  
Al inicio de la pandemia del #Covid_19 los precios se mostraron favorables para los granos de consumo humano directo, mientras que otros granos, como los demandados para la elaboración de biocombustibles, registraron pérdidas considerables.
— Estudios Económicos BC (@EstudiosEcoBc) July 3, 2020
Para la Bolsa porteña, un aspecto relevante a mirar es la posición de los fondos especulativos, que desde fines de marzo pasaron de una posición neta vendida a una comprada; es decir, muestran optimismo en relación a la evolución que tendrá el mercado de la soja. 
“La posición de los fondos para soja se volvió algo más compradora casi en paralelo con el aumento de las compras de soja de Estados Unidos por parte de China. Además, en el informe de área sembrada del Usda no se ve un traspaso directo de la caída de superficie de maíz a soja, que solo aumentó en 117 mil ha. Esto podría ser visto como positivo por los fondos”, analizó la entidad de Buenos Aires.

Evolución
Un informe del economista Juan Manuel Garzón del Ieral-Fundación Mediterránea destacó también el “recorrido alcista interesante” que viene mostrando la soja desde fines de abril, cuando cotizaba en Brasil (principal originador del grano en este momento) a 310 dólares, para luego subir 10 por ciento en dos meses hasta cerrar en 353 dólares la semana pasada.
Estos precios son similares a los que prevalecían a esta fecha de 2019, “pero con la diferencia no menor que este año la economía global atraviesa la crisis más importante de las últimas décadas”, remarcó Garzón. 
El investigador coincidió en que la principal razón que justifica esta recuperación de los precios es la firmeza de la demanda China: en lo que va del ciclo comercial actual, el gigante asiático ha comprado un 16 por ciento más soja que en la campaña anterior. 
“La buena noticia es doble: las compras de los últimos meses se mantienen por encima de las del año pasado y además consolidan un cambio de tendencia, que había empezado a manifestarse hacia fines del 2019”, rescató Garzón.
Para la economía de Argentina, el precio de la soja es un indicador fundamental: exportada como grano y subproductos (harina y aceite) genera más del 20 por ciento de los dólares que ingresan cada año al país. 
Por eso, la evolución que ha tenido la oleaginosa en las últimas semanas constituye un aspecto alentador: según un informe del departamento de estudios económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, comenzó a revertirse el bajón de precios que se originó durante la pandemia en el caso de los granos que no se destinan tanto a consumo humano, sino a animales y biocombustibles (la harina de soja se usa como alimento de ganado y gran parte del aceite se convierte en biodiésel).
Así, la soja en junio subió cinco por ciento hasta ubicarse en 325 dólares por tonelada en el mercado de Chicago, un valor bajo en términos históricos, pero alto en comparación con los pisos de cuando se inició la pandemia.  
Al inicio de la pandemia del #Covid_19 los precios se mostraron favorables para los granos de consumo humano directo, mientras que otros granos, como los demandados para la elaboración de biocombustibles, registraron pérdidas considerables.
Para la Bolsa porteña, un aspecto relevante a mirar es la posición de los fondos especulativos, que desde fines de marzo pasaron de una posición neta vendida a una comprada; es decir, muestran optimismo en relación a la evolución que tendrá el mercado de la soja. 
“La posición de los fondos para soja se volvió algo más compradora casi en paralelo con el aumento de las compras de soja de Estados Unidos por parte de China. Además, en el informe de área sembrada del Usda no se ve un traspaso directo de la caída de superficie de maíz a soja, que solo aumentó en 117 mil ha. Esto podría ser visto como positivo por los fondos”, analizó la entidad de Buenos Aires.

 



Fuente: Agrovoz







Notas Relacionadas