Tras una prueba exitosa, buscan elaborar alcohol con caña de azúcar local

Es que la industrialización de ese cultivo podría permitir obtener alcohol de consumo, medicinal o para combustible. De hecho, realizaron un primer ensayo y sostienen que los resultados son favorables.


amanecer rural

En agosto del 2006, bajo el cielo del paraje El Caimán (San Miguel), integrantes de la Asociación Provincial de Pequeños Productores Corrientes (Apppc) comenzaron a sembrar la caña de azúcar que ahora podría convertirse en la base de una oportunidad para numerosas familias del interior y -en especial- para reducir el número de jóvenes que migran del campo a la ciudad, en búsqueda de un futuro mejor. Es que la industrialización de ese cultivo podría permitir obtener alcohol de consumo, medicinal o para combustible. De hecho, realizaron un primer ensayo y sostienen que los resultados son favorables.
Este proyecto ahora es impulsado por la Mesa Popular Campo Ciudad de Corrientes que está integrada por la Apppc, la asociación civil “Juan XXIII”, la cooperativa agropecuaria Tarag�í, referentes tanto sindicales como sociales e inclusive incluye a varios municipios. Precisamente, representantes de cada una de las entidades antes citadas están dialogando con integrantes de diferentes organismos del Estado para poder avanzar con una propuesta que permitiría darle valor agregado a la caña de azúcar que ya se está cultivando en suelo correntino.
“El Inta nos brinda asesoramiento técnico. Además estamos conversando con el Inaes, el Ministerio de Trabajo y de Desarrollo de la Nación, el Gobierno de la Provincia, entre otros”, comentó Juan Orban, quien por ser miembro de la cooperativa Tarag�í forma parte de la Mesa Popular Campo Ciudad.
En el marco de esta iniciativa, a principios del mes, indicó que en un laboratorio privado lograron realizar la primera prueba. “Fue un ensayo exitoso porque quedó probado que se puede producir alcohol con la caña de azúcar que existe en Corrientes”, afirmó Orban, haciendo referencia a las plantaciones que actualmente existen en San Miguel, San Luis e Itatí.
El resultado positivo de dicha prueba “nos alienta a seguir trabajando en un proyecto que consideramos permitirá reivindicar a muchos pequeños productores de la provincia. Se generará así una alternativa viable de dar valor agregado a un cultivo que no requiere muchos cuidados y que, por lo tanto, permitirá a las familias seguir sembrando batata, mandioca, etc.”, aseveró Orban. Al mismo tiempo remarcó: “Producir alcohol a partir de la caña de azúcar podría sumarse a otras actividades como la elaboración de dulces y de almidón de mandioca. Una cuestión no menor porque al contar con más recursos, las familias podrán tener mejores condiciones de vida. Y esto es imprescindible para tratar de reducir la migración de los jóvenes”.
“Ellos ven el esfuerzo de sus padres. Y si observan que ese trabajo diario no se refleja luego en tener una vivienda digna o servicios básicos, son muy elevadas las posibilidades de que decidan irse en búsqueda de un futuro mejor”, reflexionó Orban en dialogo con El Litoral.
Apoyo
Sobre la elaboración del alcohol, señaló que puede tener -según su graduación- tres destinos: para consumo (bebidas), uso medicinal y para combustible.
Estimó que, por el panorama actual, lo más viable para las familias de pequeños productores sería fabricar el destino para el rubro sanitario.
Para que eso se convierta en una realidad, necesitan el apoyo técnico y económico del Estado, en sus distintos estamentos porque deben ampliar el área cultivada y construir al menos una pequeña planta para la elaboración del alcohol.
En ese sentido, Orban comentó que el Municipio de San Miguel presentó un proyecto a nivel provincial para poder extender la siembra de la caña de azúcar.
Y si bien ahora hay cultivos en tres departamentos, “en principio se podría ampliar hasta en ocho, donde precisamente ya se está trabajando con los pequeños productores”, acotó Orban.
Además de contar de 50 a 100 hectáreas de caña de azúcar para la producción de alcohol, “por supuesto, se necesitan las instalaciones para el proceso correspondiente”.
La inversión, estimó, que oscilaría entre los $10 y $15 millones. Para obtener esos recursos, los pequeños productores podrían recibir apoyo del Estado a través de un crédito, un subsidio o una combinación de ambos.
“Producir alcohol con caña de azúcar sembrada en Corrientes es una gran oportunidad de desarrollar una política de Estado para las familias de los pequeños productores”, concluyó Orban.
 



Fuente: Región Norte Grande







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