Bioelectricidad: el caso de Rio IV

Con una matriz energética global dominada en un 90% por combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón, la producción de energía a partir de la biomasa en nuestro país aparece como una oportunidad.


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Bioelectricidad: el caso de Rio IV


La misma puede tener distintos orígenes y, a diferencia de lo que podría pensarse, no necesariamente compiten con la producción de alimentos. Incluso pueden aprovecharse residuos que hoy no tienen utilidad, o que peor aún, son un problema, como los residuos sólidos urbanos. En el caso del equipo de Crespi se analizó la posibilidad de aprovechar residuos agrícolas y cultivos energéticos para la producción de energía eléctrica en Rio IV. Se tomaron los cultivos más difundidos en la zona como girasol, maíz, maní, soja, sorgo y trigo, estudiándose valores de producción históricos, superficie, manejo y potencial energético. Esto ultimo implica hacer una valoración biomásica, térmica, eléctrica y bioeconómica de cada cultivo. “Los resultados colocaron al maíz y el sorgo como aquellos cultivos cuya biomasa agrícola residual tiene el mayor rendimiento eléctrico, siendo capaces de generar 4285 y 6021 KWh/ha respectivamente. Cabe destacar que cuando hablamos de biomasa residual nos referimos al rastrojo que queda en el lote luego de cosechar el grano, es decir, se trata de biocombustibles de segunda generación. Además, las estimaciones consideran el aprovechamiento energético de hasta el 50% de ese rastrojo, de manera de no interferir con el aporte de cobertura y carbono al suelo”, advirtió Crespi. En números, aprovechar los residuos del 6% de la superficie total cosechada de maíz en la zona, con un rinde medio de 6.8 tn, permitiría cubrir la demanda energética residencial de Rio IV. “Partiendo de nuestras estimaciones, el desarrollo de una central eléctrica en Rio IV a base de maíz generaría energía para 50.000 hogares, un ahorro de emisiones de CO2 equivalente de 130.000 tn/año y 500 puestos de trabajo”, detalló. En otra línea, el especialista advirtió que “enfoque de circularidad implica un completo repensar la gestión y manejo por parte de productores y asesores técnicos. Por un lado, empezar a pensar en equivalente de barriles de petróleo y no sólo en kg/ha de grano o carne. Así, por ejemplo, el rendimiento térmico del maíz equivale a 20,14 barriles”. Pero, además, implica repensar el manejo del riego, fertilización, rotación y, por supuesto, des rastrojo. Esto último incluye nuevos procesos y labores como el enfardado, acopio, disposición en campo de los residuos entre otras.



Fuente: Aapresid







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