Se achica en lugar de crecer la crisis de la pera, una producción donde la Argentina se hizo potencia y hoy pierde productores

Por la pérdida de competitividad internacional, la producción de peras en la Argentina viene cediendo terreno y también peso a nivel de exportaciones.


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Se achica en lugar de crecer la crisis de la pera, una producción donde la Argentina se hizo potencia y hoy pierde productores


Por el complejo frutihortícola del Alto Valle la Argentina es la primera exportadora de peras del hemisferio Sur. Sin embargo, el año pasado las operaciones, según el Senasa, cayeron 9% en la comparación interanual: salieron del país 277.000 toneladas.

Para encontrar un volumen más bajo de exportación hay que remontarse al 2017, cuando se colocaron en el mundo 254.617 toneladas. De la baja de toneladas exportadas el año pasado, la casi totalidad -26.961 toneladas- se explica por la reducción de envíos a Rusia, que fue del 60% interanual.

En Cipoletti (Río Negro, donde está el 85% de los frutales de peras y manzanas del Alto Valle), Jorge Perok dejó de producir exclusivamente peras y pasó a alfalfa. Con 26 hectáreas de perales de las distintas variedades alcanzó el millón de kilos anuales (aún con árboles que estaban recién plantados) pero en 2020 cambió por alfalfa.

“Hace unos 35 años, cuando empecé, impulsaban la producción tanto el INTA como las exportaciones -cuenta a LA NACION- pero a medida que transcurrieron los años los vaivenes de la economía con sus cambios en las reglas de juego fueron haciendo perder competitividad y países sin tradición en el cultivo, como Sudáfrica y Chile, comenzaron a llegar a mercados internacionales con calidad y competitividad”.

El 70% de las peras que se producen en el país son para vender afuera. Pero el Alto Valle vive una “regresión” porque después de haber pasado de la producción agrícola-ganadera a la frutícola “se está volviendo a lo primero”. Define que hoy el productor de peras “lo pasa muy mal económicamente”.

Casos

El productor de peras y manzanas Federico Sacheri señala que, si bien la reducción de las superficies “no son tan graves”, lo que preocupa es que “la actividad se achica en lugar de crecer, y no es por pérdida de mercados sino por pérdida de competitividad por nuestros costos”.

Apunta que, desde que se emplea el tipo de cambio oficial como ancla inflacionaria, los precios internacionales “dejan de ser atractivos” ya que se compite en los mismos mercados con otros países del hemisferio sur (Chile, Sudáfrica, Australia).

Sacheri detalla que si bien la Argentina tiene ventajas agroecológicas muy importantes para la producción de peras -clima desértico y agua de riego de calidad y en cantidad- y podría “incrementar fuertemente su posicionamiento en el mercado internacional de peras, y multiplicar el ingreso de divisas con un dólar competitivo, la pérdida de competitividad no lo permite”.

Añade que el mercado interno no puede absorber el volumen de producción, por lo que “muchas veces hay que exportar aún a pérdida”.

En enero pasado, los productores del Alto Valle de Río Negro insistieron ante el equipo económico de Sergio Massa en la necesidad de un dólar fruta porque entienden que sin esa opción se producirá una situación “de quebranto”.

Las exportaciones de peras de alta calidad comienzan en unas dos semanas y a dólar oficial, a los productores le quedan unos $25 por kilo en promedio cuando estiman que deberían ser entre $70 y $80.

Fuente: Diario La Nación



Fuente: La Nacion







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