Generan descalabro. La Mesa de Enlace se reunió en la Exposición Rural y criticó las medidas de Massa

Los dirigentes señalaron que el dólar maíz provocará desequilibrios al interior del sector y suba de costos; rechazo de la Mesa de las Carnes y una cámara de nutrición animal


amanecer rural
Generan descalabro. La Mesa de Enlace se reunió en la Exposición Rural y criticó las medidas de Massa


Después de la inclusión del maíz en el dólar agro, un producto clave para la producción de carnes, huevo y leche, y el impuesto PAIS a la importación, la Mesa de Enlace compartió un almuerzo en la Exposición Rural de Palermo, donde habló de la situación del campo, y en ese marco sus dirigentes fustigaron con dureza las últimas medidas del ministro de Economía, Sergio Massa.

En el marco de la exposición, los dirigentes coincidieron en los últimos días en algunos eventos, pero hoy tuvieron un encuentro que sirvió para que sienten posición sobre las medidas. Así lo hicieron Nicolás Pino (Sociedad Rural Argentina), Carlos Achetoni (Federación Agraria Argentina), Elbio Laucirica (Coninagro) y Jorge Chemes (Confederaciones Rurales Argentinas).

“Son las medidas de siempre, medidas que no sirven para el sector agropecuario. No son las medidas que el sector necesita. Son medidas que generan descalabro, incertidumbre en otras actividades del campo, más allá de la medida en sí”, dijo Nicolás Pino, presidente de la Rural.

Consultado por LA NACION, Carlos Achetoni, presidente de FAA, expresó su preocupación por los efectos negativos en el sector. “El trato preferencial de alguna actividad sobre otras por lo general genera desequilibrios. En este caso, con el aumento del precio del maíz, ese desequilibrio se profundiza en todos los productores de proteína cárnica y lácteos que dependen de este insumo básico”, expresó.

Según indicó, se genera una desigualdad que también impacta al interior del sector. En rigor, mientras los productores que sufrieron emergencias o desastres por el clima no pudieron hacerse de producció, en paralelo los que aún conservan algo de producción están en condicones de acceder a alguna ventaja adicional. “No está mal que algunos productores experimenten mejoras en sus condiciones, pero estas mejoras no deben ser resultado de un desequilibrio”, afirmó Achetoni.

Luego insistió en la necesidad de unificar el tipo de cambio: “Es fundamental buscar una paridad única que trate a todos los sectores por igual y les brinde la posibilidad de crecer. En cambio, cuando existen desequilibrios y preferencias, muchos quedan en desigualdad de condiciones”.

 

El lunes pasado, tras los anuncios del domingo, Sergio Massa estuvo en la Rural en una jornada de precandidatos presidencialesGonzalo Colini

Ante una pregunta de LA NACION sobre si el campo podría tomar alguna acción ante la medida del Gobierno, descartó esa posibilidad. “Nuestra realidad se vería empañada con la cuestión eleccionaria y la verdad es que nuestra realidad pasa muy lejos de eso. Ojalá que una vez pasado este proceso se pueda visibilizar y entender sinceramente la clase política que hoy está cocinándose en su salsa muy lejos de la necesidad del pueblo”.

Además de las entidades de la Mesa de Enlace, en los últimos días otras entidades, cámaras y organizaciones también se expresaron en contra de esta medida e incluso el impuesto PAIS a la importación. A modo de ejemplo, la Mesa de las Carnes indicó: “Hoy más del 80% de la producción bovina realiza suplementación ya sea en forma estratégica o bien se realiza en corrales de alta tecnología, con los mayores estándares de sanidad, bienestar y calidad, donde el maíz es el principal insumo. Esta nueva medida es un mazazo a la producción”.

Además, esa agrupación agregó que en medio de la gripe aviar la cadena de esta última carne “atraviesa una de las peores crisis de su historia”, mientras que la producción porcina, indicó, también se verá impactada por la medida oficial.

Para Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, el anuncio del Gobierno representa “más de lo mismo”. Remarcó: “Yo soy productor de maíz, voy a vender en la exportación, seguramente, lo poco que pude cosechar, pero también engordo novillos, así que también me va a afectar en eso, beneficia a algunos y perjudica a muchos”.

Chemes, de CRA, también se pronunció en contra de la incorporación del maíz en el marco del dólar agro. Expresó que “no soluciona los problemas estructurales” del campo y “agrava la situación” de actividades que venían con sus rentabilidades afectadas.

Más críticas

Por otra parte, la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (Caena) no solo expresó en un comunicado su preocupación por el dólar maíz y el impuesto a las importaciones, sino que señaló que le envió una carta al ministro Massa para ponerlo al tanto de su preocupación.

“A esta situación [por la medida del dólar maíz], se le suma otra negativa dada por la implementación de la resolución general 5393/2023 que en su artículo 5º adiciona un impuesto del 7,125% a las importaciones de bienes que, en el caso de la industria de alimentos balanceados son materias primas (vitaminas, minerales, aminoácidos y otros) que no poseen reemplazo local y que se utilizan en la elaboración de estos alimentos balanceados, que atendiendo a dicha resolución, deberían entrar en excepciones de bienes intermedios que apuntan a la canasta básica (entre ellos: pollo, huevo, leche y otras proteínas de consumo humano)”, indicó Caena.

 

El maíz es un cultivo clave para la producción de carnes, huevo y leche

“Estamos realmente preocupados por la incidencia negativa directa que estas medidas han tenido sobre la elaboración de alimentos balanceados y las alzas de costos y precios que está generando en toda la cadena de la proteína animal que impactarán fuertemente en los consumidores” expresó Juan Pablo Ravazzano, presidente de la cámara.

Añadió: “Es importante destacar que el incremento en el costo del maíz se traduce directamente en un aumento considerable en los gastos de producción de alimentos balanceados. Estos costos adicionales se trasladan inevitablemente a los productores de carne, leche y huevos, quienes, a su vez, se ven forzados a ajustar los precios finales de sus productos para mantener la rentabilidad de sus operaciones. Como resultado, los consumidores finales se enfrentan a precios más elevados en la adquisición de productos de proteína animal, lo que genera una carga económica adicional en sus hogares y afecta el acceso a alimentos de calidad y nutrición esencial”.



Fuente: La Nacion







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