Es un alivio llegaron las lluvias a la región pampeana y hay un respiro para los cultivos en momentos críticos

Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en la zona núcleo comenzaron las precipitaciones que prometen ser bastante homogéneas; la entidad estimó unas 100.000 hectáreas perdidas de soja de 2° en la región, aproximadamente el 10% del área sembrada en esa zona


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Es un alivio llegaron las lluvias a la región pampeana y hay un respiro para los cultivos en momentos críticos


Tras una feroz ola de calor y de falta de lluvia, con gran alivio y pese a su tardanza, la región pampeana recibió con brazos abiertos las primeras gotas de una esperada masa de aire frío, marcando el comienzo de un “cambio climático crucial para los cultivos”, especialmente para la soja de primera, que se encuentra en una etapa delicada de su desarrollo.

Así lo aseveró Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Según describió, este frente, que promete ser bastante homogéneo en la zona núcleo, se extiende sobre la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sur de Córdoba y buena parte del resto de la región pampeana.

Sin embargo, la BCR dio un dato duro pero esperable tras varios días con altas temperaturas y sin registros de lluvias: estimó 100.000 hectáreas perdidas de soja de 2° en la región, aproximadamente el 10% del área sembrada en área núcleo. En soja de 1º ha desaparecido el potencial de hace quince días atrás.

“En solo dos semanas, el desmejoramiento de la condición de cultivo pasó a grandes rodeos con amarillamientos que han evolucionado a grandes áreas con muerte de plantas o que están a punto de perecer. En un breve lapso (bastaron solo 15 días) la región pasó de tener reservas abundantes a óptimas en el 60% del área a sequía en el 47% del área, tal como muestran las reservas de agua en pradera permanente para el primer metro del suelo”, dijeron.

“En los últimos siete días, la condición de la soja de segunda se desplomó: desaparecieron los cuadros excelentes, los cuadros regulares a malos aumentaron un 33% totalizando 500.000 hectáreas de las que se restan 100.000 hectáreas que se dan perdidas por síntomas de estrés irreversibles. Aún permanece en estado bueno el 40% del área y otro 10% bajo condiciones muy buenas. La soja de segunda, dado el consumo de las reservas que tiene por sembrarse después del trigo, es el cultivo más vulnerable ante este estrés termohídirco”, agregaron.

A principios de enero, las diferentes entidades bursátiles habían calculado y pronosticado una cosecha récord de granos que alcanzaría los 142,3 millones de toneladas y que las exportaciones agrícolas generarían US$34.500 millones, una merma de 1300 millones de dólares versus lo esperado en diciembre último. Esto último, por la caída de los precios internacionales.

 

Sin embargo, en el campo, con el correr de los días, cuando la lluvia comenzaba a escasear, anticipaban que los rindes de esta campaña iban a bajar de manera considerable. “Mientras los políticos cuentan los granos antes de la cosecha, siempre y con mucha cautela los productores dicen que hasta que no se coseche, no tienen nada”, decía un productor bonaerense días atrás.

En rigor, la semana anterior se produjeron temperaturas que alcanzaron niveles récord en la región y se registraron máximas por encima de los 42º en lugares como Carlos Pellegrini, y durante casi 90 horas, los termómetros superaron los 30º, lo que provocó un estrés considerable en los cultivos. Además, las mínimas nocturnas también fueron inusualmente altas, superando los 22º después del 31 de enero.

Aunque la cobertura y la cantidad de precipitaciones pueden variar, “algunos lugares ya han registrado acumulados cercanos a los 120 milímetros, con La Pampa y el centro de Buenos Aires, evidenciando también significativas caídas de agua; la variabilidad de las lluvias no opaca la importancia de este evento climático”, explicó el especialista de la BCR.

“Este es un momento clave”, afirmó Russo, en referencia a la relevancia de las próximas horas para determinar el impacto de las precipitaciones en los cultivos. Así, el especialista del GEA confirmó que “viene el alivio”. “Finalmente se está empezando a desplazar la masa de aire frío que viene. El frente ya está activo y está dejando los primeros milimetrajes en la región núcleo [norte bonaerense, sur de Santa Fe y sur de Córdoba]. Ayer y anteayer, ya había algunos milímetros que se estaban produciendo en algunos lugares del centro de Buenos Aires, con algunos acumulados cerca de 220 milímetros y 80 milímetros en La Pampa, donde también hay registros de 20mm”, describió.

Explicó que este escenario benévolo que aunque existe mucha variabilidad, igualmente este frente que promete ser bastante homogéneo sobre las provincias de Buenos Aires, el sur de Santa Fe, el sur de Córdoba y también extenderse a buena parte del resto de la región pampeana, tal vez con menores milimetrajes y con más diferencias en cobertura: “Está llegando a la región núcleo, en las próximas horas vamos a ver este cambio y vamos a ver cómo van a estar avanzando las lluvias”.

 

Dante Garciandía, productor de Carlos Tejedor, festejó una a una las primeras chispas de agua que fueron regando su campo. “Y un día llovió. En este distrito está lloviendo desde la madrugada de hoy. Entre 25 y 75 mm en las localidades, con picos de 90 y 100 mm en campos ubicados entre Húsares y Esteban de Luca, al sur del partido y sigue lloviendo. Esta lluvia viene a completar lagunas secas y a mejorar calidad del agua de napa para consumo animal tan afectada por la zona”, dijo, en diálogo con LA NACION.

“Llega tarde. No viene a solucionar las pérdidas ocasionadas a la gruesa por las altas temperaturas de fin de enero y nada de lluvia, con cultivos de maíz y soja en etapa crítica, floración y llenado de granos. Solo el girasol, en el llenado de granos, está en buenas condiciones. En el camino queda buena parte del rinde, estimo 40-50%, pero muchos productores tendrán pérdidas del 100% de sus lotes por esta sequía. Pero al menos nos mejora el ánimo en el campo. Ahora es agarrar el lápiz, la calculadora y repensar cómo seguir. No es fácil, eso está claro”, agregó.

Para Russo, si antes los productores se hacían la pregunta de ¿cuándo?, esto ya está fuera de la ecuación y que ahora el interrogante es ¿cuánto? “Son días clave para saber cuánto va a ser lo que va a llover porque, según lo que ocurra en estos dos días, será muy importante para ver cómo reaccionan los cultivos. Sobre todo la soja de primera que estaba en un momento muy sensible y que también que sufrió esta ola de calor muy larga e intensa y que estuvo afectando buena parte de etapas claves del cultivo”, subrayó.

En particular, la BCR dijo que el cultivo de la soja de primera ha sufrido debido a una ola de calor prolongada y fuerte, que ha perjudicado etapas cruciales de su desarrollo y la cantidad de lluvia que caiga en estos días será determinante para la recuperación y el rendimiento de este cultivo.

 

Las recientes precipitaciones ayudaron a llenar en algo un jaguel de cinco metros de profundidad que se hizo para juntar agua de lluvia al lado del molino y mejorar las napasGza. Lisandro Crespo

“Así que falta ahora ver cuánto llueve y lo vamos a estar viendo en las próximas horas. La otra buena noticia es que para principios de la semana que viene continúan los pronósticos de lluvias, incluso más. Es probable que tengamos temperaturas bastantes bajas a mediados de la próxima semana”, destacó Russo.

Las previsiones del organismo rosarino indican que, a principios de la próxima semana, “se esperan más lluvias, acompañadas de una probable caída en las temperaturas hacia mediados de semana, este cambio viene como un alivio muy necesario para la región y sus productores”.



Fuente: La Nacion







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