El diseño genético de las plantas marca el futuro de los forrajes

Al analizar el escenario mundial, aumentar la superficie destinada a la producción de alimentos es una alternativa limitada, por lo que surge la necesidad de plantear estrategias que consideren el incremento del rendimiento por unidad de área. Ese es el camino para poder dar respuesta a la demanda de alimentos que, cada vez, será mayor.


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El diseño genético de las plantas marca el futuro de los forrajes


En este contexto, los especialistas ponderan el rol que ocupa la edición génica vegetal al permitir mejorar los forrajes y alimentos consumidos por los animales, lo que impacta en una mayor sustentabilidad, previsión y eficiencia de las producciones. En el INTA impulsan la edición del genoma de la alfalfa para aumentar la obtención de biomasa, resistencia a estrés abiótico y el retraso de la floración.

Aníbal Pordomingo –coordinador del programa Carnes y Fibras del INTA– subrayó el gran aporte que hace y hará la edición génica (EG) a la ganadería, tanto en el mejoramiento en animales como en las plantas en beneficio de la producción sustentable y la predictividad de los resultados, en especial, en ambientes extremos.

Y aseguró que “el mayor avance en el sector ganadero se va a dar la edición génica (EG) en la producción vegetal, con grandes aportes a la ganadería de la mano de mejores forrajes y alimentos”.

Por su parte, Sergio Feingold –coordinador nacional del programa Biotecnología del INTA–, indicó que “la EG representa una revolución tecnológica pocas veces vista, debido no sólo a sus particulares ventajas técnicas sino a la posibilidad de introducir modificaciones genéticas con alta eficiencia e inusitada velocidad”.

En esta línea, Gabriela Soto –especialista en ingeniería genética de leguminosas del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular (INTA-Conicet)– especificó que “el INTA trabaja en la edición del genoma de alfalfa, en especial en los genes que brindan información o están directamente relacionados con el aumento de la productividad de esta forrajera”.

“Mediante la técnica de edición génica vía CRISPR/Cas, junto a Emilia Bottero y Margarita Stritzler –colegas del Instituto– logramos generar 4 vectores binarios para la modificación de genes endógenos que permitirán potenciar el crecimiento y desarrollo vegetativo de la alfalfa, como así también obtener un fenotipo de mayor producción de biomasa fácilmente reconocible”, explicó Soto.

Además, en estos individuos, se estudiará el retraso de la floración, que también es un carácter deseable en alfalfa y se trabajará en la tolerancia a condiciones de estrés abiótico y retraso de senescencia. “Para ello, realizaremos un knock out de un gen previamente caracterizado en nuestro grupo mediante mutantes en Arabidopsis”, indicó Soto quien agregó que “otro punto que considera la investigación es la fijación biológica de nitrógeno”.

Actualmente, el grupo de trabajo de ingeniería genética de leguminosas busca desarrollar una sintética experimental de alfalfa tolerante a herbicidas, editada genéticamente vía CRISPR/Cas9.

“Esto responde a una necesidad a partir de la problemática existente con las malezas”, reconoció Soto quien advirtió sobre la presencia de más de 120 especies de malezas que generan entre un 50 y un 80 % de pérdidas en la productividad potencial en las pasturas de alfalfa en nuestro país.

Es que, de acuerdo con la investigadora, “la falta de herbicidas selectivos, sumado a la ausencia de cultivares tolerantes y el mal manejo de los lotes intensifica la aparición de malezas resistentes complejizando aún más el panorama futuro”. Y agregó: “en la actualidad, el manejo de lotes de alfalfa con herbicidas es complejo y por ende necesita de un alto grado de capacitación”.

 

Emilia Bottero, Margarita Stritzler y Gabriela Soto investigan sobre la modificación de genes endógenos de la alfalfa para potenciar la productividad de la forrajera.

 



Fuente: INTA







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