RECUPERACIÓN DE LOS PASTIZALES DEL MALEZAL CORRENTINO LUEGO DEL ABANDONO DE ARROCERAS.

La región ecológica del malezal está comprendida entre los ríos Miriñay y Aguapey en la provincia de Corrientes. Abarca una superficie de 1.435.000 ha. y representa un 25% de su superficie ganadera.


amanecer rural

La misma, ocupa una planicie con drenaje deficiente y escurrimiento lento. Esto, conlleva a que la mayor parte del año los campos están cubiertos de agua. Los suelos, víctimas de una erosión reticular, están cubiertos de surcos o canales que rodean a columnas de suelo de tamaño y forma variable.  En la cabeza de dichas columnas, generalmente, se encuentra la mayor parte de la vegetación. La cual, se caracteriza por presentar una mayor abundancia de pastos erectos de gran porte, los que son acompañados por otras gramíneas y un gran número y variedad de distintas ciperáceas (25 especies). Dentro de estas especies erectas, denominadas pajas, se destacan Andropogon lateralis (paja colorada), Sorghastrum setosum (paja amarilla) y Paspalum durifolium (paja azul). Dichas pajas, en general, son acompañadas por gramíneas de menor porte y de crecimiento decumbente, más palatables y de mejor calidad. Dentro de este último grupo se destacan: Axonopus compressus, A. argentinum, Paspalum notatum, P. hexastachyum. Por otro lado, en los canalículos, se encuentran abundantes ciperáceas y gramíneas palustres como Luziola leiocarpa, Leersia hexandra y Paspalum modestum. Todas las especies son de crecimiento estival, prácticamente, no hay especies invernales y es muy rara la presencia de leguminosas, aunque se ha registrado la ocurrencia de Discolobium sp., Indigofera bongardiana y Ornithopus micranthus.
Aunque la mayor superficie de malezales está ocupada por la actividad ganadera, las características de la región determinan limitantes para dicha actividad. Si bien, la productividad primaria neta aérea es alta (3500-4500 kg MS/ha), esta no es acompañada por una productividad secundaria acorde (35-40 kg/ha promedio de toda la región). Esto se debe, por un lado, a una marcada estacionalidad (crecimiento primavera estivo otoñal) y, por otro lado, a la baja calidad del tapiz vegetal y un bajo aprovechamiento. Las características ambientales y edáficas de esta región junto con el contexto socio-económico, llevaron a que en la década de los 90 varias arroceras fueran instaladas allí. Luego, al cabo de 10-15 años, impulsadas por nuevas tecnologías y en busca de tierras más fértiles, se trasladaron a otras zonas de la provincia. Estos lotes, ex arroceras, actualmente son destinados a campos de pastoreo. El cultivo de arroz representa un disturbio de gran magnitud, ya que, durante su ciclo, no solo se rotura y sistematiza el suelo previo a la siembra, sino que también la mayor parte su desarrollo es bajo inundación. No hay información sobre el efecto que dicho disturbio genera sobre la estructura y el funcionamiento de los pastizales en esta región. Sí en cambio se ha observado que, en campos más altos, provocó cambios en la resiliencia, contenido de mantillo y calidad del recurso forrajero. Este trabajo, pretende evaluar los cambios en la estructura y calidad de estos pastizales en lotes que han sido arroceras.

MATERIALES Y MÉTODOS
 El trabajo se realizó en la provincia de Corrientes en la región ecológica del malezal.  Se identificaron, a través de entrevistas con productores e informantes calificados, situaciones de lotes que habían sido sembrados con arroz y que registraban distintos tiempos de abandono. A partir de esta información, se construyó una cronosecuencia con tres rangos aproximados de edades de abandono. Fueron reconocidos, lotes con 0-5 años de abandono, lotes con 5-10 años y lotes con más de 15 años de abandono. De igual manera, como referencia fueron identificadas situaciones sin disturbar, es decir que nunca fueron cultivados y que denominamos prístino, aunque si recibieron uso ganadero por lo menos desde hace más de 150 años.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Vegetación
Luego del abandono del cultivo de arroz se produjo un cambio notable en la estructura de los pastizales recuperados. Este cambio, se produce en las abundancias relativas de las principales formas de vida. A excepción del grupo de ciperáceas y juncáceas, el resto de las formas de vida presentó diferencias significativas entre los campos que fueron cultivados y los que no. En las situaciones donde hubo cultivo de arroz la abundancia relativa de pastos cortos fue superior al resto de las especies, volviéndose dominante, sobre todo pastos palatables y de buena calidad del género Axonopus, Paspalum y Echinochloa independientemente del tiempo de abandono. En cambio, en las situaciones que nunca fueron cultivadas la mayor abundancia relativa fue de pastos erectos (pajas) y dicotiledóneas, donde dominaban especies del género Andropogon, Sorgastrum y Schizachyrium entre las primeras y Eryngium, Vernonia y Schultesia entre las dicotiledóneas. Los pastos erectos, son clasificadas generalmente como ordinarias o duras, y se caracterizan por presentar un crecimiento explosivo y un rápido encañado, perdiendo calidad y dificultando su utilización por parte del animal, limitando así su consumo.  
Asimismo, los índices de diversidad de Shannon fueron de: 3,6 para los lotes con 0-5 años de abandono; 3 para los 5-10 años de abandono; 3,3 para los con más de 15 años de abandono y 2,8 para los que nunca fueron cultivados. Se destaca que la diversidad siempre fue mayor en las ex-arroceras, siendo máxima en las situaciones con menos años de abandono. Esto es así porque post disturbio hay una mayor riqueza y una mayor equitatividad, es decir mejor distribución de las abundancias relativas entre especies. Estos resultados, indicarían un aumento en la resiliencia, ya que los valores elevados de diversidad se pueden relacionar directamente con la resiliencia de los ecosistemas. Por lo que se podría pensar que, estos campos bajos, inundables y con erosión reticular, tienen una dinámica distinta a los campos altos y más productivos, ya que estos resultados contradicen a los encontrados por Pizzio y Bendersky para campos más altos de la provincia. Por tal motivo, se vuelve de gran importancia la evaluación del funcionamiento ecosistémico de estos ambientes, tanto en situaciones disturbadas como sin disturbar, en el tiempo.


Calidad
El cambio estructural en las ex arroceras presentado antes, se traduce en un aumento en la calidad del tapiz vegetal. Como se observa en la figura 2, los valores de INTECO, fueron siempre superiores en los lotes que fueron cultivados. Esto, se debe a que los denominados pastos cortos presentan una mejor calidad forrajera que los pastos de porte erecto, además de la disminución de la abundancia relativa de dicotiledóneas, en su mayoría clasificadas como malezas. Estos resultados son similares a los que se habían observado por Pizzio y Bendersky  en ex arroceras en la región ecológica de afloramientos rocosos, aunque estos valores no fueron sostenidos en el tiempo. En dicha experiencia, había una caída abrupta al 8vo año, producto de una sequía, haciendo evidente la pérdida no solo de resiliencia, sino también de resistencia del ecosistema. Esto, se diferencia de lo observado en la región del malezal, donde las situaciones disturbadas no presentan diferencias significativas entre ellas a lo largo de la cronosecuencia. A su vez, estas diferencias en la estructura y calidad del pastizal, se debería traducir en un aumento en la eficiencia de utilización del pastizal y aumento en el consumo, por lo que podría aumentar la producción secundaria del ambiente. 
 



Fuente: Maidana, C.E.; Bendersky, D.; Acuña, C.A.; Cipriotti, P.A.; Noguera, J.M.







Notas Relacionadas