QVA: institucionalidad consolidada, condición para el diálogo y la estabilidad política

“Ninguna sociedad esta vacunada contar el autoritarismo y la intolerancia”, comenzó. Para la construcción de dialogo deben darse dos condiciones: perseguir el bien común y ser servidores públicos, es decir, servir al bien común sin buscar otro redito que un salario.


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QVA: institucionalidad consolidada, condición para el diálogo y la estabilidad política


Argentina y Uruguay son iguales pero diferentes, y en algunas cuestiones se han tomado caminos divergentes. Para que se den las condiciones anteriores son necesarias otras cuestiones. En primer lugar, la existencia de partidos políticos que tengan sensibilidad, empatía, cercanía y capacidad de análisis. Los partidos políticos sanos y solidos son el primer paso para verdaderas democracias representativas, que entiendan y respondan a la sociedad que representan. Por último, se necesita calidad institucional Creo que estas cuestiones son las que permitieron la construcción de dialogo en Uruguay. “Ese dialogo se apoyó en una mirada de Estado de largo plazo y en la generación de confianza por parte de la gente, valor clave para crear solidaridad ciudadana y productividad, en especial de sectores como el agropecuario, que necesitan estabilidad”. El dialogo que supo construir el Uruguay fue gracias a que los líderes de los partidos políticos supieron encontrar aliados en todas las corrientes, supieron perdonar, sin olvidar, pero mirando para adelante. Por último, la sociedad fue la que tuvo la última palabra, expresándose en cada referéndum y plebiscito A continuación, Gastón Remy, habló de la iniciativa solidaria #SeamosUno. “#SeamosUno vino a llevarse puestos los obstáculos y viejos paradigmas con la idea de construcción colectiva de unión de miradas”. Ante la explosión de la pandemia nos preguntamos cómo ayudar a los que más lo necesitan, pensamos en montar hospitales de campaña, pero el cura jesuítico Rodrigo Zarazaga nos dijo que el hambre iba a ser el problema”. Y no se equivocó. “Nos pusimos en marcha, construimos el proyecto de forma virtual y en pocas semanas montamos una iniciativa que repartió 1 millón de cajas y 56 millones de raciones de alimentos a 4 millones de argentinos. De la misma participan empresas competidoras y organizaciones sociales en barrios que tal vez nunca se hubieran juntado”. Según Remy, una de las claves fue tener propósitos y objetivos claros. Además, se apuntó a ejes precisos: escala, gestión, transparencia, cooperación, eficiencia y territorialidad. “La eficiencia nos permitió llegar con entregas puerta a puerta, y la tecnología nos permitió trackear las cajas para que lleguen a destino y tenemos empresas que auditan cada etapa”. El cierre del panel estuvo a cargo de Graciela Fernández Meijide, quien abrió el debate afirmando que existen instancias de dialogo formales, pero que hay un dialogo ligado a la propia existencia. Por lo que no nada nos impide dialogar: “Aapresid existe y por el solo hecho de hacerlo genera dialogo”. “En la dictadura éramos 8 organizaciones de DDHH porque teníamos matices, pero el enemigo era claro y por tanto era más fácil establecer negociaciones. Ahí aprendí la política y a dejar la ambición de destruir a mis enemigos por el objetivo de juntar elementos para hacer justicia”. Pero además del dialogo esta la noción de unidad nacional. “Desde cierto populismo se busca una unidad de discurso o de voluntad. Pero la unidad lógica o sana es la de sentarnos a discutir juntos qué nos aqueja y qué puede aportar cada uno que nos empuje hacia el futuro. Entrar al futuro con el pasado en el pecho nos hace daño y nos perjudica. Es cierto que enamora en un momento de pocas ideas y discursos pobres, pero no sirve para salir de los problemas viejos”. Para terminar Meijide se admitió escéptica, pero con esperanza en la sociedad, que demuestra que tiene recursos para exigir y luchar por un futuro diferente.



Fuente: Aapresid







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