POR QUÉ MANEJO INTEGRADO DE INSECTOS PLAGA

Se entiende por Manejo Integrado de Insectos Plaga (MIP), a la revisión semanal de lotes, identificación, recuento y registro de especies plaga y benéficos, con el objetivo de tomar decisiones de control racionales.


amanecer rural

Según cálculos de pérdidas por chinches en soja, cultivos sembrados a 35 cm entre hileras en estado de inicio de formación de vainas (R3) con presencia de  chinche de la alfalfa (Piezodorus g�ildini), con una infestación de 1 chinche por metro lineal se produce una pérdida de 500 kg/ha de grano. Como el monitoreo tiene un costo aproximado a 25 kg/ha, la relación beneficio/costo es 20:1. Aún considerando que esta situación se produjese solo en 1 de cada 5 lotes, el beneficio cuadriplica los costos. Por ese motivo, para la zona de Pergamino se estima que la adopción de esta práctica alcanza el 60 porciento de la superficie del cultivo.

Los trabajos de monitoreo para el cultivo de soja implican unas 15 visitas durante todo el ciclo productivo, una por semana. El costo más importante de esta actividad es la movilidad, que podemos estimar en $ 3.5/km. La movilidad incide fuertemente en el traslado del plaguero, aproximadamente un 90% del costo total de MIP. Otros costos involucrados son: comunicaciones y ayudante de campo. Dado el peso de la movilidad, suele acordarse un servicio que incluya además la observación de enfermedades y malezas.

Complementariamente, el INTA ha implementado redes de captura de adultos de lepidópteros en trampas de luz. Esta tecnología permite anticipar 2 semanas los problemas a observarse a campo. Esto se comprende mejor cuando calculamos que los adultos capturados, primero copulan y luego colocan huevos. Si consideramos un período embrionario promedio de 5 días y uno larval de 15 días, tenemos casi tres semanas de anticipo. Como la larva comienza a evidenciar su presencia por los daños de defoliación y otros, a los 2/3 partes de su período de crecimiento, tenemos los 15 días mencionados.

Una trampa de luz se estima tiene un área de influencia de 30 km. Por lo tanto constituye una alternativa de monitoreo del ambiente para los lotes que se encuentran comprendidos en esa zona. Si los niveles de captura resultan excepcionalmente elevados, por ejemplo para isoca medidora Rachiplusia nu, isoca bolillera Heliothis gelotopoeon e isoca de las leguminosas Anticarsia gemmatalis, existe certeza que el ataque se producirá.

Hoy día, con los cuestionamientos de la población hacia el mal uso de los plaguicidas, resulta primordial el empleo de insecticidas banda verde, no sólo para proteger el ambiente, sino para promover el control biológico natural. Los reguladores de crecimiento –IGR- y diamidas antralínicas resultan muy adecuados para ese propósito. EL MIP para lotes comprendidos en áreas periurbanas es un ingrediente que unos años atrás no se visualizaba como prioritario. Dado que para aplicar estos insecticidas de baja toxicidad se requiere que el insecto sea de pequeño tamaño, resulta indispensable contar con un Servicio de Alerta temprano.

A continuación se detallan los contactos de algunos del los Servicios de Alerta del INTA a nivel nacional:

Este servicio se ofrece en forma gratuita y se accede solicitándolo por correo electrónico indicando localidad geográfica.

Los insecticidas propuestos representan una reducción de 30 veces la toxicidad de los tradicionales productos neurotóxicos, e.g. clorpirifós. Su empleo promueve el desarrollo de la fauna benéfica, parásitos y predatores, circunstancia que permite extender el tiempo libre de insecticidas. Ambas circunstancias, baja toxicidad y menor necesidad de uso de insecticidas durante el ciclo productivo, se convierten en aspectos centrales para el manejo de cultivos en zonas periurbanas.

Aun aplicando los insecticidas tradicionales, aun existe la posibilidad de seleccionar aquellos de menor toxicidad, bandas verde y azul. Conviene recordar que el mayor costo de los insecticidas amigables con el ambiente, potencialmente se compensa con una menor necesidad de tratamientos fitosanitarios.

El INTA Pergamino promueve el uso de trampas de luz para aquellas zonas del país que no cuentan aun con ellas. La publicación de una clave ilustrada de especies plaga ordenadas por relación de semejanza facilita la identificación de especies, de manera tal de no requerirse conocimientos especiales para monitorear una trampa de luz. Por otra parte, para los casos de altas infestaciones de larvas, los alertas zonales resultan suficientes, pero para el resto de las circunstancias, una trampa instalada en el lote o establecimiento constituye un fiel indicador del ambiente o sitio específico.

Además de las posibilidades de acceso a la tecnología MIP, el INTA ofrece capacitación técnica para plagueros, productores y profesionales. En un nivel de percepción amplio, para un mundo que cada vez requiere más alimentos, aun con el uso de plaguicidas se pierde anualmente el 42 porciento de la producción mundial de alimentos por malezas, insectos y enfermedades. Queda claro entonces que nuestra posición no es la de eliminar el uso de agroquímicos, pero si propender a su uso racional, bajo el concepto de MIP.


 



Fuente: Ing. Agr. Pedro Daniel LEIVA







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