Tecnología de proceso para lograr suelos siempre verdes y siempre vivos

El punto de partida fue la captura de la energía del sol a través de la fotosíntesis para montar una cadena de procesos que generan productos y que debe estar en equilibrio, con el menor imacto ambiental.


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Tecnología de proceso para lograr suelos siempre verdes y siempre vivos


Sabido es que se necesitan agua, nutrientes, luz, dióxido de carbono y temperatura, recursos disponibles en Argentina, y el panel puso en claro cómo es posible producir y generar riquezas de modo sustentable con la siembra directa. Marcelo Arriola comenzó hablando de bio-labranza y la ligazon con la rotación, por lo que la biología del suelo puede modificarse según los cultivos. “A medida que intensificábamos aumentábamos el stock de Carbono en distintos campos”, recordó como algo que los incentivó desde el inicio, del mismo modo que otras demostraciones de vida en la tierra lo hacían. Hizo hincapié en la biomasa con intensidad. “A medida que más le damos de comer al suelo, teniendo todo el años el campo verde, podemos aumentar nuestra biomasa”, expresó. “Pensar en la biología del suelo no es solo aumentar la cantidad de Carbono capturado, sino que debe tenerse verde todo el año para darle de comer a la macro fauna. Hay que darle continuidad al sistema”, aconsejó. En la misma línea remarcó “es indudable que la intensificación y la rotación favorece la abundancia de algunos grupos biológicos de meso y macro fauna para la bio-labranza del suelo”. “Son tecnologías de proceso. El deterioro de suelo sucedió en un tiempo relativamente largo, entonces tenemos que darle tiempo para que los procesos se manifiesten y nos den una mejor salud del suelo”, concluyó. Pablo López Anido ejemplificó con rotaciones con cultivos de servicio y manejo de malezas, como lo hacen en la Chacra Bandera, fueron viendo como respondían las distintas malezas y se suprimían. También mostró trabajos de cultivos consociados de leguminosas y gramíneas, y también con siembras aéreas. “Los cultivos de servicio para el manejo de malezas es una tecnología de procesos y no de insumos, por lo que es necesario adaptarlo a cada caso”, recomendó. Destacó que “cuando aparte del cultivo de servicio se usa barbecho químico el control de malezas es casi total”. Finalmente sugirió “tratar de aumentar la diversidad de las rotaciones lo más posible, yendo de una frecuencia de cultivos a una matriz que irá variando según el ambiente, y en caso de incorporar ganadería la matríz sería mayor”. Jorge Mazzieri sumó la experiencia de la Chacra VINPA a donde llegaron por la oferta ambiental y generaron un suelo productivo a través de la intensificación de la rotación y con riego total. En siete años lograron mejorar la matería orgánica, la infiltración, y logran trigo de 8 a 10 toneladas, soja de 4 a 4,5 toneladas, maíz de 13 a 15 toneladas por hectárea. Esos resultados se proyectan igualmente positivos para la ganadería. Bernardo Romano, de la Regional Bragado-Chivilcoy, compartió tips para mejorar el ambiente y ser rentable en campos arrendados trabajados bajo sistema de siembra directa con cultivos de trigo, soja y maíz, intensificados desde hace doce años con doble cultivo de cosecha y cultivos de servicio. En el balance destacó el incremento de la actividad biológica del suelo, la mejora sostenible del Carbono orgánico cerca de la superficie, mejora en la estructura de suelo y disminución del uso de fitosanitarios y fertilizantes químicos. También remarcó la mejora en el control de malezas resistentes, la disminución de la brecha productiva y el consabido aumento de la rentabilidad. Ratificando lo dicho por sus pares de panel concluyó advirtiendo que no se debe caer ante la falta de resultados inmediatos pues a medida que pasa el tiempo todas las mejoras se potencian. José Luis Zorzín, de la Regional Los Surgente-Inriville aportó los beneficios de los sistemas siempre verdes sobre los excedentes hídricos, que es un problema dde casi toda la región productiva, especialmente la pampeana. “Hay un nuevo escenario productivo desde hace más de diez años”, pero “la dinámica de la napa está fuertemente influenciada por el balance hídrico y las acciones del hombre”, aseguró. Zorzín apuntó que “de los componentes del balance hídrico la producción puede intervenir a través del consumo para mitigar los efectos adversos”, citando la intensificación y las tecnologías dentro del cultivo. También puso el acento en la intensificación ganadera, que va surgiendo naturalmente, para refrendar que “es económicamente viable y sustentable”.



Fuente: Aapresid







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