11/05/2018. NACIONALES. Agricultura
“Hoy no existen recetas únicas y de valor universal, todo lo contrario, nos enfrentamos a problemas diversos que requieren soluciones diferentes”, sostuvo y añadió: “En todo caso, de ser posible, se puede sustituir el barbecho por cultivos invernales de cobertura o de cosecha”.
En este sentido, el especialista del INTA explicó que “las condiciones ambientales del otoño, en general, favorecen la eficacia de los principios activos de los herbicidas y permiten potenciar el efecto residual. Además, las bajas temperaturas y las escasas precipitaciones invernales limitan el crecimiento de las plantas, lo cual resulta positivo”.
Por otro lado, el final del invierno y el inicio de la primavera es otro momento crítico y que merece especial atención en la programación del lote. “En esta etapa, los herbicidas residuales deberán ser selectivos para el cultivo a implantar. Si están correctamente posicionados, pueden aportar de manera significativa al control de malezas en el cultivo”, aseguró Papa quien ejemplificó: “Gran parte de las especies citadas como tolerantes a glifosato son tratadas tardíamente y en forma no eficaz, por lo que prolongan su ciclo en el cultivo de verano”.
La falta de planificación en el manejo del lote provoca, entre otras cosas, aumento en los costos de producción, reducción de los rendimientos y contribuye a incrementar el problema en las próximas campañas.
“Es fundamental realizar un monitoreo y seguimiento permanente de los lotes”, advirtió Papa y agregó: “Los herbicidas tienen una actividad óptima cuando las plantas son pequeñas y están creciendo activamente, por el contrario, cuando son grandes, su sensibilidad a los herbicidas es significativamente menor”.
Para asegurar la eficacia del tratamiento, es importante conocer el ciclo de las malezas que se quieren controlar para evitar fracasos, interferencia y gastos innecesarios. “Otro detalle importante es nunca sembrar sobre maleza viva remanente del barbecho o cultivo antecesor”, advirtió el técnico del INTA.
“No vamos a controlar las malezas sólo con herbicidas”, afirmó Papa quien expresó que “el conocimiento sobre la biología y dinámica de las especies resistentes, la planificación, el monitoreo, la elección correcta de herbicidas, la oportunidad de los tratamientos y tecnología de aplicación, así como las prácticas culturales, aportan resultados positivos que trascienden la campaña puntual y afectan el resultado del proceso productivo tanto en el corto como en el mediano y largo plazo”.